viernes, 4 de marzo de 2022

Bätzing: La sexualidad es un don de Dios y no un pecado

El Catecismo debe ser parcialmente modificado

El presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing, quiere cambios en la doctrina sexual de la Iglesia. La sexualidad es un regalo de Dios, no un pecado. En una entrevista, el pastor también comenta su juventud y su vida privada.

Fuente:   katholisch
Limburgo
03/03/2022


El presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing, se ha pronunciado sobre la necesidad de revisar la enseñanza de la Iglesia: "Tenemos que cambiar el Catecismo en parte", dijo el obispo de Limburgo el jueves, en declaraciones efectuadas a “Bunten”. "La sexualidad es un regalo de Dios. Y sin pecado".

Si las parejas del mismo sexo viven "en fidelidad y responsabilidad", esto no afecta a la relación con Dios. "Jens Spahn, por ejemplo, es un buen católico". Además, Bätzing garantizó que los gays y lesbianas no tendrían que temer el despido debido a su sexualidad. "Ya nadie tiene que tener miedo de perder su trabajo en la Iglesia por cómo vive su intimidad personal. No es asunto mío".

 

No es anticristiano, solo desconocido

Bätzing también se pronunció a favor del fin del celibato obligatorio. Aunque él personalmente quiere seguir a Jesús célibemente, los sacerdotes casados "enriquecerían" a la Iglesia. "A los sacerdotes se les debe permitir vivir el matrimonio y la familia, no es anticristiano. Simplemente, inusual". También puede imaginar "que las mujeres lleguen al ministerio ordenado, las diaconisas serían un primer paso". Son muchas las que podrían tener vocación para ello. "La tradición de tener siempre a un hombre al frente ya no es popular, lo percibo en nuestras comunidades. Necesitamos a las mujeres. Y se las debe confiar todo".

El pastor de Limburgo está preocupado por los casos de abuso en la iglesia. Fue quien apostó por su reevaluación: "Todo tiene que ser puesto sobre la mesa". El estado de la iglesia es actualmente desastroso, pero confía en "que el bien prevalecerá". Para ello, sin embargo, debe "pedir primero perdón a los fieles por las omisiones". Y ha de oír a los afectados: "Cualquier persona de mi diócesis que quiera tener una cita conmigo lo consigue, se lo garantizo".

Bätzing también dio una idea de su vida privada. Sintió su vocación como sacerdote temprano en la vida: "Hay algo sagrado que quiere entrar en mi vida". Por eso nunca "salió con una chica, como se suele decir". Un apartamento de lujo, como el de su predecesor Franz-Peter Tebartz-van Elst, no es su estilo. Para él, el “lujo” es irse de vacaciones con amigos, por ejemplo a Liguria o al tirol del Sur. "También camino por allí en bañador", dice Bätzing. "Simplemente vivo, conduzco un Peugeot 308. Y, a veces, hasta caigo en la trampa del radar". (cph)

 

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