domingo, 17 de julio de 2022

Mons. Raymond Poisson: «La presencia del Santo Padre en Canadá guiará en la dirección que debemos tomar»

Mons. Raymond Poisson, presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Canadá, ha concedido una entrevista a Omnes ante la próxima visita del Papa Francisco a Canadá para animar el proceso de reconciliación y sanación de los católicos canadienses con las comunidades indígenas.

Fuente:   OMNES

Maria José Atienza

15/07/2022


Mons. Raymond Poisson saluda al Papa Francisco

Se trata de una visita histórica por muchas razones. El Papa Francisco visitará Canadá a finales de este mes de julio en un viaje muy especial. Además de escuchar y dialogar con los pueblos Indígenas, expresar su cercanía y abordar la participación de la Iglesia católica en el funcionamiento de las escuelas residenciales en todo Canadá, la visita papal será una oportunidad para conocer la amplia comunidad católica en Canadá.

Una comunidad que, desde hace años, se encuentra inmersa en un proceso de aceptación, perdón, pero sobre todo, construcción de futuro como ha querido destacar en esta entrevista para Omnes, Mons. Raymond Poisson, presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Canadá.

En esta conversación, Mons. Poisson, que es obispo de la diócesis de Saint-Jérôme-Mont-Laurier, en la provincia de Québec, apunta que “la palabra, los gestos, la presencia del Santo Padre nos guiarán en la dirección que debemos tomar” en este dificil, pero necesario camino.

 

¿Cómo se está preparando la Iglesia canadiense para esta visita?

– Es un gran trabajo en equipo con varios colaboradores, a nivel nacional-local, el cual debe realizarse en un tiempo récord.

Desde hace más de tres años, un grupo de cuatro obispos acompaña regularmente las iniciativas de los obispos de Canadá con miras a acciones y gestos concretos de reconciliación con nuestros hermanos y hermanas indígenas. Como soy parte de este grupo, puedo testimoniar el camino recorrido que nos llevó a organizar este encuentro en Roma de 3 delegaciones – Primeras Naciones, Inuit y Métis – con el Papa Francisco (marzo-abril de 2022).

Estos encuentros culminaron con una audiencia de más de 150 delegados indígenas con el Santo Padre, durante la cual el Papa Francisco se sumó a las disculpas realizadas por los obispos de Canadá en septiembre de 2021. Para dar seguimiento a estas delegaciones en Roma, el Papa Francisco aceptó la invitación de sus hermanos obispos para venir a Canadá a partir de julio de 2022.

Las organizaciones nacionales de pueblos indígenas están involucradas en la planificación de la visita papal a Canadá. Los intercambios comenzaron con los delegados que se preparaban para viajar al Vaticano en marzo/abril de 2022 y continuaron durante sus reuniones privadas con el Papa Francisco, así como con un grupo de trabajo de obispos canadienses en un diálogo continuo.

Los hermanos indígenas también participaron en visitas previas a posibles sitios para la visita papal. La programación se ha finalizado en estrecha colaboración con ellos para garantizar que la próxima visita del Papa Francisco sea un paso importante en el camino de la sanación y la reconciliación.

Oramos por la salud del Santo Padre mientras nos embarcamos en la planificación intensiva de esta visita histórica.

 

La preparación de este viaje ha sido, como usted apunta, muy rápida. Además de los preparativos «oficiales», ¿cómo participan los fieles en los preparativos?

– Hay muchas maneras en las que los fieles se involucran en los preparativos de la visita de nuestro Santo Padre, para regocijarse en el amor de Dios y mostrar cómo nos unimos al Papa en su compromiso con la sanación y la reconciliación.

Algunos grupos parroquiales oran juntos, algunos se ofrecen como voluntarios, algunos viajan para asistir a uno de los eventos públicos, etc.

 

La visita del Papa está marcada por informes sobre el comportamiento poco edificante de ciertas instituciones eclesiales hacia la población indígena. ¿Cree que esta visita marcará un punto de inflexión en la historia de la Iglesia canadiense?

– Durante las delegaciones a Roma, escuchamos las palabras del Papa Francisco, hablando en términos de disculparse con sus hermanos obispos por los comportamientos de algunos miembros de la Iglesia en las escuelas residenciales. Sabemos que su visita será un paso más de sanación y reconciliación.

Este tema afecta a los sobrevivientes de las escuelas residenciales, pero también a cualquiera que haya sufrido dolor o trauma por parte de miembros de la Iglesia católica. Pero esta visita toca sobre todo la voluntad de la Iglesia de vivir con nuestros hermanos y hermanas indígenas nuevos proyectos de reconciliación. No solo disculpas.

