viernes, 30 de septiembre de 2022

Parroquia y comunidad

En la intervención programática del año pastoral (17 de septiembre), Ivo Muser, obispo de la diócesis de Bolzano-Bressanone, titulada “Sobre tu palabra… cerca y juntos”, ilustró el camino sinodal. En la parte dedicada a las parroquias, apoyó el cambio estructural que se está produciendo ("equipos pastorales"): "sólo tendrán futuro si hay una comunidad de personas, aunque sea pequeña, que se responsabilice de ellas".

Fuente:   Settimana News

Por: Ivo Muser

28/09/2022 


En este punto me gustaría hacer un comentario provocativo. Tenemos un lindo tema para el año pastoral, que suena bien e inspira. Tenemos dos focos, la Palabra de Dios y el amor concreto al prójimo. Pero no sabemos cómo salir adelante en las parroquias. Apenas podemos manejar la vida cotidiana: ¿dónde deberíamos encontrar espacio para los nuevos temas?

 

Construir la parroquia juntos

Los impulsos provenientes de la Iglesia universal o de la diócesis, incluso las buenas ideas que surgen en las mismas parroquias, quedan en letra muerta, simplemente porque estamos plenamente comprometidos en dar forma a la vida cotidiana.

La estructura pastoral, tal como la hemos conocido hasta ahora, se está disolviendo. ¡Al mismo tiempo, no podemos negar que la falta de fieles es aún más grave que la falta de sacerdotes! La Iglesia popular, el anclaje de la Iglesia en el pueblo, está convulsionada, está desapareciendo, recordándonos el retroceso dramático de los glaciares, que se hizo especialmente evidente este verano.

 

La Iglesia popular se retira, como los glaciares

La secularización, la individualización y la privatización en la relación con la fe y la Iglesia se han convertido en un desafío importante.

Menos de YO y más de NOSOTROS - nos haría bien. ¡La fe cristiana es personal, pero nunca privada! Por su naturaleza, está vinculado a la comunidad. ¿Qué hago para que la comunidad de creyentes pueda mantenerse viva?

En este sentido, me gustaría ofrecer dos sugerencias. María y Marta también nos brindan aquí la imagen apropiada. En una época de cambios como la nuestra, podemos, y de hecho debemos, tomar el ejemplo de estas dos mujeres.

María simboliza la capacidad de no perderse en la diversidad de las tareas y de tener la mirada clara en lo necesario: Cristo y su Palabra. Este es el único sentido de nuestro tema anual. “Cerca y juntos” no significa hacer algo especial, sino hacerlo con una calidad particular. Se trata de dedicar a Dios y a los demás una atención que precede a nuestras acciones y debe acompañarlas. Los ejes del tema anual, la Biblia y el amor al prójimo, ilustran el centro necesario de nuestra acción.

Especialmente cuando todo parece demasiado y demasiado confuso, es importante encontrar momentos de recogimiento con Dios y con las personas. Comparta la Biblia juntos y busque a Dios; el tiempo que dedicamos a las personas y el estar ahí el uno para el otro no es un lujo, sino lo único que se necesita y que debemos buscar y elegir primero. Todo lo demás ganará fuerza y ​​alegría de esto.

Marta representa el hogar ordenado, donde lo cotidiano tiene su regla y el huésped es bienvenido. Así debe ser nuestra parroquia: bien equipada para la vida cotidiana y abierta a lo nuevo, a las personas que quieren ser nuestros huéspedes. Recordemos que Jesús no reprocha a Marta la organización de la casa, todo lo contrario. Sin embargo, la ayuda a no perder de vista la fuente de sus acciones, a no perder la orientación en las numerosas tareas.

 

Un camino compartido

Hoy es importante cuidar nuestras parroquias como un hogar bien ordenado, especialmente en lo que se refiere a su liderazgo. El cambio estructural se ha hecho evidente y debe abordarse con mucha más determinación que antes. Las pautas sobre los equipos pastorales y la colaboración en las comunidades parroquiales líderes ofrecen un camino viable.

Se pueden discutir algunos detalles, criticar procedimientos y en algunos asuntos seremos más sabios a través de la experiencia. Pero no hay forma de evitarlo: nuestras parroquias sólo tendrán futuro si hay una comunidad de personas -aunque sea pequeña- que se responsabilice de ello.

Cuando pienso en los equipos pastorales que ya existen o se están constituyendo en muchas parroquias, me viene a la mente sobre todo el término “juntos”. Una parroquia está viva cuando en su centro hay una acción común, un camino compartido. No el programa, ni las tareas, sino las personas son el punto de apoyo de una sana pastoral.

La primera tarea del consejo pastoral parroquial y del equipo pastoral es conocer a la gente y permitir que el mayor número posible de fieles experimente el servicio común a la parroquia.

San Pablo lo recomendaba fuertemente a los cristianos de Corinto: a cada uno de nosotros se nos han dado talentos con los que podemos construir la comunidad y dar forma a la Iglesia. Nadie es simplemente un consumidor, porque todos tienen una contribución que hacer a la Iglesia. Por lo tanto, la tarea más importante y urgente en el gobierno de la parroquia no es el programa, sino la persona, a quien ayudamos para que sus dones y talentos florezcan para el bien de la comunidad.

El cuidado por profundizar en la espiritualidad y el esfuerzo por una buena organización no se contradicen, sino que son mutuamente dependientes, así como las palabras clave "cerca" y "juntos" se complementan y condicionan.

La profundidad espiritual y la organización son las piedras angulares que nos ayudan a superar el sentimiento de agobio que a menudo nos paraliza hoy. Por eso, quisiera que el tema anual “juntos y juntos” no sea una tarea adicional, sino una invitación urgente a trabajar sobre los cimientos, sin los cuales todo lo demás no puede tener éxito».

 

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