lunes, 7 de agosto de 2023

Ni Dios entiende de papeles ni se sabe el ‘Cara al sol’

Fuente:    El Correo de Andalucía

Por   Gabriel Ramírez

Madrid

07/08/2023

 


Soy cristiano y católico. Es verdad que llevo una larga temporada en ‘modo ausente’ aunque la espiritualidad es algo íntimo que suele estar muy arraigada a la persona que la vive y no deja de estar presente jamás. Por otra parte, mi formación académica hace que sepa de lo que hablo si me refiero a las cosas de Dios.

Por circunstancias que la vida ha construido a mi alrededor, tampoco soy ajeno a lo que representa y significa la derecha más rancia. Hijo, hermano y padre de militar (la paternidad no influye en lo que voy a decir aunque ilustra la idea), alumno de un colegio masculino a cargo de los dominicos; vida en un barrio en el que la extrema derecha, durante la transición, tenía su cuartel general... Lo de los que conocemos como fachas también me lo sé de memoria.

Y por ello creo que puedo hablar de católicos y de fachas sabiendo lo que digo. O de católicos fachas que es lo que más abunda.

Un apunte importante. Facha es la forma de llamar a un tipo de derechas rancio, a un sujeto con dinero que cree que debe ser católico y monárquico porque de otro modo no tendría la cuenta bancaria tan reluciente, a una persona que cree estar pegado a una idea política sin saber en qué consiste la misma. El fascista es otra cosa; es el individuo que tiene una ideología política asumida y que defiende unas ideas muy concretas, un ser despreciable, desde luego. El facha se defiende a sí mismo y a sus colegas. Voy a hablar de fachas y de católicos. De fachas católicos, en concreto.

Como católico, me siento insultado por los patanes que han viajado a la Jornada Mundial de la Juventud para cantar el 'Cara al sol' y, de paso, ver al Papa; me parece un asco escuchar esa frase tan tremenda y tan tenebrosa (’Que te vote Txapote’) en boca de chicos y chicas que confunden su espiritualidad con lo que votan sus padres o ellos mismos llegado el momento. No se puede ser más bobo. Mezclar a Dios con la política o con el deporte o con la suerte o con el amor, es no comprender nada en absoluto. Dios no entiende de papeles, ni de votos útiles, ni de armas nucleares. Nos guste o no Dios nos hizo libres para elegir una vida cristiana o para cantar himnos fascistas, despreciar a los que se juegan la vida cruzando el estrecho o mirar a otros como si fueran el enemigo y no nuestros hermanos.

Los fachas siempre han confundido a Dios con su propia prosperidad, con lo que pueden conseguir en la vida. Y están muy equivocados si piensan que ese Dios -tan facha como ellos lo quieren pintar- existe. Dios no puede ser facha, ni trosquista.

Me siento desplazado si escucho a esa banda de idiotas cantando el ‘Cara al sol’ y me siento excluido de la comunidad cristiana si es que ese grupo es representativo. Que un chaval de quince años utilice el nombre de un asesino que ha causado tanto dolor para hacer chistes o como eslogan me produce todo el rechazo del mundo. Y como a mí le puede estar pasando a miles de personas. El episcopado español debería saber que las iglesias seguirán vaciándose mientras sigan queriendo preservar un nacional catolicismo tan contrario a los derechos humanos como favorable con los malos cristianos disfrazados de beatos.

Me avergüenza que los jóvenes españoles viajen por el mundo cantando el ‘Cara al sol’. Y me preocupa muchísimo que traten de apropiarse de la idea de Dios como si fuera otra bandera más. Un cerebro de chorlito es muy peligroso en sí mismo; un cerebro de chorlito creyéndose en posesión del mismísimo Dios puede ser letal.

 

 

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