jueves, 19 de octubre de 2023

Hollerich: Hacia adelante en la sinodalidad, no al clericalismo que inmoviliza a la Iglesia

El cardenal Relator General abre la 12ª Congregación General del Sínodo, dedicada al cuarto módulo del Instrumentum Laboris sobre los temas de la autoridad, el servicio, el discernimiento y la descentralización. "Cuestiones delicadas que afectan al crecimiento de la tradición: un discernimiento equivocado podría romperla o congelarla".

Fuente:   Vatican News

Por   Salvatore Cernuzio

Ciudad del Vaticano

18/10/2023


El cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo.

"Estamos cansados" y "nos acercamos al final", pero cuidado "esto no debe convertirse en una excusa para reducir el compromiso con nuestro trabajo, como si fuera la última semana de clase". Con una invitación a continuar el "hermoso", "apasionante" y "exigente" trabajo realizado en estas más de dos semanas de asamblea, el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general, ha inaugurado hoy, 18 de octubre, en el Aula Pablo VI, la XII Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad. Hoy han comenzado las reflexiones y debates sobre el cuarto módulo, B3, el último dedicado a examinar los contenidos del Instrumentum laboris, sobre el tema "Participación, responsabilidad y autoridad. ¿Qué procesos, estructuras e instituciones en una Iglesia sinodal misionera?"

 

Autoridad, discernimiento, descentralización

Cinco son las cartas sobre las que los Círculos Menores deberán detenerse en diversos lenguajes: la renovación del servicio de la autoridad, con la mirada puesta en ese "clericalismo" que puede afectar también a los laicos e impedir a la Iglesia avanzar; el "discernimiento en común", para construir un consenso no polarizador y, al mismo tiempo, respetuoso de la autoridad; la creación de estructuras e instituciones "sinodales"; la construcción de "redes" entre las Iglesias locales, a la luz de la "sana descentralización" deseada por el Papa. Por último, la "potencialidad" de la propia institución del Sínodo, evaluando "el experimento" de ampliar la participación a un grupo de "no obispos".

 

El crecimiento de la tradición

Todas estas cuestiones son "delicadas", las define Hollerich, "porque afectan a la vida concreta de la Iglesia y también al dinamismo de crecimiento de la tradición: un discernimiento equivocado podría romperla o congelarla. En ambos casos la mataría". Cuestiones, por tanto, "que requieren ser afrontadas con precisión de lenguaje y de categorías". Por eso, el cardenal exhorta a teólogos y canonistas, tanto latinos como orientales, a "ayudar" a la reflexión: "No tengamos miedo de cuestionarlas".

 

El tiempo entre los dos Sínodos

Hollerich recuerda también que esta sesión será un primer paso para abordar estas cuestiones, y que después habrá un año para profundizar en ellas. En medio, un año que -subraya el arzobispo de Luxemburgo- "nos verá comprometidos a entregar los frutos de nuestro trabajo a las Iglesias de las que procedemos".

A los participantes en el Sínodo les espera una "doble tarea" cuando vuelvan a casa. Por un lado, difundir los resultados de la primera sesión, implicando a las conferencias episcopales, los grupos sinodales, los medios de comunicación, etc. Por otro, planificar cómo "recoger las reacciones de las Iglesias locales", para llegar "preparados" al Sínodo de 2024, es decir, "cargados de una conciencia más clara del Pueblo de Dios sobre lo que significa ser una Iglesia sinodal".

 

¿Qué va a cambiar?

"Somos muy conscientes de que este Sínodo será evaluado en función de los cambios perceptibles que se derivarán de él", prosigue el ponente general. Esto es cierto para "los grandes medios de comunicación, sobre todo los más alejados de la Iglesia", que se interesan por "los posibles cambios en un número muy limitado de temas", pero también para "nuestros colaboradores, los miembros de los consejos pastorales, las personas que están implicadas en las parroquias". Todas estas personas "se preguntan qué va a cambiar para ellos", "se preguntan cómo es posible en una Iglesia todavía poco sinodal, en la que sienten que su opinión no cuenta y que son unos pocos o uno solo los que deciden todo", afirma el cardenal. Estas personas están especialmente interesadas en "los cambios, pequeños pero sensibles, sobre los temas que nos disponemos a tratar en este módulo".

 

Clericalismo y poder

La primera cuestión se refiere a la autoridad, pero no para "cuestionar" la de los ministros ordenados y los pastores que, como sucesores de los apóstoles, tienen "una misión especial en la Iglesia", aclara el cardenal Hollerich. La reflexión a iniciar se refiere a la "corresponsabilidad en la misión de la Iglesia", porque, subraya el cardenal, "en los lugares donde reina el clericalismo, hay una Iglesia que no se mueve, una Iglesia sin misión". "El clericalismo puede golpear al clero y también a los laicos cuando pretenden mantener una responsabilidad para siempre", insiste, "los clericalistas sólo quieren mantener el statu quo, porque sólo el statu quo consolida su poder. Misión... ¡imposible!"

 

Espacios de participación y crecimiento

El otro es "la creación de estructuras e instituciones que perduren en el tiempo y ofrezcan a las personas espacios de participación y crecimiento". Algunas ya existen -los consejos pastorales-, pero hay que evaluar su "grado de sinodalidad efectiva". El cardenal Hollerich recuerda la "alegre novedad" de las asambleas continentales, "un punto fuerte del proceso del Sínodo 2021-2024". Pero "¿qué aprendemos de esa experiencia?" y "¿cuál es el potencial de un instrumento como las Asambleas Eclesiales, en las que no sólo están presentes los obispos?", se pregunta. "¿Cómo podemos construir redes entre las iglesias locales?"

 

El potencial del Sínodo

La última ficha del Módulo B 3 nos invita, por otra parte, a "reflexionar sobre las potencialidades de la institución misma del Sínodo como lugar en el que experimentar de modo especial la relación dinámica que une sinodalidad, colegialidad episcopal y primacía petrina". Una cuestión que nos toca de cerca, afirma el cardenal Hollerich. Por ello, invoca la "concreción" a todos los participantes en el Sínodo, recomendando no perderse en "detalles", "anécdotas", "casos individuales". Hay que "permanecer centrados en el objetivo", es decir, "expresar las convergencias, las divergencias, las cuestiones que hay que explorar y las propuestas concretas para avanzar". Las consideraciones al margen "no nos ayudan".

 

Recordar a los emigrantes

Antes del discurso del orador general, el cardenal Secretario General del Sínodo, Mario Grech, recordó el momento de oración deseado por el Papa para recordar a los migrantes y refugiados. Los miembros del Sínodo lo vivirán mañana por la tarde en el monumento del "Ángel de la Esperanza", en la plaza de San Pedro.

"Será una oración significativa para que podamos vivir juntos", dijo Grech. Y hablando de migrantes, compartió con la asamblea la noticia que le comunicó Luca Casarini, invitado especial al Sínodo, presidente de Mediterranea Saving Humans, dedicada al rescate de migrantes en el mar. "Luca Casarini me informó ayer del rescate en el mar Mediterráneo de dos embarcaciones: una con 47, la otra con 69 hermanos y hermanas migrantes de varios países africanos. Entre ellos había una niña de 7 años, Jessica, que venía de Camerún con su madre. En la segunda embarcación casi todas las personas procedían de Sudán del Sur: había muchas mujeres y niños, el más pequeño de sólo 2 meses". "Todos fueron rescatados", anunció Grech. Y los aplausos resonaron en todo el Aula Pablo VI.

 

 

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