lunes, 26 de septiembre de 2022

Willy Bombeek: “La liturgia de los obispos de Flandes saca a los gais de la clandestinidad”

Entrevista al coordinador del proyecto Fe y Homosexualidad para la Iglesia católica flamenca

Fuente:    La Vanguardia

Beatriz Navarro
Bruselas. Corresponsal

26/09/2022


Willy Bombeek, de 61 años, se define como “homosexual y creyente comprometido” con su fe
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Algunos homosexuales deciden mantenerse solteros, otros “optan por una vida en pareja”, pero todos “merecen nuestro reconocimiento y apoyo”, afirma el documento publicado la semana pasada por los obispos de Flandes (Bélgica), que proponen una liturgia específica para la unión de personas del mismo sexo, una autén­tica primicia en el mundo católico. “Es revolucionario”, afirma entusiasmado Willy Bombeek antes de corregirse y subrayar que “más que de revolución, creo que debemos hablar de evolución”. Todo emana, insiste, de Amoris laetitia (La alegría del amor), la exhortación apostólica publicada por el papa Francisco en el 2016.

 

Silencio en Roma

“En absoluto esto entra en conflicto con el Vaticano, nos basamos en ‘Amoris laetitiae’”

Bombeek, que se define como “homosexual y cristiano comprometido”, fue durante 16 años portavoz de la red de enseñanza católica de Flandes. Como persona de confianza de la Iglesia belga, hace dos años recibió el encargo del arzobispo de Malinas-Bruselas, el cardenal Jozef de Kesel, de crear un grupo de trabajo para profundizar en sus reflexiones sobre la aceptación y acogida de las personas homosexuales. Sus sugerencias, explica a La Vanguardia , fueron la base del documento publicado el 20 de septiembre por los obispos flamencos, que propone un ritual para un momento de oración en el que se pide a Dios bendecir estas uniones.

 

Primicia mundial

“Ahora empieza todo, hemos hecho lo que el Papa nos ha pedido, acoger y aceptar”

Esto no supone, aclaran, equipararlas al matrimonio religioso, en el que los esposos deben ser un hombre y una mujer, insisten los obispos flamencos, que han pedido a todas las parroquias que creen­ puntos de acogida para escuchar a personas homosexuales y sus familiares. “Duele cuando estas personas sienten que no pertenecen a la comunidad o que están excluidas de ella, quieren ser escuchadas y reconocidas”, reconocen los obispos flamencos.

 

Como creyente y homosexual, ¿qué sintió al ver el documento?

Para mí fue muy emotivo. Nunca creí que fueran a ir tan lejos, aunque lo deseara. Lo que han escrito es un paso enorme de apertura, pero dentro de la lealtad a Roma.

 

¿No entra en conflicto con el Vaticano? La Congregación para la Doctrina de la Fe dictaminó el año pasado que la Iglesia no podía bendecir estas uniones porque “Dios no bendice el pecado”.

No, en absoluto. Cuando se publicó esa declaración pregunté a los obispos si eso afectaba a nuestro mandato y nos dijeron que no, que siguiéramos trabajando en la línea de Amoris laetitia , de forma fiel a lo que dice el Papa sobre ser una Iglesia que no excluye a nadie. De lo que habla el documento de los obispos es, literalmente, de “un momento de oración para pedir a Dios que bendiga y perpetúe ese compromiso de amor y fidelidad”. Es lo que dice y lo que hay que leer. No estoy al corriente de ninguna reacción oficial ni oficiosa del Vaticano. Los obispos belgas harán pronto una visita a Roma que estaba prevista desde hace tiempo, quizás entonces se hable del tema.

 

En Bélgica hay sacerdotes que han celebrado ceremonias para parejas gais de forma discreta, ¿ahora podrán hacerlo sin miedo?

Sí. Durante mi investigación hablé con parejas gais que están casadas por lo civil y habían buscado una cobertura religiosa a su unión y con sacerdotes que lo hacían. Todos me decían que se sentían incómodos hacia la autoridad. Pero los obispos sabían que existía esa realidad y había una necesidad de acompañamiento, por eso es importante que les haya dado un ritual. Nosotros, los homosexuales cristianos, queremos poder mostrar ante Dios nuestro compromiso de fidelidad y hacerlo en un lugar sagrado como la iglesia, con un sacerdote, con nuestra familia y amigos. Ahora, gracias a este ritual, los sacerdotes van a estar más cómodos y pueden hablar con las parejas sobre cómo hacerlo sin miedo a tener problemas. Esto las saca de la clandestinidad porque ya es oficial, no hay por qué ocultarlo. Lo más importante para las parejas homosexuales es poder mostrar su amor y compromiso como las heterosexuales, no solo civilmente sino desde el punto de vista espiritual.

 

Los obispos le han nombrado coordinador del Servicio Interdiocesano de Pastoral Familiar.

Queremos crear una pastoral y estar a la escucha de la gente y ver qué demandas hay, luego ya hablaremos. La gente mayor con la que he hablado ha sufrido mucho, lo ha pasado mal. Se sentían excluidos, rechazados y humillados, por eso para ellos es importante que se les escuche. También hay que tener en cuenta a los hijos de estas parejas, para ellos también es importante que sepan que son aceptados. Y lo mismo para los padres, porque la salida del armario de un hijo es también la suya.

 

¿Cree que este paso puede ayudar a combatir la homofobia que existe en la sociedad actual, el mundo católico incluido?

Eso espero, esa es al menos la voluntad de los obispos. El texto habla de la violencia contra los homosexuales y aboga por dar la comprensión y la integración. Son muy conscientes del problema que hay en algunos países de África, por ejemplo, donde manipulan el mensaje de la Iglesia para castigar la homosexualidad incluso con la pena de muerte. Para mí lo más importante es ese mensaje de aceptación e integración.

 

¿Piensa que el paso dado por los obispos flamencos puede hacer mover las cosas en el seno de la Iglesia católica?

Lo que he visto en los últimos días es increíble, nunca pensé que fuera a tener semejante impacto mundial a nivel de prensa. Lo que ocurre, y estoy orgulloso de ello, es que es la primera vez que una Iglesia, los obispos de una comunidad local, han dicho a los gais que son bienvenidos como son, que es una Iglesia que acoge, que quiere estar cerca en el plano pastoral y no excluye a nadie. Ahora empieza todo. Ahora hay un texto, veremos cómo se le da forma y cómo evoluciona. Pero se da forma a ese texto. Digamos que el paso más grande ya se ha dado y si puede inspirar a otros, bienvenido sea. Solo podemos estar satisfechos, hemos hecho lo que el Papa nos ha pedido, dar testimonio de nuestra fe, acoger y aceptar.

 

 

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