lunes, 17 de noviembre de 2025

Entrevista a Joan Planellas, arzobispo de Tarragona

Joan Planellas: "Rezar el rosario en la puerta de una clínica abortiva es ideologizar y banalizar la oración y yo no estoy de acuerdo"

Afirma que "ante casos como el del obispo Zornoza se deben aplicar medidas cautelares"

Fuente:   Público

Por   Raúl Bocanegra

Tarragona

15/11/2025


El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas

"Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano". Con esta frase, que lanzó este verano en plena ofensiva ultra en Jumilla y Torre Pacheco, el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, puso a Vox frente al espejo de su propia xenofobia. Su teléfono echaba humo en las horas posteriores. Meses después, Planellas atiende a Público en su despacho del arzobispado, en la Pla de Palau, en el casco histórico de la ciudad, fundada, se cree, en el siglo III antes de Cristo.

Hoy reflexiona al respecto: "Cuando una obviedad es noticia, hay algo que no funciona. Yo me hice este planteamiento: la obviedad de decir el mensaje cristiano. La Biblia qué dice, qué dice la palabra de dios sobre el tema. En esto ya no tenemos ni que ir al nuevo testamento, está en el mismo antiguo testamento. [...] No te olvides ni desprecies a los emigrantes, que tú también fuiste emigrante en el país de Egipto. Esto es una frase lapidaria del antiguo testamento".

En la mesa del arzobispo Planellas, que es también presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a los obispos de Catalunya, se acumulan papeles, ordenados por montones. Hay método en el aparente desorden, una organización. Hay también en su despacho una biblia en catalán y un código de derecho canónico. En las paredes cuelga un cuadro que representa a un San Pablo, casi de tamaño natural, y también una foto, un sosegado retrato del papa León XIV

En la entrevista, que se produjo este miércoles, no rehúye ninguno de los asuntos que le plantea Público. Al contrario, los reflexiona y los argumenta. Tampoco la pregunta de cuál es el sueldo de un arzobispo: "Tengo un salario mensual, sí, que más o menos está en 1.400, 1.500 euros, no llega a 1.500". Planellas dedica tiempo a cada respuesta. Habla con calma y con pausa y en ocasiones busca palabras exactas. A Planellas le gusta sin duda predicar con el ejemplo, con la parábola: así enfoca las respuestas a varias de las preguntas, mediante situaciones reales, vividas por él.

Sobre la investigación abierta por el Vaticano al obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, por presuntos abusos sexuales a un menor de edad, Planellas afirma: "Se deben aplicar medidas cautelares". También cree que "la Iglesia ha aprendido o está aprendiendo con el tema de los abusos a menores". "Los parámetros con los que debe actuar la Iglesia son claros en estos momentos", asegura. 

P. Tenemos ahora un nuevo caso de abusos sexuales. Esta vez en Cádiz, el obispo Rafael Zornoza. ¿Usted cree que se ha afrontado correctamente?

R. Yo me he enterado por los medios de comunicación porque no sabía absolutamente nada de este tema. Yo no estoy en condiciones de decir si se ha actuado correctamente porque desconozco la situación concreta. 

R. Yo conocí a Zornoza en la Conferencia Episcopal y todo lo que sé de él es la relación que he tenido en la conferencia episcopal cuando he ido a Madrid. Cuando hay un caso de estos, primero la presunción de inocencia se tiene que ver.

R. Y después [hay que] tomar el asunto. A mí la verdad es que me tranquilizó escuchar al presidente de la Conferencia Episcopal decir que era verosímil y que dejáramos hacer a la Justicia y al tribunal canónico, porque esto tengo entendido que lo asumía la Rota de Madrid, que es el Tribunal de la Santa Sede en Madrid. 

Ante casos como el del obispo Zornoza se deben aplicar medidas cautelares. Y está claro que con su sustitución ya se habrían tomado. 

Yo sobre estos temas soy muy cauteloso porque me he encontrado con casos. He tenido que asumir desde que llegué aquí casos, bueno, naturalmente con sacerdotes, con curas. El tema de la presunción de inocencia es importante, pero después tienes que ser activo en los procedimientos. 

Si quiere, ahondamos en el tema de los abusos, porque es que esto es una pregunta muy concreta. 

P. Sí, aparte de la presunción de inocencia y de las medidas y demás, están las víctimas. ¿Cree que la Iglesia, incluso en su propio arzobispado, podía haber hecho más? ¿Se podía haber hecho alguna cosa de otra manera? ¿Cómo analiza toda esta situación? ¿Se ha despertado tarde a este problema?

R. Bueno, yo creo que la Iglesia ha aprendido o está aprendiendo con el tema de los abusos a menores. O sea, los parámetros con los que debe actuar la Iglesia son claros en estos momentos. Yo cuando llegué aquí no los tenía tan claros como ahora. Han pasado seis años. Hace seis años que estoy aquí.

Ya cuando llegué me encontré que había casos pendientes y, claro, querías actuar. Tú querías ser justo. Ser consecuente con lo que te encontrabas. Yo cuando llegué aquí hice unas declaraciones en las que dije que ante el tema de los abusos no podíamos poner cortinas, no podíamos esconderlos. 

Pero después te encuentras que los procedimientos los tienes que ir descubriendo con la experiencia que te da el mismo sentido común. Y el corte de navaja entre justicia y misericordia es muy fino. También me he dado cuenta en estos años de esto: el corte de navaja entre justicia y hacer justicia, hacer justicia a la víctima y hacer justicia ante el tema, cuando ya sabes o ha habido sentencia, es muy fino, porque después también tienes que ayudar al victimario a lo que sea, a rehacer su vida, ¿no?

