2.2. La insoportable levedad de la economía posmoderna[1]. ¿Fin (de una etapa) del capitalismo?
¿Estamos, tal como se ha anunciado, en los prolegómenos de una refundación del capitalismo?[2] Y, si es así, ¿qué hacer? Analicemos algunos síntomas (¿concluyentes?).
2.2.1. La burbuja financiera
Este aparado es más técnico que el anterior, pero imprescindible para entender lo que está sucediendo[3]. La economía mundial -sobre todo, la occidental- ha pasado de ser un trasatlántico de acero en un mar grandioso aún en sus turbulencias, a ser una leve balsa de goma inflable, precipitándose continuamente en un cañón lleno de riesgos y de contínuos sobresaltos en medio de la irresponsabilidad y hasta el jolgorio de algunos de los participantes: ¿volcará?
Los técnicos hablan de la burbuja financiera para referirse a la cantidad de dinero, tanto billetes y monedas, como, sobre todo, dinero bancario o parabancario -la denominada ‘banca en la sombra’- que circula de un sitio, país o continente a otro para financiar actividades productivas y/o especulativas.
Se presupone que la función básica de la cantidad del dinero es financiar actividades productivas o de servicios y que sólo los desajustes de éstas liberarán temporalmente recursos monetarios que posibiliten algunas actividades financieras de tendencia más o menos especulativa. Cuando las actividades financieras actúan sólo o principalmente a nivel especulativo son como una rueda sin eje de transmisión que se vuelve loca y que no mueve un ápice la economía productiva[4].
Imaginemos un globo aerostático en el que se ha de guardar una relación compensada entre el volumen del aire en el globo y el peso de la cestilla. Si hay poco aire en el globo, la cestilla no se eleva o cae, pero si el globo se hincha desproporcionadamente, el mínimo soplo de viento lleva a la cestilla a cualquier sitio qual piuma al vento y hasta la volcará. Pues esta es la situación de inestabilidad -de sobresaltos, más bien- de la economía actual. El aire del globo es la masa monetaria mundial y la cestilla la economía productiva[5]. “El incremento de los flujos financieros y su desconexión con el flujo de los intercambios reales -compraventa de productos o servicios- viene de lejos y se ha convertido en algo característico del capitalismo de nuestros días, predominante, sino exclusivamente especulativo”. En concreto, “el 94% de las transacciones financieras en la actualidad son especulativas”[6]. Es decir, se ha creado un ‘negocio’ no productivo consistente en intercambiarse ‘papeles’ para beneficiarse de diferencias de tipo de interés, de tipos de cambio y de comisiones.
Esta tendencia viene de lejos, pero se ha acelerado vertiginosamente a tenor de la avidez de ganancias de los especuladores. Entre 1980 y 2000 la actividad financiera creció 2,5 veces más rápido que el Producto Interior Bruto de los países industriales más ricos, divergencia que no ha hecho sino aumentar exponencialmente. Entre 1977 y 2010 el volumen diario de las operaciones de los mercados de cambio aumentó 3.300% más que el Producto Interior bruto mundial. Menos del 10% de las operaciones corresponde al comercio internacional de bienes y servicios, inversiones privadas directas y préstamos de largo plazo. La inmensa mayoría corresponde al carry trade[7] de movimientos especulativos de fondos que arbitran tipos de interés y cotizaciones de valores entre plazas que integran el sistema global”[8].
Los gobiernos y los bancos mundiales se ven absolutamente imponentes para contrarrestar este tsunami especulativo, puesto que el volumen total de reservas en divisas de los bancos centrales de los países industrializados no llega ni siquiera a la mitad del volumen negociado a diario en los mercados de divisas[9]. La estabilidad del mercado financiero mundial está por tanto en manos privadas -y éstas son predominantemente especulativas- en una proporción que no deja de crecer de forma exponencial.
No voy a seguir con cifras inimaginables por astronómicas, pero sí quiero destacar algunas consecuencias:
- En estas condiciones el sistema financiero neoliberal y, por tanto, el sistema capitalista actual es estructuralmente inviable.
- El especulador financiero y no el productor se ha convertido en el principal actor económico mundial: personas como George Soros o los directivos de los fondos de pensiones y de los bancos de inversión..., que son los líderes económicos mejor (astronómicamente) retribuidos y, por eso, los más admirados y motivo de emulación.
- La imposibilidad material de los gobiernos para controlar esta situación está propiciando el trasvase del poder de los políticos a los financieros (casos de Grecia e Italia y la sumisión servil de los líderes políticos a las directrices de las agencias de valoración, del FMI, del Banco Mundial, etc.).
- El especulador financiero actual es, cada vez más, la encarnación de la ambición humana llevada niveles de paranoia contagiosa.
- En este barullo, sólo el que presenta abultados resultados es capaz de mantener el liderazgo y las consecuentes altísimas retribuciones, objetivo máximo de los líderes económicos, cuya avidez se ha extendido como mancha de aceite a todos los niveles de la gran mayoría de las empresas (bonus o stock options ligados a resultados a corto plazo).
