sábado, 18 de diciembre de 2021

Nuevos dogmas

Fuente:   ATRIO

Carlos F. Barberá

17/12/2021

 

    Como es sabido, Gilbert K. Chesterton, católico converso, imaginó el personaje del padre Brown, un cura pequeño, de poca apariencia, supuestamente ingenuo, pero en realidad muy perspicaz. En la primera de las novelas dedicadas a él, el padre Brown desenmascara a Flambeau, un peligroso ladrón disfrazado de sacerdote para robar una valiosa cruz. Finalmente, el padre Brown explica qué es lo que le hizo llegar a sospechar: “Usted atacó a la razón. Esa es mala teología”.

    En esa frase Chesterton sintetizaba su propio pensamiento: para entrar en la Iglesia había que quitarse el sombrero pero no la cabeza, resumiendo así la antigua tradición formulada de este modo: Fides quaerens intellectum, la fe busca el entendimiento.

En su obra Por qué soy católico el autor inglés argumenta profusamente oponiendo la racionalidad de la Iglesia a la irracionalidad de las herejías.

    Yo quiero, en un breve repaso, adherirme a esa tesis, aunque sin hablar de herejías sino más bien de sectas. Porque en un antiguo folleto defendí ya que las iglesias hacían formulaciones dialécticas y las sectas se basaban toda su creencia en una afirmación unívoca; eso sí, defendida a ultranza. Los nuevos dogmas son para mí irracionales. No quiero decir absurdos, banales, inútiles, desprovistos de argumentos, carentes de todo sentido, ayunos de consecuencias. Creo sólo que no pueden afrontar la crítica de la razón.

    Ahí van, pues, unos pocos ejemplos. seguidos de una somera crítica:

·         ”Cuando aceptamos que todo pasa nos encontramos en Dios” (Stefano Cartabia, El agujero en la flauta). No necesariamente: cuando aceptamos que todo es pasajero almacenamos recuerdos, hacemos proyectos y procuramos vivir el momento.

·         “Todo miedo y ansiedad han de desaparecer de tu vida porque todas tus expectativas están cumplidas sin limitación posible. Si echas en falta algo es que aún estás en tu falso ser” (Fray Marcos). No: digámosle eso a los que duermen en la frontera de Polonia, a las prostitutas víctimas de la mafia, a la madre angustiada por la parálisis cerebral de su hijo…

·         “Todo el que te prometa una salvación para mañana o para después de la muerte te está engañando” (Fray Marcos, dominico). Por ejemplo, Jesucristo.

·         “Meditación es, por tanto, un estado sin yo. Lo cual resulta plenamente coherente: dado que el yo es solo un pensamiento” (Enrique Martínez Lozano). No: el yo no es sólo un pensamiento, es historia, sentimientos, ideas, comunicación, creatividad, proyecto…

    Me doy cuenta de que formulaciones tan esquemáticas piden largos debates y reflexiones. Ya se encargan de hacerlas los predicadores de esos nuevos dogmas. Yo siento que lo que están pidiendo no es sólo que me quite el sombrero ante su hondura, sino que me quite la cabeza. La verdad, ante la oferta de estos nuevos dogmas prefiero quedarme con los antiguos.

 

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