El obispo de San Rafael impuso la medida como prevención en la pandemia, lo que desencadenó un conflicto con un sector del clero de su diócesis; el año pasado cerró el seminario local
Fuente: La Nación
Por: Mariano De Vedia
05/02/2022
En una decisión que busca poner fin a un prolongado conflicto en la diócesis de San Rafael, cuyo punto de fricción más alto había sido el cierre del seminario local, en el sur de la provincia de Mendoza, el papa Francisco aceptó la renuncia del obispo Eduardo María Taussig. El elemento desencadenante del enfrentamiento interno fue la resistencia de sacerdotes y seminaristas a las restricciones impuestas por el obispo para impartir la comunión en los momentos más graves de la pandemia.
Taussig, de 67 años, asumió en San Rafael en 2004 y en los últimos dos años tuvo fuertes desencuentros con sacerdotes de su diócesis, que no aceptaban la decisión de dar la comunión a los fieles únicamente en la mano y evitar administrarla en la boca. La medida, dispuesta por Taussig en el primer semestre de 2020, se fundaba en la necesidad de evitar contagios y criterios similares se adoptaron en otras diócesis, donde las medidas de prevención sanitaria no registraron rechazos en la Iglesia.
La principal resistencia en San Rafael se concentró en el Seminario Santa María Madre de Dios, que albergaba en ese momento a unos 30 seminaristas. Muchos de ellos, al igual que buena parte de los profesores, se negaron a cumplir la directiva del obispo, por entender que los estudiantes del seminario se movían en una burbuja.
“Las dos formas de administrar la comunión –en la mano y en la boca- son legítimas y coexisten en la Iglesia. Es un derecho de los fieles solicitar una u otra modalidad. Pero, como tantos otros derechos, la posibilidad de comulgar en la boca se vio restringida en la cuarentena”, dijo a LA NACION un sacerdote de la diócesis mendocina.
El conflicto en la Iglesia de San Rafael derivó, incluso, en incidentes insólitos. En diciembre pasado, un sacerdote intentó golpear a monseñor Taussig en una reunión y, en una visita a una parroquia, el obispo se encontró con que los neumáticos de su auto habían sido pinchados”.
El cierre del seminario
“El cierre del seminario fue la medida más grave y dolorosa”, explicaron cerca del obispo Taussig. Indicaron, en ese sentido, que la decisión no fue tomada en soledad, sino que fue el resultado de consultas realizadas al propio Francisco y a la Congregación para el Clero, el organismo del Vaticano dedicado a la supervisión de los asuntos relativos a los sacerdotes.
“El conflicto tuvo cada vez más tensiones. Fue un problema serio en la formación de los sacerdotes y se puso en entredicho un valor fundamental para la Iglesia, como la obediencia al obispo”, reflexionó la fuente episcopal. También hubo deserciones en la treintena de vocaciones sacerdotales de la diócesis.
El mes pasado, concretado ya el cierre del seminario, monseñor Taussig anunció el envío de 13 seminaristas a otras diócesis. Se formarán en los seminarios de Buenos Aires, Mendoza, San Juan y Río Cuarto, aunque seguirán perteneciendo a la diócesis de San Rafael.
Encuentro con Francisco
Fuentes cercanas a la Iglesia local revelaron que Taussig viajó hace unos meses a Roma y mantuvo una larga reunión con Francisco, quien le habría pedido que continuara al frente de la diócesis. “El Santo Padre lo conoce muy bien. El propio cardenal Jorge Bergoglio lo ordenó obispo en la Basílica de Luján, cuando fue designado por Juan Pablo II”, recordó la fuente.
En diciembre pasado, el obispo advirtió que era imposible el diálogo con el sector rebelde y presentó su renuncia por escrito.
Con la aceptación de la renuncia, Francisco decidió que asuma interinamente en San Rafael como administrador apostólico el obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, el religioso Carlos María Domínguez, perteneciente a la Orden de los Agustinos Recoletos. Llegará el miércoles a la sede mendocina.
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