En Euskadi se percibe un cierto hastío por la continuada hegemonía del PNV
Fuente: El Correo
Por Javier Elzo
31/05/2023
Es difícil definir en una sola frase los resultados de las elecciones del domingo. Hay algunas tendencias mayores. Apuntaría una, de entrada. En general han perdido los partidos que estaban gobernando. En Euskadi el PNV ha perdido más de 86.000 votos, pese a lo cual ha sido la formación más votada en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Ha bajado respecto a hace cuatro años y, sobre todo, sobre las expectativas que le daban las encuestas y el 'humus' social y sociológico que se registraba en determinados ámbitos.
Por su parte, es evidente que el gran vencedor ha sido EH Bildu, que ha sumado cerca de 17.000 papeletas más que en los últimos comicios municipales y forales, bien por debajo de los que se han dejado los peneuvistas.
Luego no hay vasos comunicantes entre los nacionalistas vascos. EH Bildu ya gobernaba en muchas localidades menores, el domingo ganó en las Juntas Generales de Gipuzkoa y disputa la Alcaldía de Vitoria, lo que no es poco. Tiene un suelo bastante firme, formando un colectivo homogéneo, compacto, politizado y, además, entre sus votantes hay mucha juventud. Es el partido con la mayor proporción de jóvenes de Euskadi. En su contra tiene el recuerdo de su apoyo a ETA en la población adulta vasca.
Recordemos que el PSE ha perdido 23.000 votos, Elkarrekin Podemos 33.000 y que ha ganado algo más de 6.000 el PP. Vox, con cerca de 17.000, ha doblado su presencia en la CAV. Segunda conclusión mayor: pierden en el País Vasco los partidos de izquierda de ámbito estatal y ganan las derechas (PP y Vox). Estos últimos resultados son el reflejo de los habidos en España.
En efecto, en el Estado, en España, se ha producido lo que algunos etiquetan como descalabro del PSOE. El PP recupera al menos seis de las diez autonomías de los socialistas, aunque necesitará a Vox para gobernar en Comunidad Valenciana, Cantabria, Baleares, Extremadura y Aragón. Mantienen el poder para el PSOE Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra, aunque en esta última a expensas de acuerdos por definir.
Es llamativo, por su peso simbólico, que el PP gane por mayoría absoluta en Madrid tanto en la capital como en la comunidad autónoma, lo que es una de las excepciones notables de mi primera afirmación de que en general pierden los que están gobernando. Sin embargo, en el Estado el batacazo del PSOE es muy claro e incluso pierde votos en algunos de sus antiguos feudos, como Andalucía, donde dice adiós a la Alcaldía de Sevilla. En Barcelona es llamativo el triunfo de Xavier Trías, un continuador del pujolismo y que ya fue alcalde, lo que indica que Ada Colau sería previsiblemente desalojada, aunque buscará un gobierno de izquierdas.
En Euskadi, la participación (60%) descendió netamente respecto de las elecciones de hace cuatro años (66%), al igual que en España, pero en un porcentaje muy superior. En España en 2019 fue del 65%, bajó poco más de un punto.
Las explicaciones de estos datos no las veo similares en Euskadi y en España. En España aprecio como elemento central una especie de voto de castigo a Pedro Sánchez, lo que es evidente en Madrid y también Andalucía, aquí también por la buena gestión de Juanma Moreno Bonilla. Es posible que, en muchos de sus feudos, los 'barones' no se hubieran involucrado de manera suficiente. Por despecho hacia Sánchez.
En la CAV percibo una sensación de 'déjà vu', de más de lo mismo, de cierto hastío por la continuada hegemonía del PNV, que solamente perdió la Lehendakaritza cuando los jueces impidieron que se pudiera votar a EH Bildu.
Pero hay más. La lectura que muchos ciudadanos hacen de EH Bildu se ha modificado a su favor. Veo, entre otras, estas razones. ETA queda ya lejos y la actitud de Batasuna (en sus diferentes denominaciones) ya no es la que fue. Los lideres de EH Bildu se han moderado mucho. Los que hemos visto su nacimiento y conocido su trayectoria hasta el final de ETA no podemos dejar de verlo, pero escapa a los más jóvenes.
Además, un detalle no tan menor como cabría pensar: EH Bildu presentó en sus listas a antiguos miembros de ETA, claro que con las penas cumplidas. A los que tenían delitos de sangre, los responsables de EH Bildu les pidieron que, en caso de ser elegidos, renunciaran. Y esto no ha sido noticia en la CAV, con la excepción del discurso del PP. Pero sí en las elecciones en España. En Euskadi se ha entendido que, una vez cumplida su pena, eran ciudadanos con todos sus derechos. Y esto también ha jugado a favor de EH Bildu.
¿Pudo darse un voto de protesta contra el PNV el 28-M?
No lo descarto, aunque no creo que sea la razón principal de su pérdida de votantes. A diferencia de lo sucedido en España, donde sí veo un voto de protesta contra Sánchez, por lo que ha convocado elecciones generales el 23 de julio. En Euskadi hay una calma chicha y se da por hecho que gobernará el PNV. Ofrece seguridad en una sociedad más de centro-derecha que de centro-izquierda. Pero hay datos que cuestionan a medio plazo esta hegemonía, aunque, en una comunidad acomodada como la vasca, las elecciones se ganan en el centro. Y ahí veo más centrado al PNV que a EH Bildu.
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