lunes, 17 de julio de 2023

El Papa apura el tiempo de los cambios

Francisco abrirá el debate sobre varios temas que generan polémica dentro de la Iglesia, como el celibato, el diaconado femenino y la posibilidad de que hombres casados de probada fe puedan ser sacerdotes

Fuente:   Infobae

Por   Guillermo Marcó

15/07/2023


El papa Francisco

Según el periodista Sergio Rubín: ”El Papa Francisco se apresta a concretar el paso más audaz de su pontificado en cuanto al quehacer de la vida de la Iglesia. Permitirá que se sometan a un amplio debate los temas que generan más polémica dentro de la institución como el celibato y la posibilidad de que hombres casados de probada fe puedan ser sacerdotes en regiones de marcada escasez de vocaciones, el diaconado femenino -el peldaño anterior al sacerdocio-, la integración plena de los católicos divorciados en nueva unión y de las personas de condición homosexual a la vida eclesial y, en fin, una mayor cercanía a los pobres y descartados. Será con motivo de la realización de un sínodo (asamblea eclesial) en dos tramos -el primero en octubre de este año y el segundo en el mismo mes del año que viene- que comenzó en 2021 con una consulta -inédita por lo participativa- al clero y a los fieles de todo el mundo con el objetivo de promover el diálogo interno a la luz de la fe. Consulta en la que surgieron desde las bases una variedad de temas, incluidos los más álgidos. Y, si bien no se espera que, necesariamente, haya resoluciones sobre ellos y que el pontífice las asuma, sí quiere ser un camino para abordarlos”.

Conviene aclara que un Sínodo es deliberativo, pero no es como el Congreso, donde si un proyecto es votado por la mayoría en ambas cámaras adquiere fuerza de ley. Las propuestas emanadas de un Sínodo sirven para escuchar diversas voces y que el Papa pueda tener más consenso a la hora de tomar decisiones. Hay que distinguir aquí entre temas variopintos. El celibato que es la forma que se ha vivido el sacerdocio. El origen del celibato católico se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Aunque Jesús de Nazaret no se pronunció específicamente sobre el celibato de los Apóstoles, el vivió de ese modo, algunos de sus discípulos, como el apóstol Pablo, promovieron la idea de que la vida célibe era una forma de dedicarse completamente a Dios y al servicio de la Iglesia.

En los primeros tiempos del cristianismo, muchos seguidores optaron por vivir en celibato, incluso si ya estaban casados, como una forma de comprometerse más plenamente con su fe. Sin embargo, el celibato obligatorio para los sacerdotes no fue establecido de manera oficial hasta el Concilio de Elvira en el siglo IV.

A lo largo de los siglos, el celibato se convirtió en una práctica cada vez más común en la Iglesia Católica, especialmente para aquellos que buscaban el orden sacerdotal. En el año 1139, el Segundo Concilio de Letrán decretó que los sacerdotes no podían contraer matrimonio, lo que reforzó aún más la norma del celibato en la Iglesia.

Es importante destacar que el celibato no es una doctrina infalible de la Iglesia Católica, sino una disciplina eclesiástica. En la Iglesia Oriental Católica, como la Iglesia Católica de rito oriental, se permite que los hombres casados sean ordenados sacerdotes, aunque los obispos generalmente deben ser célibes.

A lo largo de la historia, ha habido debates y discusiones en torno al celibato obligatorio en la Iglesia Católica. Algunos han argumentado a favor de permitir que los sacerdotes se casen, mientras que otros defienden el celibato como una tradición valiosa y una forma de dedicación total a Dios. La posición oficial de la Iglesia Católica, hasta el momento, es que el celibato obligatorio para los sacerdotes es una disciplina sagrada que se mantiene, aunque existen algunas excepciones en ciertos casos, como en la admisión de clérigos casados provenientes de otras confesiones cristianas. Esto puede ser modificado.

En el tema del divorcio, los divorciados y la posibilidad de acceder a la comunión, es más complicado. El divorcio existía en tiempos de Jesús y el propone la permanencia en el vínculo como algo novedoso. El Sínodo puede proponer caminos pastorales pero sin alejarse de la doctrina, bajo el riesgo de provocar un cisma, frente a la idea de que pastoral y doctrina pueden corren por caminos separados, hay que reconocer simplemente sus relaciones intrínsecas e irrenunciables.

No separar doctrina y pastoral, sino reconocer su unión indisoluble, será el mejor modo de vivir la caridad que enseñaba el beato Pablo VI en su encíclica “Humanae vitae”, cuando recordaba cómo ambas dimensiones están intrínsecamente unidas:

“No menoscabar en nada la saludable doctrina de Cristo es una forma de caridad eminente hacia las almas. Pero esto debe ir acompañado siempre de la paciencia y de la bondad de que el mismo Señor dio ejemplo en su trato con los hombres. Venido no para juzgar sino para salvar (Jn 3,17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso con las personas”.

 

Nuevos modos de comunicar

El camino sinodal de cara al Sínodo de la Sinodalidad no sólo es un proceso de escucha presencial, sino que por primera vez se sumó la modalidad digital con el fin de “asegurar que nadie quede excluido del proceso sinodal y todos tengan la oportunidad de ser escuchados y contribuir a la Iglesia, incluso aquellos que no están involucrados en las instituciones físicas”, dice el argentino monseñor Lucio Ruiz, secretario general del dicasterio para las Comunicaciones del Vaticano.

Monseñor Ruiz explica que el proyecto cuenta con la colaboración de 250 influencers/evangelizadores digitales que fueron “convocados, reunidos y enviados como discípulos misioneros para realizar el proceso de ‘escucha digital’ en sus propias redes y comunidades, como Instagram, TikTok, YouTube, Facebook, Twitter, WhatsApp y correo electrónico. Cada uno de ellos -añade- sigue sus propios tiempos, modalidades y carismas para llevar a cabo esta Misión”.

”En la primera fase de la Escucha del Sínodo, se recibieron 110.000 cuestionarios procedentes de 115 países y se realizaron en 7 idiomas diferentes”, señala. Destaca que “esto demuestra que la presencia de la Iglesia en el mundo digital no tiene fronteras. En la segunda fase -agrega-, conocida como la fase continental, se crearon espacios para el discernimiento comunitario entre los evangelizadores que participaron en la primera etapa”.

De los misioneros digitales que participaron en la primera etapa sinodal, el 63% eran laicos, el 27% sacerdotes y el 10% religiosos.Ruiz explica que “a través de la oración y la escucha de la Palabra, los participantes reflexionaron sobre el contenido del Documento de la etapa continental. Las aportaciones obtenidas se recopilaron en un Documento de Síntesis. Además -detalla-, 15 evangelizadores digitales fueron convocados a participar en las asambleas continentales para compartir sus experiencias sinodales en los espacios digitales”.

”A la vez que se han descubierto numerosos evangelizadores en el ámbito digital que realizan una labor de auténtica escucha, una de las contribuciones más significativas del Sínodo Digital ha sido el diálogo establecido con los jóvenes y con aquellos que creen, pero no pertenecen a la Iglesia, con aquellos que se han alejado o con los ateos, agnósticos y aquellos que nunca recibieron el mensaje del Evangelio”, subraya.

Iremos informando sobre los avances del proceso.

 

 

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