La falta de una estrategia adecuada del presidente saliente para hacer frente a los cárteles ha dado lugar al mandato más violento de la historia reciente de México. El ganador de las elecciones del 2 de junio tendrá que encontrar soluciones a esta guerra interminable.
Fuente: es.la-croix.com
Por Diego Calmard, corresponsal en México
27/05/2024
El lunes 20 de mayo por la noche se encontraron diez cadáveres en distintos puntos del puerto de Acapulco, en el sur de México. A principios de mayo se llevaron a cabo una veintena de ejecuciones en el norteño estado de Zacatecas, que aterrorizaron a la población. El pasado mes de febrero, Chilpancingo, en el sur de México, se convirtió en una ciudad fantasma tras una serie de tiroteos callejeros que dejaron decenas de muertos. Y la escena era la misma en casi todo México: soldados patrullando con carteles de candidatos a las elecciones federales del 2 de junio de fondo. Y la misma pregunta en boca de todos: ¿será capaz el próximo mandatario, que saldrá elegido del duelo entre los dos principales candidatos, de poner freno a la violencia que asola el país?
"Abrazos no balazos". Este eslogan pacifista de Andrés Manuel Lopez Obrador (conocido como "Amlo") durante la campaña presidencial de 2018 enmascaró en gran medida la ausencia de un plan para combatir la inseguridad. Una vez electo, Amlo efectivamente dotó a la policía federal de armamento pesado, creando la Guardia nacional para garantizar la seguridad pública, mientras que los militares pasaron a la ofensiva contra el crimen organizado. Pero esta estrategia fracasó: el mandato de Amlo resultó ser el más sangriento de la historia moderna del país.
Controlar el comercio del "oro verde"
"Hubo una contradicción entre 'Abrazos no balazos' y el despliegue de la Guardia Nacional", señala Raúl Benítez Manaut, especialista en temas de seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México. "Los cárteles se han aprovechado de la actitud laxa del presidente, aprovechando el vacío de seguridad creado por la transición de la Policía Federal a la Guardia Nacional para ganar terreno". Los cárteles, antes centrados únicamente en el tráfico de drogas, se han diversificado en los últimos años para incluir el tráfico de petróleo y el control del comercio del aguacate, el "oro verde" del país. "El tráfico de migrantes también explotó tras la pandemia. También la extorsión, que ahora se extiende a pequeños negocios como las tiendas de comestibles". Esta diversificación complica la lucha contra el crimen organizado en un territorio montañoso 3,5 veces más grande que Francia.
En este tenso contexto, la seguridad se ha convertido en uno de los principales temas de las elecciones del 2 de junio, como quedó patente en el debate final entre los candidatos celebrado el domingo 19 de mayo por la noche. Xóchitl Gálvez (derecha) hace campaña bajo el lema "Por un México sin miedo". "No más abrazos", dijo en repetidas ocasiones. La candidata de la oposición quiere aumentar el número de jueces y ministerios públicos encargados del poder judicial, y duplicar el tamaño de la Guardia Nacional. Por detrás en las encuestas, con un 32% de intención de voto, también ha anunciado la construcción de una cárcel ultrasegura, como la del autoritario y polémico dirigente salvadoreño Nayib Bukele.
"Prácticamente imposible reducir la influencia de los cárteles"
Con 55% de intención de voto, Claudia Sheinbaum, la protegida del presidente saliente, dice que quiere seguir los pasos de su mentor consolidando la Guardia Nacional. Negando que quiera ir a la "guerra", también pretende implementar las ideas que, como alcaldesa de la Ciudad de México (2018-2023), le permitieron reducir el número de delitos al equipar a la policía con tecnología de punta y combatir decididamente la impunidad (96% de los delitos).
"Es casi imposible reducir la influencia de los cárteles", admite una fuente anónima próxima a la candidata. "Pero al menos podemos intentar pacificar el país". Las propuestas siguen siendo muy escasas", suspira el académico Benítez Manaut. "No cabe duda de que el crimen organizado seguirá creciendo".
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Uno de los Estados más criminales del mundo
En 2022, México se situó como el 4º país más criminal del mundo, con una tasa de 23 homicidios por cada 100 000 habitantes, frente a una media de 16,9 en el resto de América Latina.
170 000 personas han muerto desde 2018, cuando fue elegido el actual presidente, Andrés Manuel Lopez Obrador.
México es uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas. Desde el año 2000, casi 153 periodistas han sido asesinados. El país ocupa el puesto 143 de 180 países en cuanto a libertad de prensa, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).
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