- Estas retribuciones tan exageradas y numerosas no pueden sostenerse con la actividad de la economía real, limitada en sí misma, y sólo puede mantenerse con crecimientos monetarios inflacionistas y/o especulativos, que se buscan por sí mismos.
- Es por eso que la tentación más potente del sistema económico es la de manipular los mercados financieros -los más manipulables de todos los mercados-, de lo que se derivan las grandes oscilaciones imprevistas, sin motivo aparente o banal. Un simple rumor, incluso infundado, puede recorrer a la velocidad de la luz –no es exageración- todos los mercados financieros del mundo provocando pérdidas y ganancias espectaculares.[10]
- En este maremagnum de ganancias y pérdidas monetarias exageradas, los mayores perjudicados son los pequeños y medianos ahorradores, aturdidos por la situación y sin capacidad ni de entender, di de influir, ni de reaccionar, aunque la ola expansiva de la inestabilidad se ha vuelto tan general e incontrolable que ha acabo afectando hasta a los grandes ahorradores.
- La situación se ha escapado de las manos y el mercado financiero se ha vuelto inestable, de forma creciente incontrolable y, hasta cierto punto, ininteligible. La prueba es el aturdimiento de los líderes de la Unión Europea a la hora de cuantificar y tomar medidas adecuadas para paliar le crisis, siempre insuficientes.
- y, sin embargo, el capitalismo revive de sus cenizas.
2.2.2. Crisis de endeudamiento...
Lo obvio en estos momentos es preguntar dónde se genera esta masa monetaria gigantesca e incontrolable. Sin entrar en muchos tecnicismos, podemos afirmar que el dinero bancario se crea y se multiplica a través del crédito que es la otra cara del endeudamiento, que, tanto a nivel público como privado, ha crecido descontroladamente en los últimos años[11], cuando las instituciones financieras porfiaban en la concesión de créditos malos y que explica la justificada obsesión actual de las autoridades políticas y monetarias por reducir la deuda y/o el déficit público y privado por todos los medios y a la mayor urgencia.
No voy a pararme a considerar si lo van a lograr, lo que sin duda es deseable. Lo que es discutible es el ritmo y la intensidad de estos recortes y el que sea casi exclusivo apelar a este recurso que está agostando la misma posibilidad de los famosos brotes verdes de la economía productiva, pero sí quiero hacer hincapié en otra dimensión del fuerte endeudamiento actual.
2.2.3. La crisis de confianza
La economía financiera, como hemos visto, no se apoya, de manera principal, en la economía real es decir en la producción de mayores bienes y servicios –incremendo de la demanda de bienes y servicios-, que fue la solución a que los gobiernos recurrieron en las crisis económicas del pasado siglo.
La economía financiera se apoya, predominantemente, en la confianza mutua entre deudores y acreedores. Pero la confianza no es un factor técnico, sino psicológico que se caracteriza por ser bastante imprevisible tanto en el cuándo se producirá, como en la intensidad del mismo (el llamado ‘pánico financiero’). Esto hace que la solución de la crisis actual, de matriz básicamente financiera, presente tantas dificultades y sea enormemente difícil prever cuándo se serenarán los ánimos de ahorradores e inversores, sobre todo, si los que diseñan las soluciones son principalmente tecnócratas y no líderes de probada honestidad ética, de cuyas declaraciones pocos se fían (nos fiamos)[12].
Además la confianza y su reverso el pánico componentes básicos en el funcionamiento de los mercados financieros son muy manipulables: un simple rumor, puede provocar movimientos gigantescos, como, se dice sucede con el simple aleteo de una mariposa en Londres que puede provocar en el caos en Hong Kong.
Estas características predominantemente sicológicas de los mercados financieros propician el juego avieso de los especuladores, malabaristas de los medios de comunicación y ganadores a río revuelto... lo que refuerza la convicción de que el mundo económico o aumenta el nivel de honestidad ética de sus partícipes o no será. Tarea de profetas se llama esa figura.
[1] VALENTE, J. A., Diario anónimo, Galaxia Gutemberg, 211, p. 255.: “Muchos de los conceptos que podrían determinar lo posmoderno, como la fluidez, el flujo o la inmaterialidad de la materia (les inmateriaux en el sentido de Lyotard) nos remitirían en lo científico a las leyes del campo electromagnético fijadas por Maxwell a fines del siglo pasado, a la relatividad de Einstein o al indeterminismo de Heiseberg”.
[2]Octubre de 2008: “La UE se prepara para un nuevo orden mundial”. Sarkozy: “Llegó la hora de refundar el capitalismo... Los esfuerzos internacionales deben desembocar en una reformare al y completa del sistema financiero basado en los principios de transparencia, solidez bancaria, responsabilidad, integridad y gobernabilidad mundial”.
