lunes, 12 de diciembre de 2022

A 50 años del encuentro de Perón y los curas del Tercer Mundo

Durante dos horas, el líder justicialisa y los sacerdotes tercermundistas hablaron sobre sociedad, política y papel de la iglesia. Página/12 habló con Domingo Bresci, uno de los protagonistas, sobre aquel encuentro, Cristina y el atentado.

Fuente:     Página 12

Por Washington Uranga

11/12/2022


La imagen del encuentro del General con los curas tercermundistas.

El 9 de diciembre de 1972 --se acaban de cumplir 50 años de ese acontecimiento-- Juan Domingo Perón recibía en su casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López, a sesenta curas del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), agrupación integrada por figuras religiosas que habían manifestado su apoyo público al peronismo y que, por entonces, se manejaban con relativa autonomía respecto de la institucionalidad eclesiástica representada en la jerarquía episcopal. El hecho, de una trascendencia política innegable, significó el reencuentro público de un sector muy representativo de la Iglesia Católica con Perón después de que la institución tuviera un papel protagónico en la caída del líder en el golpe militar de 1955. De la cita fueron parte “muchos curas que también habían tenido participación activa en el conflicto de la Iglesia con Perón en 1953” confió a Página 12 el cura Domingo Bresci, quien fuera secretario del MSTM, partícipe del encuentro de Vicente López y entrevistado especialmente para esta nota.

El texto completo de lo conversado en aquella reunión fue consignado en extenso en la revista Así del 12 de diciembre de diciembre de 1972 bajo el título “El sermón de Vicente López”. Allí se transcribe de forma casi textual todo el intercambio entre Perón y los curas. “En realidad --dice Bresci-- fue una larga clase de Perón en la que expuso su visión sobre el mundo, la situación política internacional y sus postulados generales en el regreso al país, y sobre la tarea de los sacerdotes en ese momento”

 

 Los antecedentes del encuentro

El propio Bresci relata que la relación entre Perón y los curas del MSTM data de mucho antes del regreso del líder al país. “Carlos Mugica --el cura villero asesinado el 11 de mayo de 1974 en una parroquia porteña-- había visitado a Perón en Puerta de Hierro (Madrid) en el segundo semestre de 1968 mientras estaba realizando estudios en Paris. Ese es el primer contacto y Carlos es el primer cura del movimiento que dialoga con Perón. No hay constancia de lo que se habló en esa reunión”.

Pero en marzo de 1969 desde su exilio madrileño Perón dirige una carta al MSTM. Allí el líder sostiene que “nos sentimos alentados y reforzados con la grata compañía de los sacerdotes del Tercer Mundo en nuestra lucha y sabemos que, con sus virtudes y sus valores morales, el aporte será valioso”. Agregaba que “la obra de los sacerdotes puede ser extraordinaria dentro y fuera de las filas del Movimiento Nacional Justicialista tanto en la persuasión de la verdad como en la formación espiritual necesaria para imponerla” (Bresci, D., 1994, Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, p. 168).

Para entonces los curas estaban ya participando en las actividades políticas, marchas y manifestaciones, que promovían el regreso de Perón bajo el lema “Luche y vuelve”. El “nexo político era Antonio Cafiero”, asegura Bresci, y agrega que con el histórico dirigente también se acordó que algunos curas formaran parte de la comitiva que acompañó a Perón en el vuelo chárter que lo traería de regreso a la Argentina (17.11.73). “Los elegidos fueron Carlos Mugica y Jorge Vernazza. Antes de partir desde Roma Mugica celebró misa en la basílica de San Pedro, con parte de la comitiva”. Previo al retorno Perón intentó sin éxito ver al Papa Paulo VI pero sí estuvo con el entonces Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Agostino Casaroli (1914-1998) quien, según lo consignaron luego distintas fuentes, le habló muy positivamente del MSTM

En una entrevista periodística en la que se lo interrogó sobre los motivos que llevaron a los curas a acompañar a Perón en su regreso, Carlos Mugica afirmó que “decidimos viajar luego de hacer muchas consultas con sacerdotes de distintas tendencias, por el hecho de que sentimos que teníamos que estar presentes --precisamente-- porque somos sacerdotes, porque no se trataba simplemente de un hecho político sino de un hecho histórico que trasciende ampliamente lo político y que se puso en evidencia por la representación de las personas que viajaron, que era multiforme, que respondía a distintos sectores del quehacer nacional”. (Padre Mugica. Una vida para el pueblo. 1984, Edit. Pequen, p. 182).

Instalado Perón en Argentina y ocurridos los trágicos episodios de Ezeiza a su llegada, los sacerdotes del MSTM siguieron estrechamente ligados a él y al justicialismo. El 4 de diciembre de 1972 y poco antes del encuentro de Vicente López, los curas reunidos en Santa Fe emitieron una declaración en la que afirman que el regreso de Perón al país tras 18 años de exilio “es el hecho político más significativo de los últimos tiempos”, es “un hecho de justicia”, es sentido como “un triunfo popular” y “crea nobles expectativas y renueva la esperanza de que el Pueblo conquiste definitivamente el poder y pueda así construir su propio destino”. Pero en el mismo texto y junto a otras consideraciones políticas, los curas afirmaron que “debe quedar bien claro, a través de los hechos concretos, que Perón ha vuelto al país no para realizar cualquier tipo de pacificación, sino para lograr la unión del Pueblo trabajador y explotado contra sus opresores, única forma de suprimir las diferencias que impiden la verdadera paz”. Remata el documento de los religiosos afirmando que la presencia del líder “será válida y eficaz en la medida en que contribuya a cuestionar las bases mismas del sistema imperial–capitalista que lo oprime” y en esa misma medida “contribuirá a la construcción de la Patria Socialista, único camino para la liberación y para la auténtica pacificación nacional” (Bresci, op .cit., p. 290).

