miércoles, 31 de enero de 2024

¿Por qué Omella no ha ido al Parlamento?

Fuente:   catalunyareligio.cat

Por   Jordi Llisterri i Boix

30/01/2024


[Foto: Conferencia Episcopal Española]

Ya me perdonarán porque la pregunta la tiene que responder el cardenal Joan Josep Omella y no un servidor. De hecho, ya la respondió con la carta que envió a la presidenta del Parlamento el pasado viernes argumentando por qué no comparecería ante la Comisión de Investigación sobre la Pederastia en la Iglesia. Pero más allá de los argumentos jurídico-constitucionales que de manera técnica y poco empática recoge la carta, ha habido varios factores que seguramente han pesado en la balanza a la hora de valorar si había que ir al Parlamento.

-La comisión claramente rebasa las competencias del Parlamento. Las comisiones de investigación son un mecanismo para depurar responsabilidades políticas y, en su caso, trasladar las conclusiones a la fiscalía para que emprenda las acciones legales que considere pertinentes. Pero ni Omella es un servidor público, ni la comisión puede convertirse en un tribunal popular.

-El alcance de la comisión también es discutible y ya fue tema de debate durante su constitución. Todo acabó con un acuerdo singular entre grupos parlamentarios. Se mantuvo el nombre de "Comisión de Investigación sobre la Pederastia en la Iglesia" para quienes querían seguir planteando la iniciativa como una investigación sobre la Iglesia. Y se añadieron otros campos en el objeto de trabajo como el escolar, el deportivo y el ocio para que se pudiera decir que lo que preocupaba era la protección de los menores, y no la Iglesia.

-A pesar de preocuparse por todos los ámbitos institucionales donde los menores pueden ser (y son hoy) víctimas de abusos, curiosamente la lista de comparecencias se focaliza en la Iglesia. Y, aún más relevante, la Iglesia es la única entidad de la que se cita a sus máximos responsables. Si nos preocupa qué pasa en el mundo del deporte (Caso Benaiges), ¿no se tenía que citar al presidente del Barça? Si en las escuelas públicas también hay abusos (que los hay), ¿no se debía citar a la consejera de Educación? Si las víctimas también han denunciado las carencias actuales del sistema sanitario, policial y judicial a la hora de recibir respuestas, ¿no deberíamos pedir explicaciones a los máximos responsables de estas instituciones que sí dependen del Parlamento? No. Sólo a los obispos.

-Ahora nadie se recuerda, pero también fue objeto de debate qué obispos había que citar en la comisión. Además de Omella se propuso el arzobispo de Tarragona, pero no se sabe por qué también el obispo de Vic y el de Solsona. ¿Y por qué no el de Lleida? ¿O el de Tortosa? Un misterio. Pero los equilibrios en las votaciones parlamentarias acabaron aprobando que en la comisión del Parlamento de Cataluña (Cataluña) compareciera sólo el presidente de la Conferencia Episcopal Española (Española) y no el presidente del organismo que agrupa a los obispos catalanes, la Conferencia Episcopal Tarraconense (o dicha también catalana). A nadie se le escapa que hay una lista de agravios muy anteriores a la comisión y al margen de los abusos a menores entre el arzobispo de Barcelona y algunos sectores políticos que han llevado a focalizar en Omella el tema de comparecencia. Probablemente, este ha sido un tema determinante de todo este espectáculo mediático, tanto para quienes lo convocaron como por el que no ha comparecido. [Dicho sea de paso, que todo esto llevó a que este lunes la única persona que compareció ante la soberanía catalana –y a título personal- fue un vicesecretario de la Conferencia Episcopal Española y ningún representante de la Iglesia catalana].

-Dentro de este factor de carácter más político seguramente también ha pesado otra valoración. Si Omella fuera sólo el arzobispo de Barcelona, el hecho era que un obispo local comparecía en un parlamento autonómico. Pero ir como presidente de la Conferencia Episcopal Española (así estaba citado) creaba el precedente para ser citado por cualquier otro parlamento autonómico. Valga como ejemplo paralelo, que también se citó a la Comisión del Parlamento al Defensor del Pueblo y a la síndica de agravios de Cataluña. Sólo estuvo la síndica catalana.

-En la sesión del lunes, la mayoría de diputados lamentaron que Omella dejara pasar la oportunidad de pedir perdón a las víctimas. A mí ya me perdonarán, pero la consideración moral del perdón creo que tampoco es competencia del Parlamento. Y además en la comisión a veces confunde lo que dicen las víctimas con más recorrido mediático que han comparecido en el Parlamento con la complejidad de la verdadera atención y reparación a las víctimas que han explicado los expertos en la misma comisión. Y un perdón forzado por un tercero no sé si es lo que esperan las víctimas que quieren ser escuchadas y reconocidas.

-¿Y Omella estaba obligado a comparecer? Con el reglamento del Parlamento en la mano, sí, porque estaba citado como testigo, no como experto. Pero tampoco se conoce a ninguna persona física o jurídica que haya acabado en prisión por no comparecer ante el Parlamento de Cataluña. Lo que no puede hacer el Parlament es enviar a los Mossos a buscar al incomparecido y llevarlo al Parlament como si fuera un juzgado. La Comisión puede informar a la Mesa del hecho para que el máximo órgano de gobierno del Parlamento valore si se debe llevar el caso a Fiscalía. Y en el caso de que en la Mesa existan las mayorías políticas para hacerlo, la fiscalía se ve que siempre lo afina.

-En todo este contexto también había alternativas a la no comparecencia. Por ejemplo, este lunes el vicesecretario hizo una la exposición muy clara e ilustrativa sobre el trabajo que está haciendo la Conferencia Episcopal Española en la prevención de abusos. Y parece que los grupos parlamentarios quedaron bastante satisfechos. Si algo puede explicar hoy la Iglesia es que es la institución que más ha trabajado en los últimos años el tema de la prevención de abusos en el ámbito institucional. Con todas sus carencias, reticencias e incompetencias que todavía hay hoy dentro de la Iglesia. No hay otro ámbito institucional que acoja a menores que en los últimos años haya dedicado más esfuerzos a la prevención.

-Ciertamente, el Parlamento no es un tribunal, el lugar donde ir a rendir cuentas del pasado o donde ir a pedir perdón a las víctimas. Pero también podía ser el lugar donde ir a explicarse. De hecho, uno de los problemas de los argumentos que ha dado Omella para no ir al Parlamento es que se ampara más en el aspecto jurídico que en la respuesta que la Iglesia quiere dar a las víctimas. A la hora de medir los dos platos de la balanza habría que valorar si tenía que pesar más las contradicciones de lo que pretende esta comisión, o transmitir la voluntad de dar respuestas, que con todas sus limitaciones la Iglesia ya ha empezado a dar. Y que lo único que ha quedado mediáticamente de no haber ido al Parlamento es que la Iglesia no hace nada y que no quiere dar explicaciones, ni pedir perdón.

 

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