El encuentro anual de emprendedores digitales católicos se ha reanudado el miércoles 14 de junio en el Collège des Bernardins de París. Centrado en el patrimonio, los vínculos sociales, la formación y la oración, siete proyectos centran esta nueva cita, que fomenta el uso de las nuevas tecnologías por parte de la Iglesia.
Fuente: La Croix
Por Malo Tresca
14/06/23
Son los inventores, desarrolladores o socios de páginas web o aplicaciones que enumeran propuestas de retiro, animan a la oración interior, promueven encuentros románticos, muestran el patrimonio de las iglesias francesas... Y tendrán que convencer al jurado, en 180 segundos con reloj en mano, de la viabilidad y las bazas de su proyecto, en la quinta edición de Pitch My Church, la "gran misa" de la "tecnología cristiana" organizada hoy miércoles 14 de junio en el Collège des Bernardins de París.
Tras un paréntesis de cuatro años debido al COVID, y a que "una primera generación de proyectos digitales (como La Quête, Hozana...) había llegado a su fin", según uno de los organizadores, el certamen destaca ahora siete candidaturas de la docena recibidas. "Son muy diversas, con iniciativas innovadoras recientes que entran en liza", explica Pierre Macquère (cofundador de Heavn), presidente de la asociación Church & Digital Innovation, organizadora de la velada.
Siete proyectos en liza
¿Cuáles son los siete proyectos candidatos? Entre los "pequeños nuevos" figuran Oclocher -una aplicación dedicada a fomentar las comunidades parroquiales, que pretende fomentar los vínculos evitando los escollos de las redes sociales tradicionales-, así como Little Catho, una caja bimestral basada en la vida de dos santos y dirigida a niños de 5 a 10 años.
Otros proyectos son más conocidos por el gran público, como la app de oración YouPray -premiada en 2018 en un evento anterior de Pitch My Church- y Heavn, una aplicación de citas que ya cuenta con más de 50 000 solteros cristianos registrados. Apoyada por los medios de comunicación Aleteia, Famille chrétienne, Éditions Mame y Magnificat, la plataforma Formation catholique ofrece tardes y cursos en línea para descubrir o profundizar en las enseñanzas de la Iglesia.
Más allá del pliegue
Belles Églises, un sitio web y una aplicación colaborativos, promueve el patrimonio religioso guiando visitas in situ o a distancia a casi 500 iglesias de toda Francia. En palabras de su fundador, Louis-Bertrand Raffour, su objetivo es "llegar a la gente" más allá del "círculo de creyentes". Es una ambición compartida por Ritrit, un sitio web que ofrece una amplia selección de retiros espirituales, al tiempo que sirve de herramienta de gestión de reservas para las comunidades religiosas que acogen a los participantes.
Jóvenes o no tan jóvenes -la mayor tiene más de 70 años-, diplomados de las grandes escuelas o muy alejados de la élite, todos estos empresarios católicos de nueva creación aspiran a ganar el premio Carlo Acutis (1991-2006), que lleva el nombre del adolescente italiano considerado "el friki de Dios" y declarado beato en 2020. "El evento nos dará a conocer mejor y nos ayudará a conocer gente nueva", afirma Alizée Picard, de 33 años, fundadora de Little Catho. La velada será retransmitida por la KTO y contará con varios oradores de alto nivel.
Los participantes encuestados por La Croix señalan unánimemente que se está produciendo un "cambio cultural" en los círculos católicos en lo que se refiere al uso de la tecnología digital. "Durante mucho tiempo, los términos 'start-up' y 'cristiano' parecían antitéticos, como si el lado milenario de la Iglesia no soportara la innovación... Ahora se mueve con los tiempos", confirma Pierre Macquère. Lejos de los escándalos que envuelven a la institución, está encantado de presentar, con el regreso de Pitch My Church, el rostro de una "Iglesia optimista y con visión de futuro".
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