Diego Gambetta (Diego
Gambetta, “¡Claro!: An essay on Discursive Machismo”) analiza el
“machismo discursivo” en su ensayo sobre lo que llama la cultura del “¡claro¡”,
tan extendido en el sur de Europa y en Latinoamérica. El punto de partida de la
cultura del “¡claro!" es la expresión de una opinión tajante y
contundente, rotunda, que no deje resquicio a la duda.
Diego Gambetta distingue
dos tipos de cultura intelectual, la analítica y la holística. La analítica se
basa en ir construyendo un argumento mediante pequeños elementos, algunos de
los cuales derivan directamente de los hechos, de la realidad, mientras que
otros se van superponiendo según las reglas de la inferencia lógica... Por el
contrario, en la cultura holística se supone que el conocimiento constituye un
bloque compacto, sin fallas, de manera que quien interviene en la esfera
pública tiene opiniones fuertes sobre todo, sea cual sea el objeto del debate...
En la cultura holística,
el debate se entiende en términos agónicos, como si fuera un pugilato. Lo que
se busca es destrozar al contrario, arrinconarlo y arrearle hasta dejarlo KO.
Por eso el principio supremo establece que no se debe retroceder nunca, pues
revelaría debilidad, flojera, falta de convicción. No hay margen para la
revisión o la rectificación...
El tipo de cultura genera
también diferencias interesantes en la personalidad del intelectual. En
general, la cultura holística fomenta la aparición del intelectual prepotente,
que mira con desdén a quien no es conocido o no tiene vínculos con él y con sus
pares...
Se trata del intelectual
que estila el lamento permanente... y que, por mucha atención y reconocimiento
que reciba, sigue considerando que no se le hace caso suficiente. La realidad
le provoca mal humor y siempre aparece enrabietado y cascarrabias...
En la cultura analítica,
todo funciona de manera muy distinta. Sobre todo, es más pluralista: hay más
voces, más contribuciones puntuales a cargo de personas que en algún asunto
tienen algo específico que ofrecer.
Extractado de:
Ignacio Sánchez-Cuenca. La desfachatez intelectual. Ed. Catarata 2016,por Javier Oñate.
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