viernes, 15 de julio de 2022

Ministerios laicales y hacia la plena igualdad de la mujer en la Iglesia

Jornadas teológicas en Montesclaros (II)

Fuente:   Religión Digital

Por:   Avelino Seco Muñoz

15.07.2022


Martínez Gordo en Montesclaros

Seguimos en Montesclaros reflexionando teológicamente y dialogando apasionadamente sobre unos temas de plena actualidad en nuestra iglesia. El calor es soportable pues estamos a 900 metros de altura en las montañas del sur de Cantabria, por algo se llama Montesclaros. Además, los muros de piedra del vetusto convento mantienen una temperatura ideal. Los que han venido de Madrid, Valladolid o Guadalajara no se lo pueden creer.

Disfrutamos por el día de las conferencias y diálogos sin el agobio del calor y nos relajamos por la noche en una gran terraza disfrutando, a la luz de una plena y luminosa luna, de alguna cerveza, copa de orujo lebaniego o gin tonic. 

   La primera ponencia de la mañana a cargo del teólogo Jesús Martínez Gordo versaba sobre un tema muy importante y de gran trascendencia para la iglesia. El laico bautizado tiene un papel en la iglesia; pero ¿cuál? ¿Es alguien a quien se encarga unos oficios o servicios y al que se le pide que colabore con el sacerdote ordenado? Es decir, un colaborador. O, ¿se puede hablar de ministerios laicales fundamentándolo en el sacerdocio bautismal y en la presencia del Espíritu Santo en la iglesia? En este caso ya no sería un mero colaborador, sino que sería corresponsable.

   Ser colaborador no es lo mismo que ser corresponsable. Cuando hablamos de superar el clericalismo en la iglesia hay que tener en cuenta que este no se supera teniendo más colaboradores que hagan servicios. Ha habido una etapa en la vida de la iglesia postconciliar en la que se ha sacralizado y segregado al presbítero y se ha intentado poner en su sitio secular al laico. El problema teológico-pastoral que tenemos es clarificar la labor del bautizado.

¿Nos atrevemos a dar el paso al ministerio laical con poder y capacidad de decisión, o mantenemos un laico al que se le encomienda oficios y servicios? Se analizaron diversas respuestas que se están dando en diversas iglesias locales y nos detuvimos algo más en el análisis de la experiencia que se comenzó a finales del siglo pasado en la diócesis francesa de Poitiers.

   En la segunda ponencia Montse Escribano abordó el tema de la mujer en la iglesia y abordó cómo se dio un cambio de paradigma para las mujeres creyentes en el Concilio Vaticano II. Fue un pequeño paso, pero significativo ya que por primera vez en la historia fueron invitadas 23 mujeres como oyentes a las sesiones conciliares, no tenían voz ni voto oficial, pero su sola presencia entre más de 2000 varones hizo posible que cambiase algo el panorama exclusivamente varonil. Algún padre conciliar ya había advertido que faltaba la representación de más del 50% de las personas bautizadas.

 La Iglesia tiene el peligro de la desafección y el abandono del mundo de las mujeres que han ido adquiriendo una conciencia de igualdad en la sociedad civil y, por el contrario, no es reconocida su igualdad en la comunidad de las personas bautizadas. Fue muy interesante y apasionado el diálogo posterior a la ponencia.

   En la sesión de la tarde, Pepa Moleón nos introdujo en el conocimiento y las propuestas que hacen el colectivo “La revuelta de mujeres en la iglesia”. Este movimiento surge en 2020 y se reconoce como fruto de los movimientos de mujeres cristianas habidos en España desde hace más de 35 años, surgidos al calor e inspiración del Concilio Vaticano II.

  La Revuelta, que ya tiene colectivos de mujeres en más de veinte ciudades del Estado y que mantiene fuertes vínculos internacionales con otros movimientos de mujeres feministas cristianas, propone y reivindica alcanzar y vivir la plena igualdad en la iglesia en coherencia con el lema que las vincula: “Hasta que la igualdad se haga costumbre”

   En sus reflexiones y reivindicaciones incorporan una eclesiología que, superando los tics del pasado, reconozca el pleno acceso en igualdad de las mujeres a los ámbitos de reflexión y decisión, así como a todos los servicios y ministerios de la comunidad eclesial desde la sinodalidad corresponsable. Anhelan y anticipan una iglesia que incorpore y se nutra de las aportaciones de la teología feminista a fin de deconstruir imágenes de Dios, mitos y ritos patriarcales e incorpore la mirada y la relación que Jesús de Nazaret mantuvo con las mujeres de lo cual los evangelios dan testimonio.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.