La visita del Papa también puede tener un cierto efecto liberador, que permitirá dar un paso hacia la sanación de un gran número de víctimas de diferentes tipos de abusos, así como de sus familias de antiguos alumnos, que viven el impacto multigeneracional.

Obviamente, no todas las víctimas serán apaciguadas, pero para muchos será una oportunidad de escuchar y ver al Papa Francisco conmoverse por los testimonios escuchados.

Los aborígenes dan mucha importancia a la relación, a la presencia. De ahí la importancia de que se haga en suelo canadiense y que asista la mayor cantidad posible de indígenas.

 

En este sentido, ¿cómo vive este camino la población indígena, incluidos los no católicos?

– En general, después de dos años de pandemia: ¡qué bueno será volver a vernos en grupos grandes, para estar felices de estar juntos!

Hay necesidad de reconstruir lazos y solidificarlos, de conocernos mejor y de respetarnos, de entender mejor las espiritualidades aborígenes, de sus tradiciones, de profundizar en las verdades, de clarificar nuestras formas de vernos a nosotros mismos.

Hay prejuicios y estereotipos entre nosotros, por lo que caminar juntos, católicos y otras denominaciones religiosas con toda la población, nos ayudará a crear un futuro más unido. La idea es transformar nuestra mirada hacia el otro. Esta visita es una oportunidad única que se ofrece a toda la sociedad canadiense.

 

“Caminando juntos”, como parte del proceso de reconciliación iniciado hace años por los obispos de Canadá. ¿Cómo va este proceso?

– La delegación a Roma en abril pasado sigue a más de tres años de diálogo entre los obispos católicos de Canadá y sus socios indígenas, incluida la Asamblea de las Primeras Naciones (AFN), el Consejo Nacional Métis (MNC) y el ‘Inuit Tapiriit Kanatami (ITK), con el objetivo de aprender y discernir la mejor manera de apoyarlos en el camino de la sanación y la reconciliación.

A medida que continúa este diálogo, hemos tomado varios pasos importantes para apoyar un futuro más brillante, incluido el anuncio de $30 millones en apoyo para iniciativas de sanación y reconciliación, nuestro compromiso al garantizar que los documentos relacionados con las escuelas residenciales estén disponibles para los sobrevivientes y la continuación de nuestros esfuerzos para educar a nuestro clero, consagrados, consagradas y laicas en las culturas y espiritualidad indígena.

Existe un claro consenso entre los obispos canadienses de que se necesita hacer más para aliviar el sufrimiento histórico y actual causado por el sistema de escuelas residenciales.

El viaje del Santo Padre a Canadá nos permitirá estar juntos, caminar juntos, miembros de comunidades indígenas y no indígenas. Vivir juntos eventos fuertes y que hablen para nosotros, pensamos que será beneficioso.

La palabra, los gestos, la presencia del Santo Padre nos guiarán en la dirección que debemos tomar, nos abrirán caminos para seguir caminando juntos hacia la reconciliación, la sanación, para tener una visión de futuro.

 

Canadá, como el resto de Occidente, ha vivido un proceso de secularización muy grande, ¿cómo está la Iglesia en Canadá hoy? ¿Cómo ha vivido y está viviendo este proceso de purificación que a veces puede resultar casi incomprensible?

– La Iglesia como institución personaliza a todo un pueblo en movimiento; es una fuerza de acción.  Existe también un peligro: la Iglesia no debe limitarse a los miembros consagrados o clérigos pero a todos los bautizados.

A través de desafíos y controversias, alegrías y proyectos, la Iglesia trata de hacer un lugar central para Cristo, el Evangelio y los valores evangélicos. Está formada por seres humanos y, por lo tanto, no es perfecta.

Hay una importancia creciente en la sociedad por la autenticidad del testimonio que esta Iglesia, con sus pastores y toda su estructura, debe servirle al núcleo de sociedad. Es además esta autenticidad, “fidelidad a la misión”, lo que a menudo se reprocha a los miembros de la Iglesia en el caso de los internados.

A través de mi propia pertenencia y participación en el Conferencia de Obispos Católicos de Canada, me siento inspirado con maravillosos ejemplos de compromiso y santidad en el camino misionero del Pueblo de Dios en Canadá. El mundo moderno está lleno de complejidad, pero también hay ocasiones en las que la Palabra de Dios puede arraigarse en la sociedad.

Como obispos, confiamos en todos los miembros del Pueblo de Dios, incluidos clérigos, laicos y personas consagradas, todos los bautizados, para dar un buen testimonio del evangelio en la vida diaria.

 

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