miércoles, 15 de septiembre de 2021

¿Cómo elegir un obispo para Ciudad Rodrigo?

Fuente:   Religión Digital

Del Blog de X. Pikaza

13/09/2021

 

(Extracto. Leer COMPLETO)

 


Ruta por Ciudad Rodrigo. Salamanca | La Alberca y su entorno Rurality Home

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- Lo más importante no es el nuevo obispo (o no obispo) de Ciudad Rodrigo (que podría convertirse en un arciprestazgo nuevo de Salamanca). Lo más importante es que haya iglesia de Jesús en Ciudad Rodrigo, es decir, comunidad responsable y gozosa de personas que comparten la palabra, se ayudan mutuamente y celebran el misterio de la pascua de Jesús y la fraternidad universal en forma de eucaristía. Por eso es normal que ellos, los cristianos del lugar empiecen a dialogar y escojan a sus propios pastores sin injerencias de política exterior. Si no son capaces de hacerlo, no pueden llamarse en verdad iglesia de Jesús; serán misión externa, organizada desde fuera por enviados de otras comunidades, pero no son iglesia; no podrían tener obispo propio.

En el campo de disputas y grupos enfrentados sobre la diócesis de Ciudad Rodrigo, la iglesia sólo será signo de reconciliación y utopía evangélica si ofrece ejemplo verdadero de diálogo interior. Si no lo pueden hacer, si sus fieles se encuentran de tal forma “dirigidos desde fuera” que resultan incapaces de escoger, desde el mensaje y ejemplo de Jesús, unos pastores no son dignos de llamarse cristianos. Es evidente que ahora no lo hacen, no lo pueden hacer, en parte porque no asumen su propia responsabilidad dialogal y en parte porque se lo impide en método actual (provisional, dictatorial) de nombramiento de pastores desde Roma, con consultas secretas que se prestan a sospechas y manipulaciones.

Pero una iglesia no se encuentra nunca aislada; por eso, en el nombramiento de un obispo participan, como testigos de la transparencia del gesto y como garantes de continuidad apostólica y unidad eclesial, los obispos vecinos. Sin esta presencia y colaboración de los cristianos del entorno (de eso que llamaríamos hoy archidiócesis o provincia eclesiástica) no habría verdadero nombramiento de pastores. Por otra parte, son ellos, los obispos vecinos los que imponen las manos o consagran al que ha sido nombrado, ofreciéndole así una tarea y una gracia que viene de Jesús, desde el principio de la iglesia. Es posible que surjan a veces tensiones entre grupos cristianos de una diócesis y entre una diócesis y los obispos vecinos; pero ellas tienen que arreglarse siempre hablando, en diálogo fundado en la verdad del evangelio que se expresa en el pan compartido, en la mesa común, como decía Pablo (cf Gal 2, 5.14).

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-Es normal que se comunique el nombramiento al obispo de Roma, como primado de la iglesia, pero no en gesto de sometimiento sino de comunión. Por eso, el tema, no se puede resolver partiendo de un nuncio de Roma y de unos jerarcas externos… El tema debe resolverlo la propia diócesis, viendo si los cristianos del lugar quieren organizarse como iglesia autónoma. Es evidente que el ministerio episcopal está fundado en Dios, brota de Cristo. Pero esa fundamentación no significa que lo deba nombrar el Papa, como si él sólo fuera portador del Espíritu Santo. También los cristianos que lo eligen dentro de la diócesis actúan como portadores del Espíritu, no como simples ciudadanos de una democracia formal. Por otra parte, los obispos consagrantes actúan también en nombre del Espíritu Santo e introducen al nuevo pastor en la línea de la sucesión episcopal o apostólica y de la comunión universal o católica. Quizá pudiera decirse que la comunidad lo elige, los obispos vecinos lo consagran y el papa le ofrece el signo de la apertura universal.

 

En concreto ¿quién debe elegir y nombrar al obispo de Ciudad Rodrigo?

 Sinodalidad intraeclesial. Lo primero es que los cristianos del entorno de Ciudad Rodrigo se reúnan y dialoguen y digan si quieren ser iglesia autónoma, y cómo pueden serlo. Tienen muchas cosas, un largo camino ya hecho: Una catedral, un clero bueno, aunque algo envejecido, grandes tradiciones cristianas.

 ¿Quién puede convocar esa reunión instituyente? Quizá el “vicario diocesano” actual, quizá el presbiterio… El caso es que se reúna.

 ¿Quiénes pueden participar? Los presbíteros, es decir, los cristianos más comprometidos… con delegados de los movimientos diocesanos, de las parroquias, de los religiosos… con aquellos que quieran aportar su palabra. Evidentemente, tendría que estar Mons. Raúl Berzosa, por su trayectoria como obispo, por su conducta ejemplar en estos últimos años. Debería estar incluso el Nuncio del Vaticano, pero como oyente, para aprender, no para imponer soluciones…Podrían estar los obispos del entorno, para dialogar…

 Son ellos los que tienen que decidir si quieren ser diócesis o no, qué tipo de obispo quieren (incluso la vuelta de D. Raúl Berzosa).

Actualmente, en lugar de ese diálogo concreto de amor y palabra compartida entre todos los cristianos e iglesias, parece imperar el poder superior de un Papa y Vaticano superior, concebido a veces como alguien que se encuentra separado (casi por encima) del conjunto de la iglesia. Sólo de esa asamblea diocesana puede brotar la respuesta de seguir siendo diócesis, con un obispo concreto, elegido por ellos… o de disolverse y pasar a formar parte de la diócesis de Salamanca, Plasencia o Zamora.

 De esa asamblea debería surgir el nuevo obispo… El nuncio no tiene función electora, sino que actúa simplemente como testigo de comunión entre las iglesias… Lo mismo que los obispos del entorno, que son mucho más importantes, pues ellos tienen el derecho y deber de “ordenar” (=consagrar) al nuevo obispo, recibiéndole en la comunión de la iglesia católica, con las restantes diócesis del entorno y del mundo entero.

 

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