miércoles, 3 de noviembre de 2021

Anotaciones al artículo de José Francisco Serrano Oceja

El artículo de José Francisco Serrano Oceja, publicado recientemente en ABC, contiene algunas imprecisiones estadísticas y temporales al comentar el Informe Sauvé sobre pedofilia en Francia. Y algún juicio de valor que, como tal, se presta a discusión.

No es exacto decir que el resultado final (del Informe Sauvé) “concluye que hubo más de 300.000 víctimas desde los 50” hasta el año 2020. En realidad, son muchas más. La cifra de 300.000 es un ajuste de la suma de 216.000 personas, hoy adultas, que fueron abusadas sexualmente, siendo menores (de 18 años), por un sacerdote, diacono o religioso. A las que hay que añadir del orden de 114.000 víctimas abusadas por personal en relación con la Iglesia, sin ser clérigos, como, por ejemplo, personal de los centros escolares confesionales, catequistas, monitores de tiempo libre etc. Así se llega a las 330.000 personas cifra superior de la horquilla abusadas en el marco de la Iglesia.

Pero son muchas más víctimas si se tienen en cuentan otros ámbitos. Aquí hay que algunos datos. El 3,75 % de los menores abusados lo han sido por miembros de su familia. Esta cifra es del 1,16 % en el entorno de la Iglesia, de los que el 0,82 por clérigos. El 0,36 % en las colonias de vacaciones, el 0,34 % en la escuela pública, el 0,28 en los ámbitos deportivos y el 0,17 % en los ámbitos culturales y artísticos. Un dato mayor a retener. Un dato sangrante que hay que afrontar. Excluido el ámbito familiar es en torno a la Iglesia Católica donde encontramos el mayor porcentaje de menores de 18 años, que fueron sexualmente abusados.

Estos datos, como cabe pensar de la redacción de Serrano Oceja, no provienen de la entrevista a 6.500 personas abusadas (esta cifra exige un detalle en el que aquí no voy a entrar, por su carácter técnico), sino de una encuesta de opinión a, cerca de 30.000 personas, el primer semestre de 2021, a personas mayores de 18 años, para determinar el porcentaje, edad, sexo, año del abuso y el ámbito en el que tuvieron lugar sus abusos, si los hubo, siendo menores. La mayoría de los casos de abusos a menores no tuvieron lugar en los años 60 y 70, como apunta Serrano Oceja, sino en los 50 y 60. La explicación, a mi juicio no hay que verla tanto en razón de “un escenario contracultural y un período de desorientación en la Iglesia”. Ciertamente no para la década de los 50, cuando había, en ciertos ámbitos intelectuales, una actitud laxista hacia la pedofilia en Francia -y no solamente en Francia- como he mostrado en mis trabajos. Tampoco hablaría de desorientación, en la Iglesia para los años 60, sino de una efervescencia eclesial (el Vaticano II) mal asumido por no pocos, aun hoy en día.

En fin, el Informe Sauvé no habla del celibato de los sacerdotes ni de la ordenación exclusivamente reservada a los hombres, pero cita “la excesiva sacralización de la persona del sacerdote” de “la sobrevaloración del celibato” de “la visión excesivamente tabú de la sexualidad” y critica el Derecho canónico (como el Derecho Interno de la Iglesia) pues “no responde a los estándares de un juicio equitativo ni a los derechos de la persona humana en una materia tan sensible como las agresiones sexuales a menores”.

Los católicos no debemos echar en saco roto estos datos, sus posibles explicaciones y las recomendaciones de esta Comisión que considero modélica en su funcionamiento.

 

Donostia 2 de noviembre de 2021

Javier Elzo

 

 


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