¿Qué es el Sínodo sobre la Sinodalidad?

El Sínodo sobre la sinodalidad sigue siendo un concepto difícil de comprender para muchos observadores. Cada semana, el corresponsal especial permanente de La Croix en el Vaticano revela información sobre lo que hay detrás del escenario del estado más pequeño del mundo.

Fuente:   La Croix International

Por   Mikael Corre (en Roma)

07/10/2024

Mikael Corre (Foto: Franck Ferville/La Croix)

¿Es el Sínodo sobre la Sinodalidad el momento más importante para la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, como cree una fuente vaticana de alto rango? Me encantaría decirles que sé exactamente lo que estaba frente a mí el 2 de octubre en su reapertura a última hora de la tarde, pero eso no sería exacto. Por ahora, este sínodo parece una mezcla entre una reunión tradicional de obispos y la exploración de nuevas técnicas de comunicación por parte de la Iglesia. Es como si Justiniano se encontrara con un "facilitador de diálogo" de Silicon Valley.

Sentado con algunos periodistas en el balcón del Aula Pablo VI, a pocos metros de la Basílica de San Pedro en Roma, observo cómo los líderes de la Iglesia toman sus lugares alrededor de las mesas redondas. Según la oficina de comunicación de la Santa Sede, hay 36 mesas, aunque yo cuento 38. Algunas mujeres y otros "no obispos" han sido invitados, pero la asamblea -350 presentes de los 368 invitados- sigue estando compuesta en gran parte por rojos (cardenales) y morados (obispos). Un toque de verde: 12 palmeras de plástico se alinean en la sala, como los Apóstoles.

La decoración y el montaje se asemejan un poco a una boda. Alrededor de una mesa de honor, ligeramente elevada, se sientan algunos altos cargos, entre ellos el cardenal maltés Mario Grech (prosecretario general del Sínodo de los Obispos), su homólogo luxemburgués, el cardenal Jean-Claude Hollerich (relator de este Sínodo), el Papa y la hermana Nathalie Becquart (subsecretaria de la secretaría general del Sínodo). Una mujer entre estos hombres, como en cada mesa de esta "segunda sesión del XVI Sínodo Ordinario de los Obispos". "La presencia de miembros que no son obispos no disminuye la dimensión 'episcopal' de la asamblea", dijo Francisco.

¿Qué significa eso? Al escuchar al Papa hablar de "armonía" (usó la palabra 12 veces el 2 de octubre), casi se podría imaginar a la asamblea rompiendo a cantar, un coro de todo el mundo, buscando, hasta el 27 de octubre, la armonía perfecta. La imagen puede no estar tan lejos: en el Aula Pablo VI, cada día comienza con el canto de los salmos, y hay que tener cuidado de no confundir las disonancias con la expresión de las diferencias: "Se nos pide que practiquemos juntos el arte de la sinfonía", dijo el Papa.

En la época bizantina, la "sinfonía" era un ideal de entendimiento entre el patriarca de Constantinopla y el emperador, el primero entre los laicos. Ya no estamos allí, pero la sinodalidad deseada por Francisco toca una pregunta muy antigua en la historia de la Iglesia: ¿Quién tiene la autoridad? ¿El Papa o el Sínodo de los Obispos?

Sin dudarlo, el Sínodo de los Obispos, respondió a un alto funcionario ortodoxo invitado como observador durante la primera sesión en octubre de 2023. Sus reservas sobre la Asamblea Romana se basaban en dos aspectos: primero, la presencia de laicos (que ayuda a explicar la observación del Papa sobre el carácter "episcopal"); En segundo lugar, el hecho de que no se trata de "una asamblea deliberante" sino sólo consultiva. "La comprensión de la sinodalidad en la Iglesia ortodoxa es muy diferente de la definición de sinodalidad dada por vuestra Asamblea", dijo el arzobispo Job Getcha, metropolitano de Pisidia.

Es difícil imaginar a un obispo declarando que el Papa es solo una voz entre otras, en este escenario de octubre de 2024 en Roma, como sucedió en el Concilio de Calcedonia en 451, por ejemplo.

La oficina de comunicaciones del Vaticano aún no ha decidido cómo llamar a las conclusiones de esta sesión de octubre, un documento final "que ni siquiera puede llamarse 'documento final'", dijo durante una conferencia de prensa. Sólo hay una certeza: al final de los debates, el Papa tomará la decisión final.