 

Respaldo a Perón y al socialismo

En el encuentro de Vicente López los curas le dieron explícitamente su apoyo a Perón. Domingo Bresci fue en ese momento el vocero y comenzó el intercambio diciendo: “General, en nombre de todos los sacerdotes, le queremos agradecer muchísimo la deferencia que tuvo al atendernos. Además queremos darle nuestra adhesión y nuestro cariño”. A partir de allí el diálogo se prolongó y los curas consultaron a Perón sobre la labor que la Iglesia debía desempeñar en ese momento. “No se trata de seguir convenciendo a los convencidos, sino que hay que empezar a convencer a los que no se han convencido todavía” les dijo entre otros muchos temas. Agregó que “la tarea de los sacerdotes en nuestro país es dura y difícil porque hay mucha miseria. Y la acción nuestra, de los cristianos, debe ser tratar de resolver estos problemas” agregó el líder según el registro de la revista Así. “Hay que llevar al pueblo a la Iglesia --agregó--; pero no lo podemos llevar a los empujones. Tiene que ir persuadido o no va. Esa es la misión sacerdotal como la veo”.

Bresci piensa que la reunión de Vicente López “fue la culminación de un acercamiento del MSTM al peronismo, después de debates internos, dentro de los cuales fue muy importante el encuentro nacional de Santa Fe (1972) donde el tema central fue peronismo y socialismo”. Y respecto del reconocimiento de la figura de Perón, el sacerdote que hoy forma parte de los Curas en la Opción por los Pobres (COPP) sintetiza que “dentro del movimiento había tres corrientes. Una que podríamos llamar 'movimientista': peronismo con Perón. Una segunda alternativa que se denominaba 'independiente' o 'peronismo de base', que era peronismo sin Perón. Y una tercera, llamémosla de izquierda, integrada por algunos curas simplemente no peronistas y otros directamente antiperonistas”. Los debates internos, dice Bresci, permitieron advertir que “la mayoría de los curas que representaban a Capital y Gran Buenos Aires, y Santa Fe, que eran núcleos fundamentales, estaban a favor de una postura movimientista. Algunos grupos de Córdoba y de Resistencia adherían a la segunda posición y otros grupos de Córdoba, del Litoral y del Sur cuestionaban tanto la figura de Perón como su propuesta política”.

“Nuestra síntesis la recuerdo ahora mismo casi de memoria: la mayoría del pueblo en la Argentina expresa su carácter revolucionario a través del peronismo, al cual se suman otros sectores que representan intereses populares. Nosotros, como curas, adherimos al peronismo. Algunos se ajustaban a la definición que Perón hacía del socialismo: 'el socialismo en la Argentina es el justicialismo'. Pero nosotros en los documentos hablábamos de socializar los bienes materiales, culturales y políticos. Y, en algún momento, también de la socialización absoluta de los medios de producción”.

 

La relación con la jerarquía

¿Y cómo era entonces la relación del MSTM con la jerarquía, con la institucionalidad eclesiástica?, le preguntamos a Domingo Bresci. “Nosotros éramos una iglesia autónoma e independiente. No paralela”, afirma con rapidez y convicción salvando la diferencia entre una y otra actitud. “No le preguntábamos a ningún obispo lo que teníamos que hacer y, en general y salvo conflictos en algunas diócesis, los obispos nos reconocían. Sentimos que representábamos legítimamente a un sector de la Iglesia que brotaba de Medellín (n. de r.: se refiere a los pronunciamientos de la conferencia de obispos latinoamericanos en Medellín, 1968, donde resalta la opción por los pobres y la liberación) y de San Miguel (n. de r.: documento en línea con el anterior producido por los obispos argentinos en 1969)”. Refuerza lo anterior recordando que cuando el arzobispo ultraconservador y aliado con la dictadura militar Adolfo Servando Tortolo (1911–1986) intentó condenar a los curas, apelando incluso al Vaticano, no encontró eco en Roma ni entre sus pares argentinos. “Le ganamos la batalla doctrinal al conservardurismo eclesiástico” afirma el cura Bresci con indisimulable satisfacción y sabor a victoria.

 

El atentado contra Cristina

Muy recientemente, a Domingo Bresci se lo vio al lado de Cristina Fernández de Kirchner el 15 de setiembre pasado, cuando la vicepresidenta hizo su primera aparición pública tras el atentado sufrido el primero de setiembre último. Al respecto afirma que “con Cristina pasa lo mismo que sucedió con Perón. Primero buscaron su muerte civil, mediante la calumnia, la difamación, el uso de la justicia y la política. Como la violencia verbal no alcanzó hay que pasar a la violencia física. Ese es el sentido del atentado que sufrió Cristina. El atentado es consecuencia del clima creado y que hace que un tipo que vende copitos se crea el ángel custodio de la Argentina y que se convenza de que debe eliminar a esta mujer para salvar la Patria. Son esas, palabras más o menos, las frases que usaron quienes consumaron el atentado”.

Para Bresci, quienes hubiesen querido matar a la vicepresidenta “quizás buscaron crear un mecanismo para que alguien diga 'yo la voy a hacer boleta'. Entendiendo que hay una suerte de inspiración divina que le está pidiendo que la mate”. Y subraya: “En otro momento y en circunstancias diferentes, el mecanismo es igual: se aplicara a Perón o se aplicara a Cristina. Y no dejaría de mencionar que con Evita pasó lo mismo. Porque cuando los sectores de poder no se bancan a los líderes populares, les molestan, les generan trastornos, primero se los busca acorralar civilmente frente a la opinión pública, a través de los medios y del poder judicial. Después se culmina con los ataques físicos”.

 

 

 

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