El obispo de Bilbo, Mario Iceta, trata de marcar distancias con su
homólogo donostiarra respecto al papel que debe jugar la Iglesia vasca
en el nuevo tiempo político abierto en Euskal Herria, en un nuevo gesto
que deja al descubierto las diferencias que mantiene con José Ignacio
Munilla. El prelado bilbaino envió el martes una misiva a los miembros
del Consejo Presbiterial, órgano de representación de los curas
vizcainos, en la que desmintió que los tres obispos de la CAV estén
trabajando en la redacción de una carta pastoral, tal y como había
manifestado el lunes Munilla en una entrevista en el programa
``Boulevard'' de Radio Euskadi.
Agustín GOIKOETXEA
En la nota remitida a los consejeros del presbiterio, Iceta
Gabicagogeascoa les informa de que él y los titulares de las diócesis de
Donostia y Gasteiz, José Ignacio Munilla y Miguel Asurmendi, junto con
sus vicarios, mantuvieron una reunión el 27 de octubre en la capital
alavesa, en la que se apuntó la posibilidad de hacer pública una carta
conjunta sobre «el tema de la reconciliación. Y que a principio de la
Cuaresma próxima pueda existir algún gesto relacionado con la
pacificación».
Este gesto sería la jornada de oración por la paz y la reconciliación
que las tres diócesis continúan ultimando y de la que hablaron el
martes en Gasteiz. En cuanto a las declaraciones de Munilla de que
estarían redactando una carta pastoral sobre ETA, el obispo de Bilbo
aseguró a los integrantes del Consejo Presbiterial de que «no se ha dado
ningún paso más. Ni se ha llegado al acuerdo de que sea ese el tema,
aunque ciertamente -aclara- es uno de los temas fundamentales que en
este momento nos ocupan. Y por tanto, ni se está preparando».
Lo curioso es que la comunicación de Iceta se produjo poco después de
que los miembros de la curia vizcaina que componen el Consejo
terminasen una reunión el lunes en la que se solicitó recuperar la
Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación. Fue un encuentro de gran
calado, ya que el prelado bilbaino invitó al obispo emérito de Donostia,
Juan María Uriarte, y al profesor de Derecho Penal de la UPV-EHU y
exdirector de Derechos Humanos de Lakua, Jon Mirena Landa.
Fuentes de la Iglesia vizcaina apuntan a que Munilla supo de la
invitación y no le gustó, menos cuando se postula ante Roma como ante la
Conferencia Episcopal Española (CEE) como el «interprete» de la
realidad creada tras el cese de la actividad armada de ETA. Sus tesis
son aplaudidas por la caverna mediática española y los sectores más
ultraderechistas del partido de Mariano Rajoy.
No es el primer movimiento de Iceta alejado de las tesis de Munilla.
Ante la Conferencia Internacional de Aiete, el representante de la
Iglesia vasca fue Ángel Mari Unzueta, vicario dedicado bajo el
episcopado de Mario Iceta a pastoral y que ya ocupó la vicario general
con Ricardo Blázquez. Unzueta Zamalloa es considerado un «factotum» en
la diócesis y muy vinculado con Juan María Uriarte, con gran prestigio
dentro y fuera de la comunidad católica vizcaina. Este nuevo movimiento
invita a miembros de la Iglesia de Bizkaia a pensar que el prelado
gernikarra está en esta materia más cerca de la mayoría de los
presbiteros, laicos y religiosos que de las tesis neoconservadoras
españolas de José Ignacio Munilla.
Ante el Consejo del Presbiterio del lunes, Uriarte planteó que se
cultive la fiabilidad de la Iglesia «ante toda suerte de víctimas de la
confrontación», además de «distinguir, sin separarlas, las dos
vertientes de la reconcialiación», como apuntó el de Fruiz que son «la
resolución de los problemas que generan los conflictos y reconstrucción
de las relaciones grupales». Jon Mirena Landa incidió en el papel
transcendental que puede jugar la Iglesia.
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