Con el tema de los menores ahora hay un procedimiento claro. O sea, tú te encuentras con un tema y tienes que hacer la investigación previa que se llama y después enviarlo a la Santa Sede, al dicasterio para la doctrina de la fe y después ellos ya te dan las pautas, o sea, el procedimiento. 

Yo ahora no soy partidario de hacer el juicio en las diócesis, porque te compromete mucho. 

P. ¿A quién?

R. Al obispo. O sea, a ver si me entiende lo que quiero decir. [Lo que pasa es que] tú conoces a las personas y después siempre te pueden acusar o decir que tú has tenido predilección por un punto o por el otro. Ahora tenemos un tribunal, el tribunal de la Rota, que está cogiendo un gran prestigio sobre estos temas. Enviarlo a la Rota y que ellos decidan la sentencia que se tiene que hacer.

P. Volviendo a la pregunta original, ¿con las víctimas cree que se ha actuado correctamente?

Mira, siempre se puede mejorar. Yo he tenido personalmente, he querido tener personalmente relación con las víctimas. No voy a decir ni los nombres ni nada, pero hemos tenido no hace mucho tiempo un caso que ha quedado comprobado, en que ha habido sentencia y realmente, bueno, la sentencia dice que era culpable, que había cometido abusos. ¿Qué ha conllevado esto?

La propuesta era sacarlo, la secularización. Secularización quiere decir que a partir de ahora este sacerdote ya no puede actuar como sacerdote nunca más. No un tiempo determinado, no. Nunca más.

Por lo tanto, estas medidas se han tenido que aplicar. Para mí fue muy duro llamarlo y decir: "Mira, has terminado". Porque además civilmente yo tuve que levantar la prescripción. Eran temas de hace 30 años. Hablo de un caso concreto, sin decir nombres.

Se tuvo que levantar la prescripción y se tuvo que pedir el levantamiento de prescripción a la Santa Sede, al dicasterio, que lo autorizó. Y después lo mandé a Madrid, a la Rota. Dictó sentencia. La sentencia fue sacarlo de cura y, además, una indemnización a la víctima.

Bueno, y yo ya había hablado con la víctima desde el comienzo. Cuando yo me enteré del asunto, lo llamé. Un día vino aquí. Después se hicieron las investigaciones y todo. Después no lo hice yo personalmente, sino los colaboradores. O sea, este es el procedimiento. Y después lo llamé cuando ya había sentencia y vino con su familia. Y fue un momento para mí muy emotivo, porque me dejó sin palabras.

O sea, agradeció, en este caso, todo lo que se había hecho. Incluso me puso ejemplos de su trabajo, diciendo que había tenido esta experiencia tan negativa cuando era pequeño y que lo había marcado, pero ahora, gracias a dios, ahí se iba cicatrizando.

Y el otro día, y esto fue una experiencia que a mí me dejó sin palabras, lo encontré en un santuario y me abrazó y me dijo: "Mira, el problema ya lo tengo detrás, hasta ahora lo tenía delante de mí. Ahora ya lo tengo detrás y ya veo el horizonte". 

O sea, esto es muy gratificante, pero ha requerido tiempo, ha requerido años porque han pasado tres años, yo creo que más o menos pasaron tres años. Pero estoy satisfecho de que las cosas se hicieron bien. 

P. Ha requerido una actuación por su parte. 

R. Una actuación que requiere sus tiempos porque cuando te das cuenta, tienes una denuncia de hace 30 años. ¿Qué haces? Esto está prescrito. Lo mandamos a la Fiscalía. Porque yo, aunque esté prescrito, lo mando a la Fiscalía. Su respuesta: "Está sobreseído el caso". Pero claro, yo actúo aquí, bueno, yo con mi equipo, porque tampoco quiero ponerme… Y esto es lo que decía antes: el corte de navaja entre justicia y misericordia es muy fino.

P. También se han producido otros abusos, de otro tipo, laborales, de poder. Hemos conocido casos también. 

R. Esto también me ha hecho personalmente padecer, porque te encuentras con algún abuso, no con menores, con mayores, que eran adultos. Había mujeres y hombres, o sea, abuso de poder, punto. Y esto es más imperceptible. Es muy difícil de detectar. Porque no te lo acabas de creer. O sea, te dices: "Ah, bueno, no hagas caso, es el temperamento de esta persona que es así muy muy fuerte, ¿no?".

Y después te vas dando cuenta de que la relación que ha tenido con esta persona, con la otra, con la otra y con la otra, incluso ha sido tan dramática que ha requerido acompañamiento psicológico. Y después das el toque de alarma.

Hablo en general y estoy matizando a propósito de un caso, pero lo digo en general. Y lo digo por experiencia. Este tipo de abusos no pueden ser, no se pueden producir. Y este problema es más imperceptible, más difícil de detectar y más difícil de discernir. 

Y después tienes que actuar. En el caso concreto ahora, también hice lo mismo. En vez de la doctrina de la fe, pues al clero. Porque no había tema de menores. Y después se hizo todo el procedimiento y ha habido una sentencia.

P. ¿El mensaje que quiere usted lanzar es: en mi diócesis no quiero abusos de ningún tipo? 

R. Claro. Es que para los abusos sexuales creo que ahora estamos más preparados. Después vendrá cada caso concreto, si se hacen las cosas bien o no se hacen bien. Pero los abusos de poder son más imperceptibles, son más difíciles de detectar. Esto es lo que quiero decir. Y que suceden y que a veces se dejan al lado porque dices: bueno, no será para tanto. Te pueden decir esto y después ves el sufrimiento de determinadas personas. 

