BONN‐ La visita de los obispos alemanes al Papa es inminente. Allí, tareas difíciles aguardan a los pastores, comenta Burkhard Hose. Roma no decide si la Iglesia Católica en Alemania tiene futuro.
Fuente: katholisch
Por: Burkhard Hose
10/11/2022
La próxima semana, se espera que los obispos alemanes realicen la visita “ad limina” a Roma. Esto es lo que prescribe el derecho canónico. Los obispos deben viajar regularmente "ad limina Apostolorum" ("a los umbrales de las tumbas de los Apóstoles") para informar sobre el estado de sus diócesis.
Hace exactamente siete años, en noviembre de 2015, tuvo lugar la última reunión de este tipo. Desde entonces, han pasado muchas cosas en la Iglesia alemana. La publicación del estudio MHG en otoño de 2018 y el inicio del proceso de reforma con el "Camino sinodal" al año siguiente, marcan dos etapas importantes en este tiempo.
Con equipaje pesado, los pastores se paran en el umbral de las tumbas de los Apóstoles. El lento procesamiento de los delitos de abuso y la consiguiente pérdida de confianza son los que más pesan. Entre 2015 y 2021, más de 1,5 millones de personas han dado la espalda a la Iglesia Católica en Alemania, entre ellos muchos católicos comprometidos que ya no pueden conciliar en su conciencia permanecer en esta Iglesia. En su equipaje, el grupo episcopal lleva muchas expectativas de las personas que esperan una corrección de la moral sexual de la Iglesia, el fin de la discriminación y la apertura de los ministerios eclesiásticos a todos los géneros.
Los obispos se reúnen en los dicasterios de Roma por cuyos pasillos aún se persigue el espectro de la Reforma y son esperados por un Papa que parece pensar poco en la teología alemana y que ha advertido de antemano contra "involucrarse en debates puramente éticos, en discusiones basadas en el zeitgeist actual ..." hasta morir. Será la difícil tarea de los obispos iluminar a las huestes romanas de que no son "discursos éticos disfrazados de cristianismo", como dijo el Papa con altivez en el vuelo de regreso de Bahrein. El estado actual de la Iglesia católica en Alemania es consecuencia de la violencia sexualizada, del abuso clerical de poder y del fracaso moral de quienes ocupan puestos de responsabilidad.
El viaje
a Roma no es un vuelo de ida. Al menos, tan importante como la rendición de
cuentas en los umbrales de las tumbas de los Apóstoles, es el regreso al umbral
de los católicos que viven hoy en Alemania. Porque allí se decide si la Iglesia
Católica en Alemania tiene futuro.
Por Burkhard Hose
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