¿Qué formación es posible en la parroquia? Esta es la pregunta que preside el seminario-taller propuesto por la Facultad de Teología de Triveneto que buscará, además de la catequesis, las prácticas y los criterios para una posible formación en la parroquia. Entrevista a Don Rolando Covi, quien liderará la propuesta con Assunta Steccanella.
Fuente: Settimana News
por: Paola Zampieri
22/06/2023
¿Qué formación es posible en la parroquia? Esta es la pregunta que preside el seminario-laboratorio propuesto en el año 2023/2024 por la dirección de Teología Pastoral del ciclo de licencia de la Facultad de Teología de Triveneto, titulado "Una Iglesia que forma. Más allá de la catequesis, prácticas y criterios para una posible formación en la parroquia".
A partir de la escucha de dos experiencias de comunidades cristianas (Piove di Sacco en la diócesis de Padua y Borgo Sacco en la diócesis de Trento) donde la opción formativa está cambiando el rostro de la parroquia y está generando nuevas formas de Iglesia, el camino propondrá enfoques antropológicos (Lucia Vantini), catequéticos/formativos (Enzo Biemmi) y eclesiológicos (Livio Tonello). Seguirá el trabajo de los estudiantes en grupos sobre algunas prácticas pastorales utilizando los criterios desarrollados en el seminario, de los cuales se recogerán indicaciones para (re)pensar la praxis eclesial.
Las parroquias, de hecho, hoy son incapaces de generar fe y si la comunidad cristiana y el anuncio del Evangelio están estrechamente unidos, se abren algunas cuestiones básicas, que el seminario abordará y de las que hablamos con el padre Rolando Covi que, junto con Assunta Steccanella, coordina la propuesta.
P. Rolando, la Iglesia está al servicio de la vida de las mujeres y los hombres de este tiempo, antes de estar al servicio de una estructura eclesial. ¿Qué creyente y, aún antes, qué adulto, deseamos formar?
Las propuestas formativas de las que venimos están dirigidas a preparar sobre todo a personas cualificadas para un servicio en la Iglesia: pensemos en la formación en los seminarios, de los que en su mayor parte también se declina una buena parte de la formación para los ministerios bautismales.
La pregunta formulada, sin embargo, es saludablemente inquietante, porque hace resonar la frase de Jesús: "Tu fe te ha salvado". En el centro está la fe y la fe adulta (no solo la de los niños) y es precisamente para lo que estamos menos equipados.
El deseo es acompañar, ministros ordenados y no, hacia la experiencia del discípulo-misionero: el que acepta, en todo momento, recibir, siempre nueva, la revelación del rostro de Dios por Jesús y por esta razón descubre la posibilidad de contarlo con su vida.
Para ponerlo en una imagen, es la alegría de ser plenamente humano, según la experiencia humana de Jesús, lo que califica a un creyente.
Las parroquias, como los institutos académicos, ofrecen propuestas formativas: ¿son relevantes para generar a la fe?
En las parroquias la formación a menudo converge en algunos cursos por sectores (el curso para catequistas, para ministros de comunión, para voluntarios de Caritas, para animadores de Grest ...); Por su parte, las instituciones académicas luchan por tener un vínculo real con la vida de una comunidad.
En ambos casos, la persona sale con un bagaje de solo información, tendiendo a no estar acostumbrada a trabajar en sí misma y con los demás.
El camino sinodal nos está ayudando a reconocer las "historias de la Iglesia" de cada uno como el primer lugar de formación y a acompañar esta experiencia con la experiencia de la Tradición.
En resumen, tanto en la parroquia como en los lugares académicos estamos llamados a redescubrir la elección de Jesús: no una escuela rabínica, sino una comunidad que reconoce la presencia de Dios en la vida.
¿Qué figura formativa se necesita?
Desde hace algunos años, el término "laboratorio" ha aparecido en contextos eclesiales: el riesgo, como sucede a menudo, es que esta expresión, aunque correcta, se cargue con la solución de cada problema y, por lo tanto, el sistema no se ponga en marcha.
El primer paso, sin embargo, es vivir una comunidad educativa y esto no solo en la parroquia sino a partir del nivel académico, entre los maestros, para que podamos proponer lo que primero se experimentó.
En segundo lugar, cualquier formación debe tener en cuenta la experiencia de fe del estudiante, de manera estructural, no como estrategia.
En tercer lugar, la formación debe tener como objetivo no la preparación de un experto, sino el acompañamiento de un creyente dentro de una comunidad.
El trabajo de escucha entre los participantes es un punto nodal. En las realidades académicas francófonas, por ejemplo, se prefiere el método del seminario a las conferencias.
El desafío es reconocer que la fe es una narración viva y sólo puede continuar con esta forma, aceptando la confianza que Dios tiene en los hombres y mujeres que la transmiten, incluso con sus errores.
La forma de la parroquia, preciosa por su vínculo con el territorio, está en una crisis misionera: ¿dónde es posible reconocer signos de mejora?
La relación de la parroquia con el territorio no siempre ha tenido la misma forma: desde la comunidad alrededor del obispo hasta el centro eucarístico alrededor de la parroquia o el monasterio, hasta el vínculo con cada porción de tierra, tal como la conocemos hoy. La movilidad actual de las personas es una invitación a redescubrir la relación con el territorio humano, más que con el geográfico.
Una parroquia se convierte en misionera cuando, en el centro, no pone el intento, a menudo inconsciente, de conservar y autopreservar lo que existe, sino el servicio a la vida de las personas, en sus crisis reales, tanto por exceso como por defecto.
Las personas ya tienen una vida plena, no piden que se llene más: en cambio, buscan ayuda para que esa vida tenga sentido. Donde esto sucede, incluso con experiencias humildes, simples y sostenibles, entonces se respira la alegría de la misión.
¿Qué figura de la comunidad cristiana puede crear las condiciones para crecer en la fe?
La Iglesia de los primeros siglos, de carácter doméstico, con una fuerte connotación relacional, representaba en pocos años la fuerza misionera del cristianismo. En nuestras parroquias, sin embargo, por poner un ejemplo, voluntarios y sacerdotes viven uno al lado del otro, con gran generosidad, sin conocer la historia de fe de cada uno, excepto para descubrirla con asombro en el momento del cambio de párroco o de un funeral.
Los jóvenes nos están ayudando y necesitamos escuchar su voz: nos piden comunidades fraternas, donde el redescubrimiento de la Palabra de Dios – con grupos dedicados, pero también de maneras más entre semana – se convierta en el primer paso para una liturgia más participativa, una caridad más extendida y no delegada a unos pocos, un hogar que, como descubrimos durante la pandemia, Vive gestos de fe en la vida cotidiana.
El seminario-taller Una Iglesia que forma. Además de la catequesis, la práctica y los criterios para una posible formación en la parroquia, se llevará a cabo los martes, de 14.15 a 16.45 horas, a partir del 26 de septiembre de 2023 (primer semestre 26/9/2023 – 20/12/2023; segundo semestre 20/2/2024 – 29/5/2024).
Info tel. 049-664116, segreteria.secondociclo@fttr.it
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