Se exigen consecuencias "apropiadas"
Varsovia - Dos obispos polacos criticaron al gobierno en sermones y advirtieron contra los migrantes. Ahora, el gobierno polaco ha escrito una carta de protesta al Vaticano y exige consecuencias.
Fuente: katholisch.de
KNA
16/07/2025
Tras sus homilías en un lugar de peregrinación, Polonia ha presentado una queja oficial ante el Vaticano sobre dos obispos eméritos y ha exigido consecuencias. Una carta del Ministerio de Asuntos Exteriores a la Santa Sede, entregada por el embajador polaco en el Vaticano el martes, declara: «No toleramos declaraciones con un lenguaje hiriente e inaceptable que viole los principios fundamentales de la dignidad humana, así como la soberanía del gobierno de la República de Polonia».
En la conocida peregrinación al Monasterio de Jasna Góra en Czestochowa el fin de semana pasado, Wieslaw Alojzy Mering, obispo emérito de Wloclawek, y Antoni Dlugosz, obispo auxiliar emérito de Czestochowa, criticaron al gobierno polaco, refiriéndose también a su política migratoria. Mering afirmó, entre otras cosas, que Polonia estaba gobernada ahora por "gansters políticos" que se hacían llamar alemanes. También afirmó que las fronteras de Polonia están amenazadas tanto por el oeste como por el este.
Dlugosz afirmó que la policía alemana estaba expulsando a los inmigrantes ilegales "como si fueran objetos". Pero "los polacos sabemos lo que es la misericordia, y eso no significa que debamos abrir nuestras puertas a todos los inmigrantes ilegales". El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, criticó las declaraciones de los dos obispos durante el fin de semana por contradecir la fe cristiana.
"Vergonzoso e indigno"
«Las palabras de los dos obispos mencionados son vergonzosas e indignas de la institución que representan y de los fieles», continúa la denuncia. El comentario de Mering, según el cual miembros del gobierno se identifican como alemanes, es «inaceptable desde la perspectiva de las autoridades soberanas elegidas democráticamente y legitimadas por el pueblo». Además, viola el Concordato entre Polonia y la Santa Sede, que consagra el respeto mutuo entre la Iglesia y el gobierno.
Al final de la carta, se proponen adoptar decisiones "apropiadas" contra los obispos para que "declaraciones igualmente desafortunadas, falsas e injustificadas no aparezcan en el discurso público en el futuro y manchen el buen nombre de la Iglesia Católica".
La carta mencionaba previamente el acuerdo consagrado en el Concordato, según el cual la Santa Sede tiene la autoridad exclusiva para nombrar obispos. Sin embargo, esto también incluye la obligación de asumir las consecuencias de las acciones de los nombrados, "incluida su destitución si exceden el marco de las buenas relaciones o violan los principios descritos en el Concordato".
(KNA)
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