Fuente: Agensir
Por: M. Chiara Biagioni
24/10/2022
(Foto ANSA/SIR)
El XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) terminó en China el sábado y el domingo, como estaba previsto, Xi Jinping fue reconfirmado como secretario general, presidente de la República Popular y jefe de las Fuerzas Armadas. El Congreso también renovó a los siete miembros del Comité Permanente del Politburó, que ahora son todos hombres muy cercanos a Xi Jinping. Por lo tanto, se ha convertido en el líder chino más antiguo y poderoso desde Mao Tse-tung.
"En esencia, la extensión de Xi Jinping al poder no es nada nuevo. Mao Tse-tung permaneció en el poder durante unos 30 años, al igual que Deng Xiaoping. Es la forma en que permanece en el poder lo que es nuevo. Mao Tse-tung permaneció como presidente del partido. Deng Xiaoping como presidente de la comisión militar. Xi Jinping permanece en el poder cambiando las reglas e imponiendo un nuevo sistema que le pertenece solo a él. No es una diferencia trivial". Esta es la opinión de Francesco Sisci, corresponsal durante años y de varios periódicos italianos desde Beijing, investigador principal de la Universidad Popular de China, a la reelección para un tercer mandato sin precedentes de Xi Jinping como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), presidente de la República Popular y jefe de las Fuerzas Armadas. "Hubo una fase en la que el poder no se concentraba en manos de una sola persona, sino que se dividía en un grupo de veteranos del partido que dirigían las cosas", explica Sisci. "Esto, según Xi Jinping, ya no funcionaba porque traía un sistema de corrupción y desorden en los procesos de toma de decisiones que ya no era manejable. Por lo tanto, decidió introducir una nueva forma de gestionar la política".
En todos los canales de televisión del mundo había imágenes del ex presidente chino Hu Jintao siendo sacado inesperadamente de la ceremonia de clausura del Congreso del Partido Comunista en el Gran Palacio del Pueblo. Pero, ¿qué pasó?
Lo que sucedió ahora está bastante claro. Han surgido imágenes de televisión y una serie de fotos tomadas poco antes del episodio y publicadas por ABC, un periódico español, en las que Hu Jintao está claramente confundido. El ex presidente está a punto de abrir un sobre sellado que todos mantienen cerrado. El número 3 del partido intenta detenerlo por las buenas, pero no se da cuenta. Luego se ve a Xi Jinping llamando a uno de los ordenanzas y Hu Jintao se deja llevar. Las secuencias son claras y revelan lo que sucedió. La verdadera pregunta es: si se sabía, como se sabía, que Hu Jintao estaba enfermo, ¿por qué lo dejaron participar en el Congreso? La respuesta es que en la "liturgia" del partido se necesitaba la bendición del ex secretario del partido y presidente del estado para el nuevo curso.
Pero, ¿por qué está enfermo?
Parece tener Parkinson avanzado.
¿Entonces ya no hay noticia llamativa?
No, incluso si hablamos de China, no hay noticia amarilla. Hay que entender por qué si estaba tan enfermo, lo trajeron allí de todos modos. Es solo porque la bendición de la vieja guardia a toda costa era necesaria para el nuevo curso.
En resumen, la representación perfecta del poder indiscutible de Xi Jinping tuvo que ser puesta en escena en el Congreso. ¿Qué ha sucedido en los últimos años para llevar a China a ese rumbo?
El proceso no comenzó ahora, sino hace 10 años, en 2012, cuando Xi Jinping asumió el poder que a lo largo de los años se ha centrado gradualmente en sí mismo, llegando hoy a constituir un "Politburó" formado por leales.
Pero, ¿por qué sucedió esto?
El diagnóstico, correcto o incorrecto, es que en el período comprendido entre finales de los 90 y 2012, el poder en China se dispersó en mil corrientes y el proceso de toma de decisiones se enjaulaba en un sistema en el que ya no se sabía quién decidía qué. Para mantenerlo en marcha, hay que activar un sistema de corrupción desenfrenada y generalizada. La corrupción y la dispersión del poder se han considerado dos caras de la misma moneda, a saber, la extrema ineficiencia del sistema de gobierno. Para resolver este problema, Xi Jinping ha decidido concentrar el poder en sí mismo y en un grupo de hombres leales.
¿Un grito de debilidad, entonces?
En realidad es un proceso largo, que comenzó en 2012, no ahora. Xi Jinping ha tomado todo el poder porque cree que puede arreglar las cosas. Por supuesto, si se le ha permitido hacerlo, es porque hay un consenso interno de que en realidad las cosas no van bien.
¿Cuánto han influido las preocupaciones sobre Taiwán y Hong Kong?
Nada, porque, repito, el criterio de este nuevo curso empieza desde lejos, desde 2012. El orden temporal es mucho más largo.
¿Qué cambiará desde el punto de vista de las relaciones internacionales?
No lo sabemos. Ni en el informe introductorio ni en el informe final, Xi Jinping habló mucho sobre temas internacionales. En el primer informe, simplemente lo omitió. En el informe final, sólo dijo de manera muy general que estaba abierto a la cooperación.
Una cosa está clara: se dan cuenta de que están en grandes dificultades, porque han hecho toda una serie de juicios y opiniones equivocadas y ahora están perdidos.
¿Hicieron mal qué?
Con Rusia, con Ucrania e incluso con los Estados Unidos que se dieron por vencidos y declinaron y ahora están de vuelta más fuertes que nunca. No sé qué pasará, pero sé que el hecho de que no haya hablado de cuestiones internacionales es un signo de dificultad.
¿A saber?
El destino de Rusia está sellado. La pregunta no es "si" Rusia cederá, sino cuándo. Además, tenemos el Irán de los ayatolás que es inestable. Es como si lo que era la pesadilla china de un país asediado por países hostiles estuviera tomando forma. China no lo previó y no lo esperaba. Por lo tanto, hubo un profundo error de juicio. Y esta incapacidad o error de juicio, ha creado hoy una situación de gran nerviosismo, objetivamente arriesgada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.