viernes, 30 de abril de 2021

Biden y los obispos: todavía intentan entenderse

Fuente:     La Coix International

Por Alexis Buisson |

Estados Unidos

30/04/2021

 

El segundo presidente católico de Estados Unidos llega a sus primeros 100 días en el cargo esta semana, pero él y los obispos de su Iglesia todavía están en desacuerdo en algunos temas clave.

 

STEVE RUARK / AP

 Cuando Joe Biden asumió la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero, el Papa Francisco lo alentó a trabajar por la reconciliación del país después de las divisiones de la era Trump.

Ese mismo día, el arzobispo José Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ( USCCB ), dio a conocer una advertencia:

"Debo señalar que nuestro nuevo presidente se ha comprometido a aplicar ciertas políticas que acarrearían males morales y amenazarían la vida y la dignidad humanas".

Fue una clara referencia a las posiciones pro-aborto del líder demócrata, el segundo católico desde John F. Kenney en ser elegido para la Casa Blanca.

El tono de esa carta sorprendió tanto a algunos obispos que el cardenal Blase Cupich de Chicago critóco abiertamente a Gómez en un tuit, calificando su mensaje de "mal meditado".

 

La influencia del colectivo conservador

Mientras Biden alcanza sus primeros 100 días en el cargo esta semana, la relación de su administración con los obispos estadounidenses sigue siendo ambigua.

"He visto a los obispos más cercanos a los republicanos conservadores no católicos, como George W. Bush o Trump, que a Joe Biden", dijo Massimo Faggioli, profesor de teología en la Universidad de Villanova.

Columnista de La Croix International, el teólogo e historiador nacido en Italia es el autor del libro recientemente publicado, “Joe Biden y el catolicismo en los Estados Unidos” (Bayard).

Faggioli señaló que la USCCB está dominada por un colectivo conservador, hostil al Papa actual.

Después de la victoria de Biden en noviembre pasado, la conferencia puso en marcha un grupo de trabajo para determinar cómo se posicionarían los obispos ante el presidente.

Desde su toma de posesión, el líder de 78 años no ha dado a sus oponentes ninguna razón para cambiar de opinión.

Uno de sus primeros actos a fines de enero fue dar por terminada la "Política de la Ciudad de México", norma que prohíbe el financiamiento público de organizaciones en el exterior que faciliten el acceso al aborto.

La medida fue denunciada en círculos católicos.

El jefe del comité pro-vida de la USCCB, el arzobispo Joseph Naumann, dijo en una entrevista en febrero pasado que Biden "debería dejar de presentarse como un católico devoto".

El titular de la Arquidiócesis de Kansas City (Kansas), de 71 años, agregó que los obispos deberían "corregirlo" cuando se describe a sí mismo de esa manera.

Los comentarios llevaron a una petición pidiendo la renuncia de Naumann.

 

Una apuesta a largo plazo

Más allá de la hostilidad mostrada por algunos obispos, la USCCB ha reaccionado positivamente a muchas de las decisiones de la administración Biden sobre el medio ambiente y la ayuda a las víctimas económicas del COVID-19.

Sobre la crisis migratoria, los obispos han sido comedidos, según Stephen Koeth, sacerdote de la Santa Cruz en el Centro Cushwa para el Estudio del Catolicismo Estadounidense de la Universidad de Notre Dame.

"Podrían haber sido más críticos con él porque estamos viendo las mismas imágenes de niños en jaulas que vimos bajo Donald Trump. Pero están apostando a que su política migratoria se alineará con la de ellos a largo plazo", dijo Koeth quien tiene un doctorado en historia política y religiosa de la Universidad de Columbia.

Individualmente, varios obispos cuyas diócesis limitan con México incluso han dicho que están dispuestos a trabajar con Biden en la reforma de las leyes de inmigración.

"La Conferencia Episcopal está emitiendo declaraciones aquí y allá, pero no existe una estrategia general para trabajar con la Casa Blanca", dijo Faggioli.

La falta de diálogo podría complicar la relación de los obispos ante determinados proyectos legislativos, como la Ley de Igualdad.

Los líderes católicos temen que esta propuesta de ley, que prohibiría la discriminación por motivos de identidad de género u orientación sexual, marcaría particularmente el fin de las escuelas católicas exclusivamente para niños y niñas.

La USCCB rechazó las solicitudes de comentarios de La Croix sobre sus contactos con la Casa Blanca.

 

Las señales de apertura del presidente

Por su parte, Joe Biden ha mostrado algunos signos de apertura.

Por ejemplo, en febrero reinstaló la Oficina de Asociaciones de Vecindarios y Religiosos de la Casa Blanca, creada bajo George W. Bush.

Y su nueva directora, la abogada bautista Melissa Rogers, ha indicado su voluntad de trabajar con los obispos católicos.

"Políticamente, Joe Biden debería estar más preocupado por el ala izquierda del Partido Demócrata que por los obispos, que ya no representan un electorado tan influyente como antes", predijo Stephen Koeth.

"Él no depende de su aprobación como lo fue Kennedy. Siempre ha habido opiniones políticas diversas entre los obispos, incluso hacia Kennedy, pero las diferencias son más visibles hoy", señaló el sacerdote de la Santa Cruz.

 

 

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