Un Madrid todavía primaveral acogió el 8 y 9 de noviembre las Jornadas de la Asociación de Teólogas Españolas “Pobrezas, precariedades y mujeres. Miradas teológicas”, muy marcadas por la catástrofe de Valencia. Esto hizo que fueran en modalidad mixta, ya que algunas participantes no pudieron moverse de allí. Una de ellas fue Montse Escribano Cárcel, presidenta de la ATE, que nos dio la bienvenida desde la pantalla. La situación de dolor e impotencia de tantas personas, especialmente mujeres, ha estado en nuestro corazón durante estos dos días.
Fuente: Noticias Obreras
16/11/2024
Empezamos escuchando a María Moscardó Bolinches, de Cáritas diocesana de Valencia, accedió generosamente a sustituir a su compañera y directora, Aurora Aranda Heras, que está dedicada a atender la situación de emergencia que viven. María nos mostró de manera clara y rotunda, las causas de la feminización de la pobreza.
Con Ana Unzurrunzaga Hernández nos encontramos con los rostros de la vulnerabilidad en la Biblia, acompañando a mujeres estériles, viudas, enfermas, extranjeras… compartimos su decisión y empoderamiento y escuchamos la respuesta de Yahvé. Sus rostros y los de tantas mujeres de nuestro tiempo nos invitan a la acción, a denunciar, restaurar y dignificar.
Sonia Herrera Sánchez desgranó con una mirada política y crítica la violencia simbólica hacia las mujeres en los medios de comunicación y nos dejó una larga lista de propuestas de cine y series que nos dan para varios años.
Finalmente, Tusta Aguilar García nos invitó a acercarnos y ser tocadas por las heridas del mundo, a mantener la sorpresa y la indignación, a no dejar de andar, a mirar con hondura porque lo importante no aparece a primera vista, a crear vínculos que construyen y a vivir con indignación y agradecimiento.
Entre todas estas exposiciones, varias autoras presentaron sus libros, tentadoras propuestas que muchas compramos. Gracias Marciana Molina López, Adelaide Baracco y Belén Brezmes Alonso.
Socias y no socias también tuvimos tiempo para descubrir “El poder con el que saltamos juntas” haciendo propuestas, compartiendo qué esperamos y necesitamos de la ATE e imaginando un futuro compartido.
Y como broche de oro para este tan inspirador fin de semana, celebramos juntas y con la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, recogiendo las migajas que caen de la mesa del mundo glotón, como la sirofenicia, y haciéndolas pan compartido para todas las personas cuya precariedad y vulnerabilidad nos toca. Salimos alimentadas y esperanzadas hasta el próximo encuentro. ¡Gracias!
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