domingo, 8 de junio de 2025

El Papa pide a los jóvenes que no se vayan a vivir juntos antes del matrimonio

El Santo Padre también alertó sobre la necesidad de salir al encuentro de las familias desorientadas, heridas o espiritualmente lejanas

Fuente:   El Debate

Por   Jaime López de Oleza

06/06/2025


Papa León XIV durante la misa del Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos
Vatican Media

En un mensaje pronunciado por carta el día 2 de junio tras el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos, el Papa León XIV ha reafirmado el papel central de la familia cristiana como primer lugar de evangelización. El Santo Padre se dirigió a los participantes de un encuentro organizado por el dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Insistió en que la Iglesia, como madre está llamada a acompañar con esperanza a todas las familias, incluso a aquellas que se sienten alejadas o excluidas. «¡Cuántas personas hoy ignoran la invitación a encontrarse con Dios!», exclamó.

 

Matrimonio como vocación

Uno de los mensajes más firmes de Prevost estuvo dirigido a los jóvenes que optan por convivir antes de casarse. Lejos de un juicio moralista, León XIV ofreció una mirada pastoral: «Muchos jóvenes, que hoy eligen la convivencia en lugar del matrimonio cristiano, necesitan de alguien que les muestre de manera concreta qué es el don de la gracia sacramental».

El Pontífice defendió la vocación al matrimonio como un camino de plenitud que transforma la vida cotidiana con la fuerza del amor de Dios.

En ese sentido, señaló que es tarea de la comunidad cristiana mostrar con su ejemplo la belleza del amor conyugal como voluntad divina, tal como lo enseñó San Juan Pablo II. El matrimonio no es una carga, sino una fuente de alegría y sentido, «una vocación al amor y al servicio de la vida», afirma.

 

Familias descarriladas

Respecto a las familias espiritualmente lejanas, «muchas veces», reconoció, esas familias desean volver a Dios pero no saben cómo. Por ello, instó a que la Iglesia sea un espacio donde se escuche con amor y se acompañe sin juzgar.

«Por desgracia, frente a esta necesidad, una privatización cada vez más difundida de la fe impide a menudo a estos hermanos y hermanas conocer las riquezas y los dones de la Iglesia, lugar de gracia, de fraternidad y de amor», lamenta.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.