P. Le voy a cambiar de tercio completamente. ¿Qué piensa cuando escucha la palabra laicidad?

R. Laicidad positiva. Que la Iglesia en relación a la sociedad haga la propuesta positiva de lo que tiene que expresar, que tiene un gran mensaje por expresar y por presentar al mundo y a la sociedad y que esto lo pueda hacer con libertad y con empatía. Porque el evangelio, lo he dicho muchas veces, no se impone, pero tampoco se pospone, sino que se propone. Y la propuesta positiva de la fe, la propuesta evangélica, el evangelio, pues es algo para mí maravilloso. Es algo de lo que, como decía San Pablo, no puedo dejar de hablar. 

Otra cosa sería el laicismo, cuando hay aquella confrontación que después incluso puede ser falta de una libertad religiosa auténtica, porque a veces también la libertad religiosa o la falta de libertad religiosa es imperceptible. 

P. ¿Podría aceptar usted una ley de libertad de conciencia que recogiera esa libertad religiosa?

R. La libertad de conciencia equivale a la libertad religiosa. El decreto de libertad religiosa del Concilio Vaticano II incidió en esto hace 60 años. Fue duro, pero tú analizas este decreto de libertad religiosa y dices: bueno, en definitiva, la libertad religiosa implica esta libertad de conciencia de poder pensar, de poder decidir, de poder creer en aquello que tú quieres creer mientras no atentes [contra los demás]. Claro, porque hay unos derechos, pero también hay unos deberes. 

Porque si, por ejemplo, hablamos de una secta que después hace unos determinados temas que van contra los derechos humanos, aquí se tiene que actuar. 

P. Puede parecer que estos temas están en el aire, y que son incluso abstractos, pero realmente tienen una aplicación si miramos las cosas que pasan. Por ejemplo, este verano nos hemos encontrado con los episodios de Jumilla y Torre Pacheco en los que ha habido que aplicar estas cuestiones. En ese momento, usted habló claro y todavía hoy resuena esa frase suya, dirigida hacia Vox, de que un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano. ¿Mantiene el mismo mensaje que entonces?

R. Bueno, aquel día yo lo dije con toda naturalidad, pensando que no tendría el eco que tuvo aquella frase, porque era, bueno… Él [se refiere a su jefe de comunicación, Oscar Bardají, presente en la entrevista] me dijo: "En Catalunya Ràdio quieren hablar con usted". Y al cabo de unas horas ya fui viendo… [una vez que lo dije], y mi teléfono estaba hirviendo y yo digo: ¿que está pasando?, pero ¿qué he dicho?  

Fíjese que a veces las obviedades son noticia. Esto quiere decir que algo no anda bien, que algo va mal. Cuando una obviedad es noticia, hay algo que no funciona. Yo me hice este planteamiento: la obviedad de decir el mensaje cristiano. La Biblia qué dice, qué dice la palabra de dios sobre el tema. En esto ya no tenemos ni que ir al nuevo testamento, está en el mismo antiguo testamento.

O sea, esto es veterotestamentario lo que voy a decir. Hay frases como "No te olvides ni desprecies a los emigrantes, que tú también fuiste emigrante en el país de Egipto". Esto es una frase lapidaria del antiguo testamento.

Y después el nuevo testamento, claro, la acogida. Aquí podríamos poner un montón de textos. Esto es evangelio, esto es palabra de dios, esto es mensaje cristiano.

Y después podemos analizar todos los problemas que conlleva, que hay con con el tema de la migración. Hay un problema de vivienda. Hay un problema de los guetos que a veces se montan, que acaban sucediendo porque hay un problema de vivienda grave. Hay muchos factores.

O ¿por qué han venido? ¿No te has preguntado tú por qué se juega la vida un emigrante con el cayuco? ¿Tú te has planteado si tú harías lo mismo? ¿Es que no lo haces? ¿Por qué se está jugando la vida? Porque tiene unas condiciones indignas en su país.

A nivel mundial, tenemos que entrar en todos estos temas. El derecho a no emigrar. Y después si uno emigra, también el derecho a ser considerado como persona.

El otro día en Tarragona fui a la lección inaugural de la Universidad Rovira i Virgili y vino Óscar Camps. Supongo que lo conoce, de Open Arms. ¿Qué hizo? Pues cada frase era una sentencia profética. Profética. Y lo que me impactó, ¿sabe lo que fue? Creo que era en Lesbos, creo que dijo en Lesbos, en la isla griega, que llegó allí y se encontró con unas familias que estaban ahí, que habían naufragado y les echaban flotadores y un anciano le dijo: "Gracias, señor, usted sí que me considera como persona, como una persona". Esto me impactó tanto que me hizo reflexionar. O sea, ¿qué hemos hecho en la vieja Europa para que un pobre que ha estado a punto de ahogarse tenga que darme las gracias porque yo lo trato como una persona?

P. Hay también un asunto cultural. Hay personas que tienen otra religión, otras creencias. ¿Cómo es la relación que usted cree que la Iglesia debe tener con ellos?

R. De respeto. A veces cuesta, especialmente con determinados grupos, pero debemos tener una relación de respeto y de diálogo. Le digo mi última experiencia. El primer domingo de octubre fue el día del migrante. E hicimos un poco de campaña sobre el tema de acoger a los emigrantes. [Fuimos a] un barrio de Tarragona, Torreforta, que es un barrio en el que hay una emigración más que notable, un barrio periférico, al otro lado del río. 

