Testimonio de un joven que asistió a uno de estos encuentros el pasado fin de semana en Albacete
(Antonio García es nombre ficticio de un joven, tras participar en el retiro Effeta que tuvo lugar entre el viernes 20 y domingo 22 de octubre. Retiro preparado por la parroquia San Juan Pablo II de Albacete cuyo párroco ha aparecido varias veces en los periódicos por sus discursos ultraconservadores)
Fuente: Religión Digital
Por Antonio García
25/10/2023
Retiro Effetá organizado por la parroquia San Juan Pablo II de Albacete Parroquia San Juan Pablo II de Albacete
Vocabulario sobre los retiros Effetá
Retiro Effetá: Según sus organizadores, se trata de un retiro de fin de semana para anunciar a Jesús. Lo describen como un retiro preparado por jóvenes y para jóvenes. - Caminantes: Son aquellos que realizan el retiro. Al tener tanta importancia la sorpresa en este proceso, solo se puede caminar una vez.
Servidores: Aquellos que ya han caminado una vez, pueden volver a un retiro de Effetá como voluntarios. Su papel es acompañar a los caminantes. En cada retiro tiene que haber un número de servidores en función de caminantes.
Secreto arcano: Es un voto que cumplen algunos sectores de la Iglesia, consiste en no revelar lo que acontece en el retiro. Este voto no se toma, promete o jura en Effetá. Se informa a los caminantes y se pide que guarden el secreto.
Cartas: El único contacto con la vida exterior por parte del caminante es mediante unas cartas que habrán escrito previamente personas cercanas. Estas cartas se leen como parte de una dinámica.
Effetá: Hace referencia a un pasaje en el que Jesús grita “ábrete” al cielo para sanar a un sordo. El Evangelio según Marcos recoge este verbo en la lengua natal de Jesús para darle importancia al hecho.
Ábrete, pero a puerta cerrada
¿Es el secreto arcano en Effetá un voto para salvaguardar la intimidad de quienes participan en sus retiros? Según cuenta algún caminante de este proceso, la intención es "que futuros caminantes se lleven la sorpresa". Una práctica que no es necesariamente negativa y que trae consigo una atmósfera de interés por lo que no se quiere revelar.
De estas experiencias siempre surge alguien que no encuentra su lugar y que, sin maldad alguna, no considera importante adherirse a dicho voto. Al contar cómo fue probar esto en sus propias carnes, no habla de los retiros como una secta, pero tampoco son algo a lo que vaya a esforzarse en preservar. Para aquellos que buscan una fe intimista, que no íntima, puede resultar de ayuda cortar el contacto con el exterior despojándose del móvil un fin de semana. Algunos dirían que hacerlo también con el reloj es algo excesivo. Habiendo vivido el retiro solo de oídas, que los servidores sepan la hora del día en la que se encuentran y que los caminantes solo puedan guiarse por las comidas puede resultar un régimen excesivo.
Lo que acontece en esas paredes es un conjunto de dinámicas muy cercanas al corazón de un joven, aderezadas con una pizca de conductismo. Si quisieras vivir una de sus dinámicas, empezarás colocando los brazos en la pared como si sujetaran el muro. Mientras tanto, un sacerdote te narra una metáfora y los servidores se aseguran de que no bajes los brazos. Lo que sigue es sentarte durante un largo período de tiempo para que se sumerja en su conciencia con los ojos tapados. Un tipo de meditación como podría ser cualquier otro, obviando esa gota de privación sensorial.
Tras encontrarte contigo mismo, o no, un servidor te lleva de la mano hasta que sentado te quita la venda. Ante ti, un sacerdote espera con la estola puesta para que te confieses. Por alguna razón, y con el catecismo en mano, me sale citar: "1730 Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. 'Quiso Dios dejar al hombre en manos de su propia decisión' (Si 15,14.), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección" (GS 17).
No solo juegan con la ceguera, también usan lo visual. Mediante cintas que representan sus pecados y limitaciones, atan a los caminantes hasta que los presbíteros cortan dichas cintas como si fueran los únicos capaces. Una pedagogía un poco lamentable, cuando todos los escritos de la Doctrina Social de la Iglesia comienzan refiriéndose directamente a "todos los hombres y mujeres de buena voluntad". ¿La doctrina es para todos y las relaciones de ayuda solo para sacerdotes? ¿No es un trabajo humano ayudar al hermano, comprenderlo y animarlo a crecer?
Quizás los jóvenes que van al retiro prefieran que los instruyan en ayudar a las personas de una manera integral en lugar de presentarles testimonios lacrimógenos de padres sufriendo por las malas decisiones de sus hijos. En esto consiste: apretar el corazón de un joven hasta que esté tierno y entonces plantear los sacramentos como él nunca accedería a ellos: confesiones, comulgar siempre de rodillas y en boca, proponer una oración que concluye de madrugada para despertarte horas después y seguir con el itinerario.
Ahora conocemos lo que sucede en ese "Retiro de jóvenes, para jóvenes" que buscan dosis controladas de clericalismo. A muchos les hará bien, todo lo bien que pueden hacer esas conductas.
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