sábado, 8 de mayo de 2021

Vacunas y patentes: el efecto bumerán del egoísmo de los ricos

Fuente:   Adista News

Giampaolo Petrucci

 05/05/2021


Como parte del G7, hasta 7 de cada 10 ciudadanos piden a sus gobiernos que intervengan para garantizar que las compañías farmacéuticas renuncien a los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas anti-Covid, "haciendo pública la formulación y la tecnología para permitir su desarrollo y producción en otros países". Así lo afirma Oxfam y Emergency en un comunicado de prensa conjunto publicado en la Cumbre de Asuntos Exteriores del G7 en Londres, en el que se refiere a la encuesta de People’s Vaccine Alliance (la Alianza Popular de Vacunas) de la que forman parte las dos agencias humanitarias.

"El 70% de la población de los países del G7 —se puede leer en la nota— cree que las compañías farmacéuticas, suficientemente recompensadas por el desarrollo y la producción, deben renunciar a las patentes sobre las vacunas. Los ciudadanos italianos se expresan con mayor claridad, con un 82% de los encuestados a favor de la suspensión de la propiedad intelectual, seguidos de Canadá con un 76%, Reino Unido con un 74%, Alemania un 70%, Estados Unidos un 69%, Francia un 63% y Japón un 58%.

Y mientras los siete Grandes de la Tierra continúan protegiendo los derechos de propiedad de Big Pharma, el llamamiento de hasta 100 países, Sudáfrica e India a la cabeza, a la Organización Mundial del Comercio, para la suspensión de los derechos de propiedad intelectual sobre terapias, pruebas diagnósticas y vacunas, hasta que finalice la pandemia, sigue sin ser atendido.

Durante la pandemia, Big Pharma recibió 88.000 millones de fondos públicos para la investigación y el desarrollo de vacunas y ha distribuido la mayoría de las dosis producidas a los países ricos, mientras que "cada día mueren miles de personas en países de ingresos bajos y medianos". Según Sara Albiani (asesora de políticas para la salud global de Oxfam Italia) y Rossella Miccio (Presidenta de Emergency), "los líderes del G7 tienen que afrontar la realidad: hasta la fecha, no tenemos suficientes vacunas para todos y el mayor obstáculo para una campaña mundial de vacunación siguen siendo los derechos de propiedad intelectual en poder de Big Pharma. Simplemente vacunando a su población, los países del G7 no podrán decir que son seguros" debido a las variantes que se generan en todo el mundo mientras tanto y que harán que las vacunas actuales sean ineficaces en el plazo de un año.

En consonancia con el llamamiento al G7 de vacunas del "bien común global" por parte de 150 líderes religiosos, entre ellos, el cardenal Peter Turkson (Prefecto del Dicasterio Vaticano para el Servicio de Desarrollo Humano Integral), Rowan Williams, (el ex arzobispo anglicano de Canterbury), Thabo Makgoba (arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo) y los franciscanos de Asís – Emergency y Oxfamda hacen un llamamiento a Italia, miembro del G7 y Presidente en ejercicio del G20: Italia, dicen Albiani y Miccio, debe defender con firmeza, en todos los foros competentes, el principio de la vacuna como un bien público mundial".

 

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