Elecciones europeas: el giro de los católicos practicantes franceses hacia la extrema derecha

ENCUESTA EXCLUSIVA. Según una encuesta de IFOP para La Croix, los católicos practicantes votaron el 42% por las listas de extrema derecha en las elecciones europeas del 9 de junio. En este electorado, la mayoría presidencial, que era muy favorecida en 2019, experimentó un fuerte descenso.

Fuente:   La Croix International

Por    Arnaud Bevilacqua

(Europa\Roma)

11/06/2024

Los residentes de Estrasburgo, Francia, emitieron su voto en un colegio electoral el 9 de junio. (Foto del Parlamento Europeo/Wikimedia Commons)

Un aumento significativo en el voto de extrema derecha entre los católicos practicantes es uno de los hallazgos críticos de una encuesta de IFOP realizada el 9 de junio para La Croix después de las elecciones europeas de 2024. Casi un tercio (32%) de los católicos practicantes votaron por el partido liderado por Jordan Bardella, un número cercano a la cifra general francesa que marca un aumento del 37% para todos los católicos. Esto es significativamente más alto que el 14% que Bardella recibió de los católicos practicantes en las elecciones europeas de 2019.

El desplazamiento del electorado católico practicante hacia la extrema derecha también es evidente en los números de la Reconquête! (¡Reconquista!) partido liderado por Marion Maréchal, que se centró en la defensa de la "identidad cristiana" durante su campaña: 10%, frente al 5,5% a nivel nacional. Así, el voto de la extrema derecha en las elecciones europeas se duplicó con creces: el 42% en 2024, frente al 18% de 2019. Los números de las encuestas se acercan aún más al 40% obtenido en este electorado al combinar los resultados de Marine Le Pen, Éric Zemmour y Nicolas Dupont-Aignan en las elecciones presidenciales de 2022.

 

Estrategia de "desdemonización"

"Hay una evolución muy fuerte del electorado católico, marcada por dos grandes tendencias subyacentes que han surgido desde las elecciones presidenciales de 2017 y se han confirmado en 2022", señaló Jérôme Fourquet, director de opinión y estrategia de IFOP. "Primero, una fragmentación del voto católico, y luego un aumento en el voto del partido Rassemblement National (RN). Ya no hay resistencia a la extrema derecha, excepto entre un núcleo muy pequeño de católicos practicantes regulares (2) entre el 18% que vota por Jordan Bardella". Fourquet recordó que hace apenas siete años, François Fillon, candidato de Les Républicains (Los Republicanos) en las elecciones presidenciales, obtuvo casi uno de cada dos católicos practicantes (46%) en la primera vuelta.

¿Cómo se explica esta evolución de la "tendencia"? "El ascenso del RN en este electorado fue posible gracias a la estrategia de desdemonización y 'respetabilidad', en particular la estrategia de empate en la Asamblea Nacional", dijo Fourquet. "Bien o mal, la imagen del partido ha evolucionado significativamente". Se alejó del lado "sulfuroso y radical" de la era de Jean-Marie Le Pen, que sirvió como elemento disuasorio.

"Podemos notar la poca influencia que tuvo la Iglesia en este tipo de comportamiento electoral, a pesar de las declaraciones muy claras de los obispos", observó Philippe Portier, sociólogo de la religión. Cita en particular la carta pastoral "Un nuevo aliento para Europa", publicada a principios de abril por los obispos de ocho diócesis de la Eurorregión (Alemania, Bélgica, Francia y Luxemburgo), que invitaba a "elegir candidatos que apoyen el proyecto europeo" o la declaración del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Francesa con motivo del 80º aniversario del desembarco del Día D.

 

La derecha y la mayoría presidencial en apuros

Este giro hacia la extrema derecha se produce a expensas de la derecha gobernante. Declarado católico, François-Xavier Bellamy obtuvo ciertamente una puntuación mucho más alta entre los practicantes que a nivel nacional (14% frente a 7,25%), pero no logró revertir la tendencia de insatisfacción de los republicanos. Perdió ocho puntos en este electorado en comparación con 2019.

Otro dato llamativo es el desplome del voto por la mayoría presidencial. Los católicos practicantes, muy movilizados, votaron en un 37% a Nathalie Loiseau en las anteriores elecciones europeas, mostrando su apego al proyecto europeo. Cinco años más tarde, el partido liderado por Valérie Hayer convenció solo al 12% de los practicantes, el 16% de todos los católicos.

"El apego a la Unión Europea, en la estela de la democracia cristiana o de Jacques Delors, existe entre los católicos, pero estas corrientes están perdiendo impulso", aseguró Fourquet. "Del mismo modo, el 28% de los católicos practicantes regulares votaron por partidos de izquierda. Pero hoy en día, las líneas divisorias son diferentes y tocan varios temas, como la seguridad, la identidad o las relaciones con el islam".

Entre los temas que influyeron en su voto, los católicos practicantes, cuya tasa de participación está más de 20 puntos por encima de la media nacional, citaron temas como la lucha contra el terrorismo, la inmigración ilegal, la seguridad, la educación. También mencionaron el lugar de Francia en la Unión Europea con más frecuencia que el conjunto de la población francesa.

 

"La France Insoumise" es la preferida por los votantes musulmanes

Según la encuesta de IFOP del 9 de junio para La Croix, casi dos tercios (62%) de los votantes musulmanes apoyaron al partido La France Insoumise (Francia Insumisa), o LFI, en las elecciones europeas. Esto refleja los resultados de las elecciones presidenciales de 2022, donde el 69% votó por Jean-Luc Mélenchon. Estas cifras, sin embargo, deben considerarse frente a una alta abstención del 59% entre este electorado. Muy por detrás, Raphaël Glucksmann recibió el 8% de los votos, seguido por los partidos Renacimiento y RN con el 6%.

Entre los temas clave para su voto, el 83% de los votantes musulmanes citó el conflicto palestino-israelí, en comparación con el 25% de la población general, un tema que LFI destacó con frecuencia durante su campaña. Además, el 78% de los musulmanes considera importante la lucha contra el racismo y la discriminación, en comparación con el 41% de la población general.