En la parroquia hicimos una celebración, una misa. Eran católicos de por lo menos 15 o 20 nacionalidades. Estaba llenísima la iglesia. También tengo que decir que los católicos inmigrantes que vienen de fuera están rejuveneciendo la Iglesia, están conociendo nuestras comunidades y esto lo comprobamos aquí cada día y podría decir muchos ejemplos. Bueno, celebramos la misa muy bien. Fue vibrante. Aquí tenemos [también] una comunidad de guineanos importante, tan importante que tenemos un sacerdote de Guinea que se ocupa especialmente de ellos, ahí en los barrios.

Terminó la misa y después hicimos un encuentro ya interreligioso. Y en el encuentro interreligioso había [personas] de la Iglesia ortodoxa, no católica. Y después los musulmanes. O sea, vinieron de las mezquitas de Tarragona. 

¿En qué consistía el encuentro? Había unas unas mesas, con los productos de la tierra, de cada uno, de cada país. Se hizo un mensaje de paz y después todo el mundo iba probándolo. Bueno, yo ya comí aquel día porque todo el mundo quería que tomara dulces de lo que habían traído. Después había bailes y danzas de cada país. Yo creo que podemos hacer esto. Esto se lo digo con un ejemplo concreto.

Después fue muy significativo porque los marroquíes me decían: "Venga usted a la mezquita, a ver cuándo vendrá a visitarnos a la mezquita". Pues sí, lo tenemos que programar, porque lo prometido es deuda. Pero fue muy bonito, nos abrazamos.

Creo que tenemos que dar signos de estos en un mundo polarizado, en un mundo que no quiere a los inmigrantes, pero que después los necesitamos. Son pequeños signos. Esto fue para mí un brote verde, un brote verde en medio de la polarización. 

P. ¿Le preocupa esa polarización y algunos discursos políticos?

R. Sí que me preocupa porque la polarización, después, conlleva confrontación y no nos interesa la confrontación. Somos todos personas, tenemos que incidir positivamente. A veces cuesta, porque también, mira, cada grupo a veces es cerrado, pero esta es la manera de actuar. Y esta experiencia de hace un mes fue un brote verde que tenemos que aprovechar.

P. ¿Invitaría a representantes de algunos partidos a que vayan y lo vean? 

R. Ah, claro. Si quisieran venir. Alguno no sé si vendría. Fue algo precioso, yo me fui encantado. Había una armonía y había gente de países del este, latinoamericanos, guineanos, de Nigeria… y los marroquíes que estaban ahí con sus dulces que eran de los mejores, por otra parte. 

P. ¿Ha escuchado el disco de Rosalía? Ha revolucionado el mundo católico estos días. 

R. No he escuchado todo el disco, pero sí fragmentos. Sí, es curioso. Es un fenómeno. ¿Qué quiere decir esto? Que hay una búsqueda de espiritualidad. En el fondo, detrás del disco de Rosalía, hay una búsqueda, un anhelo de algo más, de que no sea todo tan tangible, tan concreto, tan..

P. ¿Mercantil?

R. Sí, mercantil. Hay el deseo de algo más, de un deseo de espiritualidad, un deseo de encontrar sentido a lo que somos y a lo que hacemos, de encontrar sentido a la vida. Yo lo veo en el disco Lux. Además lo pone en latín, ¿no?

P. ¿Fiat Lux?

R. Sí, sí, bueno, es casi el primer versículo de la Biblia. O sea, Fiat Lux, que se haga la luz. Y esto es el deseo humano, por excelencia: que tengas luz, que te ilumine para seguir en la vida con sentido.

Yo creo que detrás del disco y del proyecto de Rosalía está esto. Después puede haber muchas connotaciones y que si la la publicidad y que si el mercantilismo. Lo puedes decir todo, pero detrás yo creo que hay esto.

P. ¿Y por qué cree esto? ¿Cree que hay una desorientación?

R. Sí. También es como un brote verde porque no es el único. Por ejemplo, el éxito de Cónclave en la primavera pasada, 

P. ¿La película? 

R. El éxito que tuvo, ¿no? Porque todo el mundo hablaba de Cónclave

P. Con un final sorprendente.

R. Sí, casi sí, con un final alucinante, que no te lo podías esperar. Pero bueno, está [también] el éxito que está teniendo Los domingos. Esta otra película de esta chica que se plantea seriamente la vocación religiosa y que va a contracorriente total. Y que esto es la pura verdad de hoy. Una chica o un chico que se plantee la vocación sacerdotal o religiosa es ir a contracorriente. 

Y esto tiene éxito. ¿Qué está pasando? Esto me ha hecho meditar. ¿Qué estoy viendo? Está esto combinado con una encuesta que hubo hace un mes que decía que había subido en Catalunya el porcentaje de jóvenes de 15 a 30 años que afirmaban que eran creyentes. Son hechos que hacen pensar, ¿no? ¿Por qué ahora sube? 

Y bueno, yo doy unas razones. No sé si pueden ser. Son las mías. Puede haber otras. Tenemos unos jóvenes de entre 15 y 30 años. Estos jóvenes van o han ido a unas escuelas, a unos institutos. Por una parte, hay unos que son concertados cristianos, que serían un 30% por lo menos aquí en nuestra tierra [Catalunya], en otras partes no lo sé exactamente.

[Allí], con luces y sombras han tenido una formación religiosa, digámoslo así, en general una formación religiosa. Pero después los que van a la pública solo entre un 15% y 17%, pues han optado por la enseñanza religiosa en Catalunya. ¿Qué quiere decir? Que [la mayoría] salen de la escuela o del instituto siendo ignorantes religiosos. El genoma cultural cristiano de Occidente pues no lo reciben.

