miércoles, 2 de enero de 2013

La reconciliación en Euskal Herria: ¿ciaboga en el discurso episcopal?

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha opinado sobre la paz y la convivencia en Euskadi que se está "en unos momentos en los que es más útil el trabajo constante, discreto, a pie de calle, que las grandes declaraciones y las polémicas".
Para Iceta, "el magisterio de los obispos del País Vasco es nítido, profundo y fundamentado en el evangelio y en la doctrina social de la Iglesia. Desde hace más de un año, el Consejo Pastoral Diocesano está realizando una reflexión a este respecto, con el fin de alumbrar propuestas operativas. Esperamos concluir esta reflexión antes del verano".
Hace un año, el 30 de enero de 2012,  el Consejo Presbiteral de Bilbao votó:
Crear una Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación.

Antes de pasar a votación el obispo recordó que para que el resultado fuera vinculante tenía que contar con 2/3 de los votantes.

El resultado arrojó 23 votos afirmativos sobre 31 miembros presentes, 6 en blanco, uno negativo y uno nulo.

De esta encomienda vinculante y aprobada por su presbiterio el señor obispo no dice nada, sigue esperando el resultado de la otra comisión tan alabada por él.

Según Iceta, "no es tiempo de cartas o declaraciones, sino de trabajar con constancia y discreción, de modo directo en las situaciones concretas, a pie calle”.

En dicha sesión del consejo presbiteral de enero de 2012,  uno de los ponentes afirmaba ante el tema de la reconciliación:

“Anunciar el mensaje cristiano de la reconciliación
Estar preparado ante las resistencias que despiertan el mensaje y la acción reconciliadora
Ser una comunidad cristiana reconciliada para ser reconciliadora
Expresar y promover gestualmente la reconciliación futura

Las marchas anuales, como la vuestra a Ziortza, deberían orientarse hacia la reconciliación. Otras iniciativas habrían de ser generadas por vuestra creatividad. Son signos públicos de un empeño eclesial que, en esta coyuntura, tienen carácter prioritario.

Alentar la cultura de la paz

La experiencia de procesos pacificadores nos enseña que cuando la confrontación violenta ha sido larga e intensa, suele dejar un sedimento de actitudes intransigentes e intolerantes, arrogantes en unos y resentidas en otros. Sólo una cultura de la paz va amortiguando tales actitudes. La cultura de la paz promueve el respeto a la dignidad humana, la apertura vital al diferente, la empatía ante el dolor ajeno, el abordaje de los conflictos de toda clase con la herramienta del diálogo, el aprendizaje del perdón pedido y ofrecido. Los colegios eclesiales y los medios de comunicación social tienen aquí un papel que, en la medida en que estén a nuestro alcance, hemos de potenciar.”




Apreciamos una tarea pendiente por parte del señor Obispo Don Mario Iceta en sintonía con la comunión presbiteral manifestada en su consejo, una tarea que no puede seguir retrasando su ejecución con la excusa de esperar al consejo diocesano.

Mientras nuestro señor Obispo habla de discreción, el ponente en dicha sesión del consejo, hablaba de gestos públicos.

Mario Iceta juega al equilibrio, no entra al tema, el ponente ya advertía de estar preparados para las reticencias que tiene el trabajar este tema tan delicado, tan necesario, tan evangélico como es el de la reconciliación.

Todavía quedan en nuestro ánimo ecos del tiempo de Navidad. En uno de los himnos que recitábamos en este tiempo, decíamos:

Poner paz donde hay guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién la hiciera y fuera yo!

Juan San Sebastián

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