Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal, ha reprochado que estas normas cuentan con un gran cariz ideológico y pueden afectar a los jóvenes
Fuente: The Objective
Por: R.T.O.
21/11/2022
El presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), Juan José Omella, ha cargado este lunes contra las leyes «de profundo calado ideológico» del Gobierno como la ley trans y la reforma del aborto, y ha denunciado que «carecen de fundamento médico y científico» y que pueden comprometer el futuro de los jóvenes.
En el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, el cardenal arzobispo de Barcelona ha lamentado que en medio de una crisis económica y social «se intentan sacar adelante por la vía rápida» una serie de leyes de «profundo calado ideológico», sin ser debatidas con sosiego y sin escuchar el parecer de las diferentes instancias científicas y éticas.
En concreto, Omella se ha referido a la reforma de la ley del aborto y la ley trans, que -ha advertido- inciden y afectan a los niños, adolescentes y jóvenes, que están en un proceso vital de madurez.
Ha criticado duramente la autodeterminación de género en la futura ley trans que se encuentra en trámite parlamentario y que, al parecer de los obispos, «no tiene fundamento médico ni científico, y supone transformar en ley el mero deseo de personas, en muchos casos jóvenes en proceso de madurez».
Algo que puede comprometer seriamente su futuro con actuaciones para las que ya no existe vuelta atrás, ha advertido.
En su discurso, el presidente de la CEE ha criticado las ideologías de género a las que ha acusado de provocar «inestabilidad familiar y de identidad», y el sufrimiento a jóvenes y adolescentes.
Sobre la reforma de la ley del aborto, emprendida por el Ministerio de Igualdad, Omella ha denunciado que se refuerza el derecho del fuerte sobre el débil y cierra los ojos a todos los avances de la ciencia.
Y ha reclamado información y ayudas a las mujeres embarazadas. «Convendría informar sobre las instituciones públicas y privadas que acompañan a las mujeres en este momento importante de sus vidas», ha reclamado Omella, quien ha dicho que para garantizar la libre decisión de la mujer es imprescindible una previsión presupuestaria de rentas mensuales para que las mujeres con un embarazo no deseado puedan llevar a cabo la crianza de sus hijos.
«Todos contribuimos igualmente con nuestros impuestos y, por ello, exigimos que el Estado ofrezca una cobertura social activa de la vida», ha reclamado.
Los obispos piden apoyo al Estado
Omella ha reclamado también a políticos y agentes sociales un acuerdo para superar juntos las dificultades actuales y ha enumerado algunos de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad, como la precariedad y la incertidumbre que provocan que más de 13,1 millones de personas estén en riesgo de pobreza o exclusión en España.
En este sentido, ha denunciado que los procesos y trámites de las peticiones de ayuda «se demoran y eternizan» e incluso a veces los solicitantes ya no pueden beneficiarse de ellas porque mueren antes de recibirlas.
«El Estado debería ser capaz de agilizar los trámites. La lenta y complicada burocracia no hace más que añadir sufrimiento», ha lamentado Omella, que ha recordado que 46.300 personas dependientes murieron el año pasado a la espera de atención.
Se ha referido a los dos millones de mayores de 65 años que viven solos para reclamar un gran pacto de rentas que permita a las familias superar con cierta dignidad «este tiempo de travesía por el desierto».
Y ha criticado también los precios del alquiler, que registran máximos históricos en todas las ciudades, lo que sumado a la precariedad laboral y a la falta de una política activa de vivienda provoca que los jóvenes no pueden formar una familia.
«A consecuencia de ello crece el invierno demográfico en España, donde el año pasado vinieron al mundo 336.247 niños, cuando en 2008, en plena crisis financiera, nacieron 519.779 bebés», ha lamentado.
Ha invitado a políticos y agentes sociales a superar juntos las dificultades del momento presente. «Es la hora de los hombres y mujeres de Estado que miran a largo plazo, de los que se atreven a tomar decisiones importantes para asegurar el bien y la prosperidad para las próximas generaciones y no el rédito partidista inmediato».
Y ha lamentado que «las respuestas políticas se atascan y no fluyen para encontrar soluciones a los graves problemas sociales», mientras no hay una voluntad de trabajo en común.
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