No han tenido esta formación básica que [te permite decir] cuando vas al Museo del Louvre y ves aquí a este señor con la espada: "Ah, mira, es San Pablo". O el otro día que ante la piedad de Miguel Ángel se comentaba: "Un hombre muerto en los brazos de una mujer".

P. Bueno, es esto también, ¿no?

R. Es esto. Claro que es esto, un hombre muerto en los brazos de una mujer. Pero hay algo más, ¿no? Hay algo más y esto ya no se sabe. O sea, nuestros jóvenes ya no saben interpretar. Y ahora voy a lo que quería decir. Ante esta ignorancia, porque existe esta ignorancia en una parte importante de nuestros jóvenes, pues yo pienso que hay un deseo de preguntas.

En la educación, durante todos estos años, hemos incidido mucho en la sabiduría del texto. O sea, en la sabiduría de las cosas empíricas. Por ejemplo, cuando un padre dice: "Tú tienes que estudiar una carrera en la que puedas ganar dinero". Y qué son las carreras en las que puedes ganar dinero: Empresariales… Pero nos ha faltado las humanidades. Nos falta la sabiduría del contexto, el porqué de las cosas, el sentido que tiene la vida. Lo que decíamos antes con las preguntas que suscita Rosalía en su disco. 

Y aquí puede haber un deseo de preguntas de nuestros jóvenes. El genoma cultural de Occidente se tiene que enseñar. Y después [está] este tema de la espiritualidad, no necesariamente cristiana, del sentido de la espiritualidad, de la trascendencia, de las grandes preguntas.

P. Acompañado del proceso de secularización que hemos vivido en estas décadas, ha habido también un crecimiento de actividades como el yoga, el mindfulness. ¿Cree que son competencia para la Iglesia?

R. No, porque más que búsqueda espiritual es encontrar la armonía, el sosiego, la paz y en este sentido no tengo nada que decir. Pero creo que la espiritualidad va mucho más allá. O sea, no hay competencia aquí porque estamos en otro registro, en otro plano.

P. Sobre lo que tiene que ver con el comportamiento de la Iglesia con la mitad de la población, que son las mujeres, ¿por qué están ellas fuera de donde se toman las decisiones? ¿Por qué de una vez no se les pone en un plano de igualdad? 

R. Mire, aquí yo creo que tenemos que incidir en lo que en este momento me atañe a mí, en lo que yo puedo hacer. Las mujeres pueden entrar en las diócesis en los procesos de decisiones. Claro que no pueden ser curas, pero en los consejos donde se toman las decisiones importantes, sí [están]. Yo le voy a decir lo que se ha hecho aquí. La secretaria general canciller, jefe de personal, aquí en Tarragona es una mujer. La secretaria personal y la secretaria de la visita pastoral, que firma las actas cuando voy a visitar una parroquia es una mujer. La directora de la Fundación de las Escuelas Diocesanas es una mujer.

Y después, está el Tribunal Eclesiástico. En Tarragona hay ocho jueces, cuatro son mujeres. Y hemos incidido en ello, en que hubiera mujeres. Claro, tienen que tener como como mínimo licenciatura. Ahora tenemos doctoras en Derecho canónico. Después, [están] las delegaciones, los departamentos. 

P. ¿Sus consellers?

R. Sí, claro, los consejeros. Pues más del 60% son mujeres en estos momentos. Patrimonio y bienes, mujeres. Actividad misionera, una mujer; santuarios, una mujer; catequesis, juventud, animación bíblica, vida consagrada, laicos y familias son dos matrimonios. Vida ascendente y pastoral social, una mujer. O sea, en la vida diocesana de los consellers que dice usted, se escucha la voz de la mujer y de una manera fehaciente porque dirigen estas delegaciones. Esto es un poco lo que hizo el papa Francisco, poniendo mujeres en puntos clave en Roma, en la curia vaticana. Otro tema es la cuestión de la ordenación. La cuestión de la ordenación. 

P. Hay un esfuerzo, cuenta, pero esto es estructural lo que tienen, ¿no? Una mujer puede ser una consellera suya, pero no puede ser una arzobispa. 

R. No, no, esto no. 

P. ¿Por qué no? 

R. Aquí hay un tema que a veces perdemos el punto de vista, o sea, ya digo que esto es complejo y complicado. En Occidente, en nuestra sociedad occidental, esto se ve como una discriminación. Y esto es así. Tú vas a la calle y comentas esto. Claro, es una discriminación. Aquí se ve una discriminación. 

Pero esto no se ve ni en Oriente, ni en África, ni en Asia. Este tema se debatió muchísimo en el último sínodo, que lo dejó abierto, aún con Francisco. Pues ahí decía que queda abierto el papel de la ordenación. Bueno, se tiene que empezar por el diaconado femenino, creo que lo ponía así. 

P. ¿Cambiar esto requeriría un concilio? 

R. Hipotéticamente en un sínodo también se podría tomar, con la aprobación del papa, naturalmente. O sea, esto es un tema que se dejó abierto. A mí no me molestaría que una mujer fuera diaconisa o sacerdote. Bueno, después ya vendría lo demás, ¿no?

P. ¿O arzobispa? 

R. No adelantemos tanto. Sí que me molestaría muchísimo que hubiera una separación en la Iglesia católica que sería muy fuerte y muy dura por un tema así y por lo tanto tiene que haber un ulterior discernimiento. Porque esto es lo mismo que pasó con Fiducia Suplicans, que es aquel documento que habla de las bendiciones a los homosexuales y que creó un problema especialmente en África y Asia. Bueno, ¿por qué la Iglesia es universal? La Iglesia no es Occidente. En Asia y África la Iglesia no vive la secularización. Yo me he encontrado en reuniones internacionales y dices discursos [en los que hablas] de la secularización de hoy y se te levanta uno y dice: "Perdona, esto tú, nosotros no". Y te deja descolocado, te deja atónito. Por lo tanto, con este tema de la mujer se necesita un ulterior discernimiento, sí.

