En los últimos meses, en el contexto de la Curia Romana se ha registrado una sensible proliferación de actividades académicas e intelectuales que tratan diversos asuntos femeninos.
Andrés Beltramo Álvarez
ciudad del vaticano
(De «Vat.Insr.»)
“Sufro, y les digo la verdad, al ver en la
Iglesia o en algunas instituciones eclesiales que el papel de la mujer queda
relegado a tareas de servidumbre y no de servicio”. Cuando Francisco pronunció
esa frase, en octubre de 2013, buscaba sensibilizar. Quería impulsar un nuevo
debate sobre el rol femenino a nivel eclesiástico, y lo logró. Tanto que, en
los últimos meses, se ha verificado una significativa “multiplicación” de las
conferencias académicas sobre la mujer en las instituciones ligadas al
Vaticano.
Cinco encuentros, todos de talla
internacional, en apenas tres meses. Un récord, gracias al impulso de Jorge
Mario Bergoglio. Aunque, es verdad, la evidencia tangible de una cierta falta
de coordinación en la Curia Romana, donde todavía prevalecen la duplicidad de
actividades.
Este jueves se presentó, en la Sala de Prensa
de la Santa Sede, la conferencia internacional “Mujeres hacia la agenda del
desarrollo post-2015: ¿Qué desafíos parte de los Objetivos del Milenio”,
prevista en Roma del 22 al 24 de mayo bajo la convocatoria del Pontificio
Consejo Justicia y Paz junto a la Alianza Mundial de Mujeres por la Familia y
la Vida y la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas.
Esta fue precedida por otros encuentros
similares. Del 4 al 7 de febrero pasados el Pontificio Consejo de la Cultura
dedicó su asamblea plenaria al tema “Las culturas femeninas: Igualdad y
diferencia”. El 14 de abril tuvo lugar la conferencia “Liderazgo de las mujeres
en la resolución de conflictos: la fe Perspectivas” que organizó la embajada de
Estados Unidos ante la Santa Sede, la Fundación Russell Berrie, y el Centro
Juan Pablo II para el Diálogo Interreligioso.
Apenas 14 días después, el martes 28, la
embajada de Chile ante la Santa Sede patrocinó el seminario “Mujeres en la
Iglesia: perspectivas en el diálogo” que fue inaugurada por la rectora de la
Pontificia Universidad Antonianum de Roma, sor Mary Melone y contó con la
presencia del presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el cardenal
Gianfranco Ravasi.
A finales de este mes de mayo, del 29 al 31,
se llevará a cabo otro seminario internacional. Lleva por título “La Iglesia
ante la condición de la mujer hoy” y es organizado por el suplemento mensual
“Mujeres, Iglesia, Mundo” del diario vaticano “L’Osservatore Romano”. Durante las
sesiones de trabajo, en la Casina Pío IV –sede de la Pontificia Academia para
las Ciencias-, se analizarán fenómenos como la violencia, la familia y la
identidad femenina.
Sobre esta “multiplicación” de iniciativas, el
presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, cardenal Peter Turkson,
advirtió que la diversidad depende también de la premisa y del punto de partida
de cada una de estas conferencias.
“Cuando la embajada estadounidense quiso
organizar su conferencia quiso centrarse en la presencia de las mujeres en las
zonas de conflicto y guerra, la experiencia que tienen ahí. Esto es distinto al
papel de las mujeres en el desarrollo sostenible. Si en una conferencia se
podrían meter todos estos peces en la misma sopa, no se que tipo de mezcla
tendríamos. Los énfasis son distintos, y se hacen eventos distintos para poner
el acento en estos diversas visiones. No es que justifico este procedimiento,
pero creo que la libertad que existe en la Curia Romana de organizar estas
actividades distintas depende de los objetivos específicos en este caso”,
explicó.
Por su parte Olimpia Tarzia, presidente de la
Alianza Mundial de Mujeres por la Familia y la Vida, sostuvo que el hecho de
recordar el número de encuentros dedicados al mundo femenino demuestra que “son
pocas” o que “todas las otras no fueron realizadas por las mujeres”.
Y abundo: “Creo, en cambio, que se trata de
algo bello, se necesita una multiplicación porque existen sensibilidades
distintas. Abordamos y consideramos aspectos diversos y en esta riqueza
apuntamos a llegar a lo que nos une una visión de la historia, de la historia,
de la sociedad, de la familia y de la vida que es la misma. Pero, cada uno
llevando su nota en esta armonía”.
Por su parte Maria Giovanna Ruggieri,
presidente de la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas, consideró
como “muy bueno” que se tomen en cuenta todos los enfoques.
“Es necesario reforzar y dar una contribución
a la teología de la mujer, que se quedó estancada a muchos años atrás. Es muy
bueno que existan muchas ocasiones, porque cada una puede aportar su
contribución y se espera que, con el pasar del tiempo, se convierta en un dato
efectivo que existan mujeres con capacidad para dar su aportación a una
teología que se centra en su mundo femenino”, estableció.
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