Fuente: MSN (De La Vanguardia)
Por D. Marchena / S. Quadrado
29/10/2023
07012023 El cardenal Joan Josep Omella presideix la missa funeral pel repòs del papa emèrit Benet XVI. © Xavi Jurio
Los abusos sexuales no son exclusivos de la Iglesia católica, sostiene el informe sobre la pederastia eclesial elaborado por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, pero la propia estructura de esas otras confesiones impide que los escándalos alcancen la misma magnitud “que los que han afectado al catolicismo”. Afirmaciones como esta, sin embargo, han quedado ensombrecidas por la polémica sobre las cifras de su trabajo.
La Conferencia Episcopal Española no responderá oficialmente al informe de 777 páginas del Defensor del Pueblo hasta la próxima semana, cuando celebrará una asamblea extraordinaria para debatir esta y otras cuestiones. La jerarquía de la Iglesia, sin embargo, ya ha adelantado que su contestación se podría resumir en ese conocido dicho según el cual hay tres clases de mentiras: las grandes, las muy grandes y las estadísticas.
El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, lo expresó este sábado con un mensaje en la red social X, antes conocida como Twitter. “Las cifras extrapoladas por algunos medios son mentira y tienen intención de engañar”, dijo para citar el catecismo y acabar recalcando: “No nos cansaremos de pedir perdón a las víctimas y trabajar por su sanación”.
La investigación de Ángel Gabilondo, el Defensor del Pueblo, incluye demoledores testimonios, con abusados que dicen actuar en nombre de “las víctimas silenciosas”. El propio Gabilondo reconoció después de entregar su investigación en el Parlamento que el fin de su equipo no era establecer la cifra de afectados por esta lacra, aunque no pudo evitar que la prensa extrapolara los datos de la encuesta incluida en su trabajo.
El Defensor del Pueblo defendió el rigor y la representatividad de la muestra elegida, un total de 8.013 personas mayores de 18 años. Si se trasladan tales resultados demoscópicos al censo de España (algo que critica con dureza la Conferencia Episcopal) se concluiría que más de 400.000 personas han sido víctimas de abusos en el ámbito eclesial (la mitad de ellas, directamente a manos de un sacerdote o un religioso).
La cifra no está muy alejada de la de otros países de nuestro entorno, como Francia, donde la Iglesia católica ha tenido históricamente menor peso que en España y que ha admitido al menos 330.000 víctimas desde 1950. Pero ya se han alzado voces denunciando que 8.013 personas, por muy bien que se las seleccione, son un universo pequeño para extrapolaciones. En eso insistirá la Conferencia Episcopal la próxima semana.
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