P. ¿Acepta otro tipo de matrimonios, como los LGTBI+ y familias, más allá de la familia monolítica tradicional? 

R. Esto de concepción monolítica... no me gusta la expresión. La palabra de dios, la Iglesia, pues piensa que el matrimonio es un hombre y una mujer. Y esto es lo que piensa la Iglesia y lo que es la enseñanza de la Iglesia. Pero ante las otras realidades, ¿qué ha hecho, por ejemplo, el papa Francisco? Escuchar, no condenar, porque a veces cuando decimos esta premisa, después empezamos a condenar. E incluso, con Fiducia Suplicans, pues la posibilidad de bendecir parejas homosexuales.

Esto es lo que veo interesante. La aportación de Francisco ha sido esta: escuchar, no condenar, aceptar, acompañar. La encíclica sobre la alegría del amor, Amoris laetitia, es una encíclica muy interesante de Francisco. En el capítulo octavo se hace la gran pregunta: ¿qué tenemos que hacer ante todas estas realidades del mundo de hoy, las realidades familiares que no son la familia monolítica que decía usted? Y empieza a poner verbos: discernir, acompañar, una serie de verbos de no condenar, de valorar lo positivo que hay en ellos.

Bueno, también están en un proceso de maduración algunas [cuestiones]. O sea, hay toda una serie de matices y de actuaciones que esto da una perspectiva nueva a la misma moral de la Iglesia. No cambia lo esencial, pero da una perspectiva, en definitiva, de ser como el buen samaritano. El que cura heridas, el que acompaña, el que acoge, el que valora al otro como persona. Volvemos a lo del Open Arms, de Camps. Pues con todas estas realidades la Iglesia tiene que hacer lo mismo. Y si no lo hacemos, no actuamos de acuerdo con el evangelio. Esto es lo que veo.

P. Hay también una posición relacionada, que es el tema del aborto, que parece que está superado en la sociedad española, pero claro, su posición en esto y también en el asunto de la eutanasia sigue siendo la misma.

R. Mire, las polarizaciones siempre son malas. ¿Qué piensa la Iglesia sobre la misma vida humana? El valor de la vida desde el seno de la madre hasta el final de la vida. Cuando este tema se polariza, lo ideologizamos. Tenemos que ser más positivos y saber acompañar a las personas.

¿Cómo podemos acompañar a una mujer que está embarazada? Esta es la gran pregunta. ¿Cómo podemos respetarla como persona y respetar aquel hijo que lleva en sus entrañas? ¿Tenemos que hacerlo haciendo una manifestación contra el aborto o pro aborto? Yo creo que no. Ni una cosa ni la otra. 

Yo aquí he dicho, o sea, me he opuesto a veces, bueno, ya sabes que la Iglesia también es plural, y que hay quien va a rezar rosarios delante de un abortorio [un centro abortivo]. Yo digo, esto es ideologizar la oración, es banalizar en definitiva la misma oración. Y yo no estoy de acuerdo con esto, porque ¿qué ganas con esto?

Aquí tenemos unos proyectos para mujeres que han quedado embarazadas. Tenemos el proyecto Llar Natalis. Llar es hogar. Pueden residir en un centro. Pueden estar ahí hasta tres años. Y después ahí nace su hijo. Son mujeres que van muy desorientadas. Después se les busca trabajo para que puedan hacer su vida. Yo creo que esto es trabajar en pro de la vida y no ir a un abortorio [a un centro abortivo], hacer una manifestación y rezar un rosario.

Porque después siempre hay ese agradecimiento de haber acogido a una mujer que está en estado de shock a veces. Y la solución más fácil es decir: "Pues mira, te vas a abortar y ya tienes el problema solucionado". Esto es una solución fácil que después puede traer…

P. Bueno, ¿fácil?

R. Bueno, es mi opinión. Es la solución fácil que después puede traer también consecuencias psicológicas graves, a veces; no digo siempre, para la misma madre. Nosotros optamos [en la diócesis de Tarragona] por acompañar a las personas implicadas en un aborto provocado a través del proyecto Raquel, en el que se ofrece una atención individualizada en un proceso de sanación y reconciliación. Y también, en otro proyecto, que llamamos Ángel, ofrecemos a las mujeres con un embarazo imprevisto o de dificultad las alternativas y ayudas necesarias para hacer frente a sus nuevas realidades.

P. ¿Y en cuanto a la eutanasia?

R. Ante el final de la vida humana, no estaríamos de acuerdo en la sedación terapéutica, pero sí en una sedación paliativa. ¿Qué es? ¿Qué es la sedación paliativa? Ver en cada momento el acompañamiento de aquella persona que tiene un problema muy grave de enfermedad y saber discernir lo que tiene que hacer. Acompañarla, ayudarla, porque la muerte es uno de los momentos más importantes de la vida. 

Y después, [con] este acompañamiento que tenga acceso a las terapias del dolor, claro, faltaría más. No alargar artificialmente la vida, faltaría más. O sea, ahora la medicina ha mejorado mucho en este sentido de cara a no padecer. Claro que no tiene que padecer. Nosotros no estamos a favor del dolor por el dolor. No, en absoluto. Por lo tanto, a favor de una sedación paliativa, pero no terapéutica. 

