Fuente: Adista Notizie
Por Francesco Peloso
21/03/2025
42190 CIUDAD DEL VATICANO-ADISTA.
El proceso sinodal de la Iglesia no ha concluido. Así lo estableció el Papa Francisco quien, desde el hospital donde se encuentra ingresado desde el 14 de febrero, decidió poner en marcha un calendario de citas para todas las iglesias locales hasta 2028. La decisión fue hecha pública por la Secretaría General del Sínodo el pasado 15 de marzo. «El 11 de marzo, el Santo Padre –escribe el Secretario General del Sínodo, el cardenal, en una carta dirigida a todos los obispos. Mario Grech– aprobó definitivamente el inicio de un proceso de acompañamiento y evaluación de la fase de implementación por parte de la Secretaría General del Sínodo. Este camino involucra a las diócesis y eparquías, a las conferencias episcopales y a las estructuras jerárquicas de las Iglesias orientales católicas, así como a sus agrupaciones continentales, que cuidarán de involucrar también a los institutos de vida consagrada, a las sociedades de vida apostólica, a las asociaciones de laicos, a los movimientos eclesiales y a las nuevas comunidades presentes en sus territorios. Finalmente encontrará una salida en la celebración de una Asamblea eclesial en el Vaticano en octubre de 2028”.
El Sínodo se relanza así aún más, aunque ya se preveía una fase de implementación del documento final tan importante como los trabajos preparatorios —desarrollados a nivel de iglesias locales y luego continentales— y las dos sesiones de la asamblea celebradas en el Vaticano en 2023 y 2024. Con esta coda deseada por el pontífice, el Sínodo sobre la sinodalidad durará en total de 2021 a 2028, pero no está del todo claro a qué se debe todo este trabajo, dado que las deliberaciones finales de la asamblea no contenían ninguna noticia impactante, sino más bien la esperanza y la invitación a la Iglesia a continuar en el camino de aperturas y reformas que hasta ahora se han anunciado más que promovido. Mientras tanto, entre otras cosas, continúa el camino de los diez grupos de trabajo sobre temas especiales queridos por Francisco –quien con ello ha eliminado de hecho una serie de cuestiones particularmente delicadas de la discusión general del Sínodo–, que deberían informar al Papa en junio. Entre ellas se encuentra, por ejemplo, la cuestión no resuelta del papel de la mujer en la Iglesia, un tema que todavía se considera demasiado divisivo. "Parece -observa la agencia Ansa- que con este nuevo calendario de trabajos sinodales las reformas esperadas, exigidas sobre todo por los sectores más progresistas de la Iglesia, están destinadas a volver a decaer".
Cambia tu mentalidad
En una larga entrevista concedida a los medios vaticanos, el Card. Grech, intentó explicar el sentido de lo que está sucediendo: «Muchos pensaban que el Sínodo –dijo el purpurado de origen maltés– había concluido con la celebración de la segunda sesión de la asamblea, en octubre pasado. En realidad, la constitución apostólica Episcopalis Communio transformó el Sínodo de un evento a un proceso dividido en tres fases: preparatoria, celebrativa y operativa. Este paso exige una verdadera conversión, un cambio de mentalidad que necesita tiempo para arraigarse en la práctica de la Iglesia”. Sin embargo, añadió, dicha articulación «es fundamental: no basta la publicación de un documento para que lo que ha surgido en las dos fases del proceso sinodal se implemente en la vida de la Iglesia». “Este documento debe ser acogido como fruto del discernimiento eclesial y como horizonte de conversión”.
Se trata, explica el cardenal Grech, de «un proceso encaminado a favorecer la confrontación entre las Iglesias sobre las intuiciones que han madurado en la fase de aplicación». Después de un período dedicado al trabajo de cada realidad local (hasta 2026), deseamos, en estilo sinodal, crear espacios de diálogo e intercambio de dones entre las Iglesias”. El objetivo, añade Grech, «es que la implementación no se realice de manera aislada, como si cada diócesis o eparquía fuera una entidad en sí misma, sino que se fortalezcan los vínculos entre las Iglesias a nivel nacional, regional y continental. Al mismo tiempo, estos momentos de diálogo permitirán un auténtico “caminar juntos”, ofreciendo la oportunidad de evaluar, en un espíritu de corresponsabilidad, las elecciones realizadas. Los encuentros previstos para 2027 y principios de 2028 acompañarán así naturalmente el camino hacia la Asamblea Eclesial de octubre de 2028. Parece, en definitiva, que lo primero es el método, o más bien, la capacidad de la Iglesia de discutir junta, de animar un debate capaz de implicar al mayor número posible de creyentes.
La espera de los 10 grupos
En cuanto a los diez grupos queridos por el propio pontífice, el secretario general del Sínodo observó que los trabajos están ahora en una fase avanzada. Esto al menos «es lo que surgió de una reciente reunión organizada por la Secretaría General con la participación de todos los coordinadores de los grupos. La metodología de trabajo es bastante variada, aunque – según la precisa indicación del Santo Padre – cada grupo se compromete a adoptar un estilo sinodal… escuchando también las voces externas al grupo, que pueden ayudar a tener en cuenta múltiples perspectivas. También están siendo de gran ayuda las aportaciones que están llegando en los últimos meses por parte de particulares o asociaciones. También muchos obispos, atendiendo a una invitación que les ha sido dirigida, han promovido en sus Iglesias locales un discernimiento sobre las cuestiones tratadas por los grupos y nos envían sus resultados. En algunos casos, sin embargo, fueron los mismos grupos los que solicitaron opiniones, por ejemplo recurriendo a las Conferencias Episcopales o a las Nunciaturas Apostólicas, o consultando a expertos, o incluso celebrando reuniones conjuntas entre grupos que tratan cuestiones similares. En cuanto a la conclusión del trabajo, dijo Grech, es difícil establecer una fecha válida para los diez grupos. «Como se indicó hace un año, en el momento de su constitución –precisó el cardenal– los grupos están invitados a presentar sus conclusiones al Santo Padre “posiblemente antes de junio de 2025”. Algunos de los grupos deberían poder cumplir este plazo. Otros, por el contrario, quizá necesiten más tiempo, pero de todas formas entregarán, a finales de junio, un informe provisional sobre su trabajo".
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