La HOAC, movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos, llama la atención sobre la “dramática y terrible realidad” de los accidentes laborales; reclama, junto con el papa Francisco, ¡No más muertes en el trabajo!; y agradece la nota En defensa de la vida y el trabajo digno, de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.
Fuente: Noticias Obreras
En vísperas de la Jornada de la Jornada Mundial por la Salud y la Seguridad en el Trabajo, que se conmemora el 28 de abril, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) denuncia “sin medias tintas” que las muertes, los accidentes y las enfermedades de origen laboral son “un escándalo intolerable”.
Dos muertos al día en el trabajo
La plaga de siniestralidad laboral es dramática. Dos millones de personas mueren cada año en el mundo por accidentes y enfermedad de origen laboral; millones de trabajadores y trabajadoras sufren lesiones graves o enfermedades que dañan profundamente su vida y la de sus familias.
En España esta realidad es también muy preocupante. 705 trabajadores y trabajadoras mueren por accidentes laborales, es decir, dos al día; un millón de accidentes laborales, de los cuales 4.572 de ellos han sido graves. “No son cifras, son personas y familias a las que las malas condiciones de trabajo han destrozado la vida, les han robado la vida. Muchas más se ven afectadas por enfermedades laborales que también condicionan toda su vida”, aseveran desde la HOAC.
“Sin medias tintas hay que decir que esto es un escándalo intolerable, que no se trata de una fatalidad, de algo inevitable. La inmensa mayoría de esos accidentes y enfermedades, de esas muertes, son perfectamente evitables”, expresan en su comunicado.
Gran parte de este drama es consecuencia de las precarias condiciones de trabajo, los insoportables ritmos de trabajo, las largas jornadas de trabajo, la falta de medidas de prevención adecuadas o las carencias de formación en seguridad…. Un coctel letal. Pero la causa fundamental es, en opinión de este movimiento de la Iglesia, “el sometimiento del trabajo a la lógica de la rentabilidad, a la obtención de los mayores beneficios posibles a costa de las personas trabajadoras, incluso a costa de su salud, de su vida”.
Enorme indiferencia social
A esta situación de muerte y de dolor en el mundo del trabajo y en miles de familias trabajadoras –que viene de lejos–, se añade que se ha “normalizado y vivimos con una enorme indiferencia social”, advierten. En este sentido, la HOAC considera que la sociedad “tenemos una gran responsabilidad”.
Por una lado, destacan “la labor que realizan los sindicatos y diversas organizaciones de familiares de víctimas de accidentes y enfermedades laborales”, en la denuncia y en el acompañamiento, “que merece todo el reconocimiento y apoyo social”. Por otra parte, reclaman a Gobierno, empresarios y sindicatos que aborden “decididamente este grave problema social”, mediante el diálogo social.
Además, agradecen a la Conferencia Episcopal Española que, a través de su Pastoral del Trabajo, haya publicado recientemente la nota En defensa de la vida y el trabajo digno, de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española. Un texto firmado por el obispo Abilio Martínez y Antonio J Aranda, responsables de esta pastoral, que en sintonía con el papa Francisco, exhortan ¡no más muertes en el trabajo! y “reclama mayores esfuerzos” para acabar con los accidentes laborales.
El gran tema es cuidar a las personas trabajadoras
En la defensa de la vida en el trabajo, el gran tema es cuidar a las personas trabajadoras y, para ello, las condiciones laborales deben ser dignas y las medidas de prevención en los lugares de trabajo, “una exigencia ética ineludible y una prioridad absoluta, por encima de cualquier rentabilidad”.
“En ello tienen una grave responsabilidad las empresas –primeras responsables de la seguridad y salud en el trabajo– y los gobiernos –responsables de regular condiciones dignas de trabajo y de que se cumpla estrictamente la legislación en salud y seguridad laboral–. Algunos avances se han dado en ese sentido, pero aún nos queda mucho camino por recorrer”, concluyen.
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