Más medidas contra los curas partidarios del sacerdocio de la mujer:
M. E. Gandolfi
Il Regno 1135 (2012)734
Recientemente las autoridades eclesiásticas han adoptado una serie de medidas disciplinares referidas a los clérigos que se han posicionado en favor del sacerdocio femenino en la Iglesia católica.
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha reducido al estado laical el 4 de octubre a Roy Bourgeois de la Sociedad para las misiones extranjeras de los Estados Unidos de América, también conocida como padres y hermanos Maryknoll. “La decisión dispensa al sacerdote de los vínculos sagrados”: así reza el comunicado, publicado el 19 de noviembre, por la congregación a la que ha pertenecido el religioso estadounidense. Es sobradamente conocido su apoyo al sacerdocio femenino y su participación en agosto de 2008 en la “ordenación no válida de una mujer” (Janice Sevre-Duszynska), así como sus posicionamientos públicos entre los laicos y en medios no “católicos”, se afirma en el documento.
Y habida cuenta de que han sido inútiles los intentos encaminados a que el p. Bourgeois desistiera de su postura, ha “incurrido en excomunión, siendo reducido al estado laical y expulsado de la congregación”, finaliza el comunicado que, por otro lado, agradece al religioso “el servicio prestado como misionero” durante los 45 años que ha pertenecido a dicha congregación.
Las reacciones más reseñables a esta medida han sido tres.
La primera, las declaraciones realizadas el 28 de noviembre por la presidenta de las Monjas de la misericordia de las Américas. En ellas expresaba su “tristeza y contrariedad” y afirmaba que “el compromiso del p. Roy en favor del papel de las mujeres en la Iglesia sintoniza con el carisma de las Monjas de la misericordia” en su “búsqueda de una plenitud de vida e igualdad (de las mujeres) tanto en la Iglesia como en la sociedad”
Posteriormente, se ha posicionado el semanario estadounidense “National Catholic Reporter” mediante una editorial publicada el 3 de diciembre. Es un texto en el que, después de recordar las diferentes etapas por las que ha pasado la respuesta “de Roma a la petición de los fieles para que se ordenase a las mujeres” (en particular, la ya olvidada conclusión de la Pontificia Comisión Bíblica en 1976 y la “Ordinatio Sacerdotalis” de 1994), concluye: “entendemos que según el “sensus fidelium” la exclusión de las mujeres del sacerdocio no tiene sólidas bases bíblicas ni motivaciones racionales que lo impidan. Por tanto, las mujeres tienen que ser ordenadas”.
El pasado 7 de diciembre la “Association of catholic priests” irlandesa ha calificado de “injusta y contraproducente” la medida vaticana. Nacida hace dos años en plena crisis por los casos de pedofilia en la Iglesia para promover la realización de la “visión y enseñanza del concilio Vaticano II” y promover una “reestructuración de la forma de gobierno de la Iglesia”, sostiene que las medidas adoptadas contra el p. Bourgeois no “serán el punto final al debate sobre estos temas”.
También se han adoptado disposiciones contra el nonagenario jesuita, el p. Bill Brennan, de la diócesis de Milwaukee. El 29 de noviembre, el superior de su comunidad le comunicó que (por orden del arzobispo mons. Jerome Listecki) quedaba suspendido de ejercer su ministerio presbiteral en público; que no se le permitía hablar con los periodistas; que no podía manifestarse como jesuita y que se le prohibía alejarse de la diócesis sin el permiso de su superior. Brennan, misionero, en la actualidad jubilado, participó el 17 de noviembre en una celebración litúrgica con Janice Sevre-Duszynska, la mujer “ordenada” por Bourgeois.
El mismo día se difundió la noticia de que el sacerdote austríaco Helmut Schüller, el líder del “Pfarrer Initiative”, había sido despojado de su título de monseñor, a pesar de que no se le había facilitado comunicación oficial alguna sobre el porqué de esta disposición tomada por el Vaticano. En Viena, en efecto, el portavoz del cardenal Schönborn declaró que “ésta era una decisión tomada en Roma, que ellos no tenían nada que ver” y que el cardenal seguía “creyendo en la posibilidad del diálogo personal”. El título honorífico concedido a Schüller en 1991, cuando se le nombró presidente de Caritas Austria, fue el “capellán de su santidad”. A éste le siguen otros de más dignidad: “prelado honorario de su santidad” y “protonotario apostólico”.
La noticia se ha realizado exactamente a los cuatro días de que hubiera anunciado que en el año 2013 iban a organizar un encuentro internacional en Alemania para contactar y poner en relación a muchos grupos que, como el austríaco, están discutiendo temas tales como el celibato sacerdotal y la ordenación de las mujeres. Éstos “no son asuntos exclusivas de Europa”, ha declarado Schüller. El movimiento desea estrechar las relaciones con organizaciones del mismo estilo existentes en Alemania, Irlanda, Francia, Estados Unidos y Australia.
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