viernes, 16 de abril de 2021

El Papa Francisco y la Renovación Litúrgica

Fuente:   praytellblog

Por: Rita Ferrone 

8/04/2021

 


Se ha convertido en un lugar común decir que el Papa Francisco presta poca atención a las cuestiones litúrgicas, prefiriendo en cambio centrarse en cuestiones sociales urgentes como la ecología, la vida familiar, la juventud, la pobreza y la fraternidad humana.

Pero, ¿esta suposición cliché se ve confirmada por los hechos?

Yo diría que lo contrario es cierto. El Papa Francisco está interesado en la liturgia. Pero aborda las cuestiones litúrgicas desde una dirección diferente a la que podríamos esperar. Se esfuerza por facilitar que las personas se involucren en la liturgia de una manera positiva que enriquezca la participación. Está orientado a ayudar a la Iglesia a prosperar como pueblo litúrgico. La vitalidad que intenta fomentar se encuentra en la dinámica interna de la fe que informa la práctica litúrgica.

Todos somos conscientes de algunas decisiones que ha tomado para mejorar la participación litúrgica. Algunas de sus iniciativas han asegurado el lugar de las mujeres en áreas donde han sido excluidas en el pasado (lavado de pies, inclusión como lectoras y acólitas instituidas). Otras han empoderado a las conferencias episcopales (el motu proprio Magnum principium, sobre la traducción) y a los pastores (la disposición pastoral sobre la Comunión relativa a los divorciados vueltos a casar, en Amoris laetitia) para discernir y juzgar la mejor manera de avanzar hacia una participación más fructífera en la liturgia.

Francisco también ha apoyado la inculturación litúrgica (lo atestiguan sus comentarios favorables sobre la perspectiva de desarrollar un rito amazónico) y ha dejado constancia de que apoya el valor perdurable de las lenguas vernáculas en el culto (véanse sus comentarios sobre el aniversario de la primera misa vernácula en 2015).

Pero eso no es todo. También ha sido testigo y animador del Sacramento de la Penitencia. Encontré este video sobre el Sacramento de la Reconciliación muy conmovedor. En él, dice: “El centro de la confesión no son los pecados que declaramos, sino el amor divino que recibimos, del que siempre estamos necesitados”.

Con esa frase, el Papa Francisco ha hecho mucho para volver a centrar nuestro enfoque del Sacramento. ¿Cómo entendemos lo que estamos haciendo? ¿Cómo podríamos replantearnos cómo pensamos sobre esta acción, en términos que dan vida a la gente de nuestro tiempo? Esta declaración podría ser muy fructífera, si se escucha y se toma en serio.

Si la renovación de la liturgia va más allá de las cuestiones de los textos y las rúbricas, creo que este es el tipo de sondeo que lo impulsará. Es un ejemplo concreto de cómo el Papa Francisco está impulsando la renovación litúrgica.

Mi única pregunta es: ¿Quién está escuchando?

 

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