[3] Nota del Consejo Pontificio Justicia y Paz: “Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional en la perspectiva de una autoridad pública con competencia universal”: “La burbuja especulativa sobre inmuebles y la reciente crisis financiera tienen el mismo origen: la excesiva cantidad de moneda y de instrumentos financieros a nivel global”.
[4] Quizá sea por eso que en el AT se condena de la usura por la usura y hasta de los tipos de interés, prohibición que, de alguna manera, sigue vigente en ciertas interpretaciones del Corán.
[5] SEBASTIAN, L., Mundo rico, mundo pobre, Sal Terrae, Santander, 1992, 9. 88: “En el capitalismo especulativo de este final de siglo, apenas se invierte en la creación de riqueza. A veces se llama inversión lo que es un mero cambio de propiedad de una riqueza ya existente”.
[6]Informe ATTAC, junio 2011. Dictamen Comité Económico y Social Europeo, 18 febrero 2010: El importe total del conjunto de transacciones financieras se ha incrementado, pasando de representar aproximadamente quince veces el valor del PIB mundial en 1990 a hacerlo 70 veces en 2007. Dado que no se han producido prácticamente variaciones en el valor de las operaciones al contado en relación con el PIB, esto implica que el incremento del 400 % en las transacciones financieras corresponde casi por completo a los derivados y, principalmente, a los relacionados con los tipos de interés. Durante el segundo semestre de 2008 se registró un descenso en el negocio de los derivados, aunque su volumen comenzó a incrementarse nuevamente en la primera mitad de 2009. Fundación Ideas, Informe para el G-20, Mayo 2010.
[7] La inversión en divisas supone comprar una divisa y simultáneamente vender otra, o lo que es lo mismo, financiarnos en una divisa e invertir ese dinero en otra. El inversor apuesta a que una de las divisas se va a apreciar (divisa de inversión) respecto a la otra (divisa de financiación). Algo similar sucede con las ‘ventas a corto’ al descubierto en la Bolsa., mecanismo usado por los operadores de Bolsa para apostar a la caída de los títulos de una compañía vendiendo acciones tomadas en préstamo para después comprarlas a un precio más bajo. Este juego especulativo se ha puesto de manifiesto recientemente en las Bolsas francesas y españolas. En lo más duro de las crisis los gobiernos europeos prohibieron estas operaciones. Cuando las volvieron a autorizar los valores bancarios se derrumbaron de un día para otro y perdieron hasta 6.000 millones de euros (¿a repartir entre los especuladores bajistas?). Aunque no se pueden aplicar todas estas pérdidas a la autorización de las ventas a corto plazo al descubierto, El País no dudó en titular; “La banca se desploma en Bolsa por el regreso de los bajistas”. Así mismo calificó esta actividad como “Un bumerán que da munición a los especuladores”. El País 16.02.12.
[8] FERRER, A., “La globalización financiera”, Buenos Aires Económico, 11.04.24
[9] Como muestra suele mencionarse el caso de inversor norteamericano de origen húngaro George Soros, cabeza de un importante grupo inversionista –léase, especulador- en los mercados internacionales. Se le conoce como el hombre que obligó a rendirse al Banco de Inglaterra, porque en septiembre de 1993 apostó 10,000 millones de dólares para forzar al Banco de Inglaterra a devaluar la libra. El Banco de Inglaterra no pudo contrarrestar la apuesta y Soros, ese día, ganó 1000 millones de dólares. Hoy los Soros se han multiplicado y sus recursos son mucho mayores.
[10]Público, 09.02.12: “En los mercados financieros funciona algo que se llama profecía autorrealizable. Basta con que la gente se lo crea y se genere un comportamiento de rebaño para que se convierta en realidad”. Greg Smith director ejecutivo y responsable de derivados para Europa, Oriente Medio y África, in The New York Times, 14.03.2012: Hace un repaso a alguna de las claves para ascender en Goldman Sachs. "Importa solo hacer dinero, no las ideas". Y es fundamental aplicar firmemente las consignas del banco, es decir, los argumentos de persuasión para colocar a los clientes acciones o productos de los que se quieren deshacer porque Goldman Sachs ya no les ve potencial, comenta. Y critica el abuso de productos opacos y complicados para los clientes”. La empresa lógicamente lo negó.
[11] Cuando digo que el dinero bancario se incrementa a través del crédito, en realidad estoy diciendo ‘a través del crédito del crédito’: A presta a B y B presta a C el dinero que debe a A, y C a D... y así sucesivamente en una cadena laberíntica de endeudamiento/crédito que crece exponencialmente a velocidad de vértigo. La deuda o el crédito final es la suma de la deuda de B, de C, de D, de... y sucesivamente, cuya única contrapartida ‘real’ es el dinero de A. Un auténtico castillo de naipes, propenso a caer al menor temblor/rumor.
[12] JUDT, T., o. c., p. 73: “La falta de confianza es claramente incompatible con el buen funcionamiento de una sociedad... Una vez que se desgasta es prácticamente imposible restablecerla”.
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