miércoles, 9 de noviembre de 2022

El Papa expulsa a un obispo alemán acusado de haberse quedado con 128.000 euros de una anciana con demencia

Johannes Bündgens asegura que era el pago de un alquiler y ya ha devuelto la cantidad a la familia de la viuda

Fuente:     ABC

Por:    Javier Martínez-Brocal

08/11/2022


El obispo Johannes Bündgens en una imagen facilitada por la Conferencia Episcopal Alemana ABC

«El Santo Padre ha aceptado la renuncia al cargo de obispo auxiliar de la diócesis de Aquisgrán (Alemania), presentada por monseñor Johannes Bündgens», ha comunicado este martes la oficina de prensa del Vaticano. Hace un mes el obispo fue condenado definitivamente por haberse transferido 128 mil euros desde la cuenta de una anciana con demencia que le había dado un poder notarial para hacerlo. El eclesiástico, de 66 años, aseguró que se trataba del pago de un alquiler y devolvió el dinero a la familia.

Como reconstruía la diócesis, «el 13 de julio de 2021, el Tribunal de distrito de Kerpen lo condenó a nueve meses de prisión suspendida durante dos años, y una multa de 5.000 euros, por malversación de 128.000 euros». En octubre, Bündgens retiró el recurso presentado contra la sentencia, que inmediatamente se hizo definitiva.

Aunque desde que en diciembre de 2019 se conocieron las acusaciones había sido apartado de todas sus funciones en la diócesis y ni siquiera había vuelto a celebrar misa en público, el obispo de Aquisgrán Helmut Dieser, le pidió en octubre que «presentara su dimisión al Papa», y así lo hizo.

«Es bueno para todas las partes que el Papa haya tomado una decisión rápida», aseguró Dieser. «Personalmente, lamento mucho que los últimos años hayan conducido a esta evolución», añadió el prelado.

En marzo de 2006, Benedicto XVI nombró a Johannes Bündgens obispo auxiliar de Aquisgrán, la ciudad preferida de Carlomagno, y desde junio se convirtió en presidente de Caritas de Aquisgrán.

Según la condena, entre diciembre de 2017 y enero de 2018 el obispo hizo varias transferencias a su propia cuenta corriente que sumaban alrededor de 128.000 euros, desde la cuenta de una mujer con demencia que le había otorgado un poder notarial para hacerlo. Dadas las condiciones de salud de la viuda, sus familiares dudan que lo hiciera con completa conciencia.

Según el obispo, se trataba de un pago a cambio del derecho a residir hasta el fin de su vida en una residencia propiedad del eclesiástico. Durante el proceso, no pudo mostrar ningún contrato ni acuerdo escrito que lo avalase. Aunque el tribunal reconoció que el obispo había devuelto la cantidad malversada, también Francisco está de acuerdo en que por ahora es mejor que se dedique a otras actividades.

 

 

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