Estar acompañado de personas próximas. Esto es lo más difícil. Fíjese que el cristianismo siempre escoge, a veces escoge, el camino más complejo y más difícil. Acompañar. Si esto se hace, después el médico ya dirá, pues mira, para decirlo a lo bruto, añadimos más morfina o añadimos menos morfina. Esto es la sedación paliativa. No sé, esto es lo que pienso. 

P. Antes ha hablado sobre ciertos equilibrios internos, también ha manifestado que la Iglesia es plural y que la Iglesia tiene concepciones diferentes según los continentes. Al respecto de esas tensiones y equilibrios, ¿cree que han podido influir en la elección de León XIV? O dicho de otra manera, ¿uno de los trabajos del nuevo papa es precisamente que esos equilibrios no terminen por quebrarse?

R. La polarización política que existe a nivel mundial la percibimos. Se percibe dentro de la Iglesia. Hay muchas tendencias, hay tendencias mucho más integristas que quisieran volver a antes del Concilio Vaticano II, por decirlo así brevemente. Y ahí está la sabiduría del papa de poder atajar estos temas adecuadamente. 

Yo creo que él tiene muy claro por donde tiene que ir la Iglesia a nivel social, a nivel de ayuda, a nivel de todo lo que tiene que ver con esta propuesta positiva en la sociedad. Esto lo tiene muy claro. Y lo veo y lo percibo. ¿Cuál ha sido el primer documento que ha hecho? Los pobres. Se ha dicho que en parte ya lo tenía preparado Francisco, pero podía dejarlo ahí en el cajón. ¿No? Porque nadie sabía nada de lo que había preparado Francisco de este documento.

A mí me ha gustado mucho este documento, porque ha fundamentado teológicamente el amor y el servicio a los pobres. Y cuando digo teológicamente digo que [esto] es algo más que una filantropía. Es algo más que para quedar bien. Ha dicho: así como Cristo, así la Iglesia. Esto es fundamentar teológicamente el tema. O sea, la imitatio Christi, ser otro Cristo.

Y lo ha dicho con con una claridad meridiana que a mí me ha asombrado. Es un tema que yo había trabajado cuando estaba en la facultad [el arzobispo Planellas fue decano de la facultad de Teología de Barcelona]. Y me ha gustado este fundamento teológico del amor a los pobres, no simplemente hacer una caridad, sino de identificación, de ser así como ha hecho Cristo.

Esto es algo muy fundamental. Y León, que cuando dijo León, yo digo: "Madre mía, de dónde sale este nombre". Pero después ya me di cuenta: León XIII, Rerum Novarum, el tema social, el tema del capitalismo. La primera revolución industrial, porque Rerum Novarum es siglo XIX. Y ahora estamos en una nueva revolución, ya no sé si decirla industrial o de inteligencia artificial. En este sentido su línea es muy clara. Lo que pasa es que no es argentino. Y por lo tanto, la expresividad que tenía Francisco no la tiene. Es americano y pasado por el Perú y tiene otra manera de hacer y de ser.

P. ¿Le puede venir bien a la Iglesia en este momento esa manera de ser?

R. Yo creo que sí. Esta moderación que tiene apacigua a grupos o a grupos religiosos que presionan. Se necesita una cierta moderación y poner las cosas en su sitio.

P. Quería plantearle también el tema de los dineros. ¿Usted consideraría conveniente incluso para la propia Iglesia una autofinanciación, es decir, renunciar a la famosa casilla del IRPF?

R. Bueno, esto sería lo ideal. Lo que pasa es que no llegamos por un tema muy concreto, que es el tema del patrimonio. Tenemos el 70% o el 75% del patrimonio cultural y recibimos en Catalunya el 8% de subvenciones para este patrimonio cultural. O sea, aquí hay un salto muy importante. ¿Qué quiere decir? Que el otro 25% recibe el 92%. Estoy diciendo esto.

Yo qué sé. Es que yo no soy nadie para decir nada en este sentido. Pero imagínese que se hiciera como en Francia, donde el Estado se ocupa del patrimonio, o sea, el Estado se ocupa de las iglesias. No digo que sea mejor. Es otro modelo.

Aquí tenemos que gestionar el patrimonio. O sea, hay un problema en un tejado de una parroquia. Y un tejado de una parroquia no es una casa ni un piso. Es notable lo que se tiene que afrontar. O si se tiene que restaurar lo que sea, ¿qué tenemos que hacer? Buscamos subvenciones.

P. Pero son dos cosas distintas, ¿no? Porque la casilla no se utiliza solo para el patrimonio.

R. Claro que se usa para el patrimonio. Se usa para todo. Es que esto a veces puede ser malentendido. La Iglesia tiene unas cuentas. Estas cuentas son los salarios de los curas, los salarios de los laicos, etcétera… O sea, hay una parte importante que va en salarios. Otra parte importante que va en pastoral, o sea, todo lo que hacemos a nivel de evangelización. Lo digo así, grosso modo. Y después también está todo el tema del patrimonio que tiene la Iglesia, los templos, los edificios. Aquí, en la archidiócesis de Tarragona hay más de 600 iglesias. 

Pues todo esto, todo el dispendio que hay, o sea, que tienes que renovar esto, tienes que cambiar lo otro, tienes que hacer un tejado nuevo, tienes que restaurar este retablo, tienes... ahora se cae no sé qué, un tejado o tienes que urgentemente hacer frente a algo que ha pasado. Todo esto lo tiene que afrontar la Iglesia. Estos son los gastos. 

Y luego están los ingresos, lo que dan los fieles, los laicos, la gente, lo que dan. Después lo que pueden dar algunos bienes patrimoniales en sí, si tú alquilas algo.

Negocios. 

