Entrevista con el historiador:
«La llamada “luna de miel” con la gente continúa, signo de que no era una
simpatía efímera. Pero hay resistencias en los episcopados y en el clero»
Andrea Tornielli
Ciudad del Vaticano
Ciudad del Vaticano
«Durante el siglo XX ningún Papa
tuvo tantas resistencias como Francisco», y todas ellas «son signo de que el
Papa está cambiando a la Iglesia». Son palabras fuertes y en cierto sentido
sorprendentes. Las escribió el profesor Andrea Riccardi, historiador de la
Iglesia, en un comentario en la revista “Famiglia
Cristiana”. Vatican Insider lo entrevistó para indagar al respecto.
Usted escribió que durante el
último siglo ningún Papa ha tenido «tantas resistencias como Francisco». ¿No le
parece exagerado?
Hice esas afirmaciones como
historiador. Francisco se encuentra ante resistencias internas en las
estructuras eclesiásticas, en los episcopados y en el clero. Mientras es
evidente la alianza que se ha instaurado con el pueblo.
¿Y las oposiciones que
enfrentaron Pablo VI o las más recientes que tuvo que afrontar Benedicto XVI?
El único Papa que tuvo una fuerte
oposición fue ciertamente Pablo VI. Pero entonces se estaba viviendo una
estación de protestas generalizadas que también afectaban a la Iglesia así como
a la sociedad. Mientras las oposiciones contra Benedicto XVI, que usted
justamente recuerda, eran más de la opinión pública exterior e internacional.
Repito, las que afronta Francisco son, según mi opinión, más fuertes y
provienen del interior.
¿Podría indicar algunos ejemplos?
Hay algunas que se han
manifestado públicamente, otras han sido susurradas y otras no han sido
expresadas y se caracterizan por el silencio y la distancia. Hay algunos que no
soportan la menor insistencia de la predicación papal sobre temas éticos. Pero
también el enfoque pastoral de Francisco, que pone en discusión la forma de
gobernar de los obispos, a los que la gente les dice: “¿Por qué no haces como
el Papa?” No quiero generalizar indebidamente, pero estoy convencido de que
estas resistencias existen. Por lo demás, Francisco en los primeros meses del
Pontificado ha dicho todo lo que piensa y ha indicado cuáles son los puntos
sobre los que se debe trabajar y cambiar. No hizo como Pablo VI, que se
expresaba con “gotero”, tratando de ser equilibrado. Las resistencias provienen
de los que no quieren ser puestos en discusión y no quieren cambiar.
¿Por qué el silencio, según su
opinión, equivale a una “resistencia”?
Es una actitud, como si no
hubiera pasado nada, como si el Papa no fuera el testimonio de un modelo que
hay que seguir. Hay algunos que subrayan que Francisco es poco “teólogo”. Me da
risa cuando pienso en los que decían que Benedicto XVI era demasiado “teólogo”
(esto demuestra que el “Papa bueno” siempre es el de antes). Claro, habrá que
indicar que estas resistencias llegan de los que durante años subrayaron la
importancia de la autoridad del Papa y la obediencia al Papa. Es curioso que
para algunos sea válido este razonamiento: si el Papa no es como digo yo y no
hace lo que digo yo, es un Papa a medias. Pero el catolicismo no es una
ideología, es una fuerza dinámica que crece en la historia. Quiero repetirlo:
no hay que generalizar, porque hay muchos obispos muy entusiasmados y en los
lugares en los que ha llegado el mensaje de Francisco (no siempre llega a todos
lados) hay una reacción muy grande y positiva en la vida de la Iglesia a nivel
popular.
Algunas de las críticas más duras
llegan de la galaxia de sitios y blogs del llamado mundo tradicionalista, pero
también (por lo menos en el caso italiano) de los círculos
mediático-intelectuales, como en el caso de los sartículos publicados por el
periódico “Il Foglio”...
Sí, pero los contenidos que usted
indica son, de cualquier manera, expresión compartida por sectores del mundo
eclesial. Es una reacción de una cierta visión de la sociedad secularizada en
la que un cristianismo minoritario combate por ciertos valores éticos.
Francisco, en cambio, habla de un cristianismo del pueblo, más misionero.
¿Y qué le parece la reacción de
los movimientos ante el nuevo Pontificado?
El cristianismo no es una
ideología, la Iglesia no cambia “línea”, como los partidos políticos, sino,
como dije, crece en la historia. Los católicos son fieles al Papa desde Pío XII
hasta Francisco. Esto significa ser católicos. De lo contrario se vuelve todo
ideología. Y hoy hay reducciones y visiones ideológicas que están dando saltos.
También los movimientos se deben sintonizar con la “Evangelii gaudium” y no
auto-reproducirse a sí mismos.
Durante los primeros meses de
Pontificado hubo algunos que pronosticaban (y en algunos casos parecían
esperarla) el final de la llamada “luna de miel” entre el Papa, los medios y la
gente. En cambio, parece continuar...
La luna de miel no se ha acabado porque no es un
fenómeno mediático, sino algo que va mucho más allá, pues tiene mucha
substancia. Claro, el paso necesario en la Iglesia es recibir lo que Francisco
ofrece como testimonio y un modelo de evangelización y de pastoral que propone.
Es un modelo verdaderamente a la altura de los desafíos de nuestra época el que
plantea un Papa que nació, vivió y fue obispo de una megalópolis como Buenos
Aires.
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