En una carta, los líderes hebreos expresan gratitud a Francisco por su "mano tendida a los judíos de todo el mundo": el compromiso de la Iglesia "ha transformado nuestras comunidades", apreciamos "su empeño en oponerse activamente al antisemitismo y al antijudaísmo"
Fuente: Vatican News
Por Roberto Cetera
15/02/2024
"El esfuerzo de la Iglesia por cultivar la comprensión donde antes había rivalidad, la amistad donde antes había animosidad, y la empatía donde antes había desprecio, ha transformado nuestras comunidades y ha dejado una huella duradera en nuestras historias". En su carta, Santidad, encontramos una confirmación de este compromiso, que adquiere aún mayor importancia en estos tiempos en que la inestabilidad amenaza incluso las relaciones cultivadas durante muchas décadas". Este es el pasaje central de una carta enviada al Papa Francisco por una serie de rabinos y estudiosos del diálogo judeo-cristiano, cuyos firmantes son los rabinos Jehoshua Ahrens (Fráncfort/Berna), Yitz Greenberg (Jerusalén/Nueva York) y David Meyer (París/Roma), así como Karma Ben Johanan (Jerusalén) y Malka Zeiger Simkovich (Chicago).
El mismo grupo ya había escrito al Santo Padre, el pasado mes de noviembre, para abogar por una renovada cercanía entre judíos y cristianos tras la masacre del 7 de octubre y las regurgitaciones de antisemitismo y antijudaísmo registradas en diversas partes del mundo.
El Papa Francisco había enviado entonces su carta del pasado 2 de febrero "a los hermanos y hermanas judíos de Israel", en la que aseguraba la solidaridad de toda la Iglesia con el pueblo judío y, al mismo tiempo, hacía un llamamiento a una rápida pacificación entre todos los pueblos de cualquier etnia y confesión religiosa que habitan Tierra Santa.
Ayer llegó este nuevo texto de estudiosos judíos para agradecer al Papa sus apreciadas palabras. "Nos reconforta que haya tendido su mano a los judíos del mundo y, en particular, a los de Israel, en este momento de gran sufrimiento", escriben, valorando "también su compromiso de oponerse activamente al antisemitismo y al antijudaísmo, que en los últimos tiempos han adquirido dimensiones desconocidas para la mayoría de nosotros durante nuestra vida."
"Las palabras que salen del corazón entran en el corazón", escriben agradecidos, citando al rabino Moshe Ibn Ezra. Y prosiguen: "Vivimos un momento de la historia que requiere perseverancia, esperanza y coraje. El poder transformador de Nostra Aetate es una inspiración para nosotros, ya que muestra que la fraternidad puede recuperarse incluso en el conflicto más difícil". Por ello, concluyen, "nos unimos a nuestros hermanos y hermanas católicos en su convicción de que las religiones pueden ser fuerzas creativas, imbuidas del poder de abrir caminos que de otro modo permanecerían cerrados".
El profesor Karma Ben Johanan, coordinador del grupo de firmantes, confirma a "L'Osservatore Romano": "Hemos acogido la carta del Papa como una invitación a profundizar en el diálogo entre nuestras comunidades. Han pasado casi 60 años desde que el Concilio Vaticano II inició una nueva era en las relaciones entre judíos y cristianos. Hoy debemos renovar nuestras relaciones a través de las tribulaciones de este triste tiempo'. Y añade: "A pesar de las tensiones actuales, estamos convencidos de que nuestras relaciones son lo suficientemente sólidas como para superarlas y avanzar, pero aún queda mucho trabajo por hacer".
La carta concluye recordando que "el dolor de los habitantes de esta tierra, ya sean judíos, cristianos, musulmanes u otros, afecta a nuestras vidas y a nuestro futuro" y "nos unimos a usted Santo Padre en la oración por la paz, el fin del terror, la curación de los heridos y el consuelo para todos los que están afligidos y de luto".
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