Bueno, rendimientos, que no son muchos, por lo menos aquí en Tarragona, en otras partes yo no lo sé, pero aquí en Tarragona no son muchos. Y después [está] lo que llega de la Conferencia Episcopal, que es la crucecita que me decía del IRPF, y a cada diócesis se le asigna la parte proporcional de acuerdo con unos parámetros

En Tarragona, porque esto depende de cada diócesis, esto implica el 40% de los ingresos. Lo que viene de Madrid, por decirlo claro, implica el 40% de los ingresos. O sea, esto es lo que hay. Y esto va para todo lo que he dicho.

Aquí hay también otros dos asuntos. Uno, la única fe, la única religión que recibe el IRPF es la Iglesia católica, no las demás confesiones que no tienen ese ese sistema de financiación, tienen otro. 

Sí, pero hay otro sistema, tienen otros sistemas de financiación. También reciben una financiación. 

La única opción en el IRPF para un creyente en España es la católica. Una persona de otra creencia no puede elegir su casilla. 

Está la de fines sociales. 

Un musulmán no puede decir que vaya a la Comisión Islámica.

Sí, bueno. En este sentido, sí, pero tienen otros sistemas u otros canales. Esto se podría hacer, o sea, si se opta por esto, ¿por qué no? Del mismo modo que en la escuela se pone religión islámica, se podría poner. O sea, no veo inconveniente. 

P. Hay un asunto relacionado también con el patrimonio de la Iglesia, que es el de las famosas inmatriculaciones. Primero habría que conocerlas todas, y luego, en los casos en los que se discuta esa inmatriculación que se pudiera ver al menos de qué se trata, ¿no?

R. Sí, yo creo que se tendrían que afrontar seriamente los casos que han sido polémicos o en que ha habido confrontación. En Tarragona no hemos tenido ningún problema. Esto sí que lo tengo que decir. No ha habido ningún caso de confrontación con alguien que decía que nos hemos atribuido un edificio o un solar o un bien. En otros lugares sí. 

Por ejemplo, mira, te pongo algún ejemplo de una diócesis vecina. Había una iglesia románica y un castillo aparte y después en un momento determinado se decide que la sala de armas del castillo sea iglesia. Y ahí cerca en las afueras, pequeña, continúa la iglesia románica.

Después a la hora de las inmatriculaciones la Iglesia inmatriculó los dos edificios, la iglesia y la sala de armas porque desde hacía 300 años servía de iglesia. ¿Qué tenemos que hacer en estos casos? Y después el ayuntamiento protestó porque quería hacer una restauración del castillo, etcétera, etcétera.

Se tiene que llegar a un acuerdo. Se tiene que dialogar. Y ver qué puede necesitar la Iglesia en aquel lugar. ¿Necesita dos iglesias o con una es suficiente? O sea, yo empezaría haciéndome esta pregunta, si me encontrara con este tema. Y, por lo tanto, si se decide que la sala de armas tiene que ser del ayuntamiento, pues que sea del ayuntamiento.

Después, incluso, se puede continuar como iglesia haciendo pues un convenio. Y si no se llega a un acuerdo, pues mira, ya tienes la otra. Yo que sé. Es que cada caso es muy concreto.

Pero yo creo que en este tema de las inmatriculaciones se ha extrapolado bastante, como si hubiéramos hecho algo gravísimo, cuando simplemente con la ley en la mano [hemos hecho] lo que se podía hacer. O sea, una iglesia románica no [tiene] papeles. ¿Qué papeles quiere que haya en una iglesia románica o gótica? Y después, ¿qué tienes que hacer? ¿De quién es aquello cuando desde tiempo inmemorial se ha celebrado la misa, ha sido la iglesia del pueblo o se han celebrado los sacramentos? ¿Qué tienes que hacer? Pues la ley permitió hacer unas determinadas inmatriculaciones.

Después ha entrado aquí la polémica, que si nos hemos pasado, que sí, lo reconozco, que a veces pues sí. Y después nos hemos olvidado de otras, porque ahora yo también me encuentro aquí que hay bienes que no los tenemos inmatriculados. 

¿Y después qué tenemos que hacer? Pues tendremos que arreglarlo como podamos. Lo tendremos que arreglar e ir al registro. Esto es muy complejo y tienes que afrontar bien por bien.

Ahora, si uno inmatricula, por ejemplo, una calle, porque dice que es suya, que también ha pasado, porque antes había un cementerio o alguna otra cosa, hay que poner seny [cordura]. Se le tendría que decir: tampoco te pases, porque te estás pasando cuatro pueblos.

P. Una última cosa, en esas reflexiones sobre la pobreza y este mundo atravesado por relaciones verticales y mercantilizadas en muchos casos, ¿se podría definir la voz de Jesucristo como anticapitalista, de izquierdas?

R. Mira, sí en el tema social. En el tema social te digo que sí. En el tema social. Porque claramente, o sea, el tema de la evangelización de los pobres, el tema de la pobreza, la dimensión social, el mismo documento de León XIV que hemos citado antes sobre los pobres... Bueno, tradicionalmente lo hemos llamado de izquierdas. Lo que pasa es que decir la Iglesia es de derechas o de izquierdas... pues nos han calificado más bien a la derecha, pero porque en determinados temas, como por ejemplo, este que hemos dicho del aborto o la eutanasia, se dice que está en la derecha, pura y dura a veces. O sea, la derecha ideologizada. Que yo no estoy de acuerdo. Ya lo he dicho antes. Por lo tanto, en el tema social sí. Pero no me gusta esta calificación de izquierdas y derechas porque la Iglesia va en otros parámetros.

 

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