(De «DEIA», 27/06/2016)
Un
documental recogerá la vida de Bittor Garaigordobil
El
abadiñarra, hoy en Urkiola, fue obispo en Ecuador en 1964
El
estreno será el 17 octubre, día de su 101 cumpleaños
ABADIÑO
La
ocasión bien lo merecía. El pasado 17 de octubre, cientos de personas
abarrotaron el santuario de Urkiola para homenajear al obispo misionero Bittor
Garaigordobil, en el mismo día que cumplía 100 años. La emotiva jornada también
sirvió para presentar el libro dedicado a él y editado por Misiones Diocesanas
Vascas: Bittor Garaigordobil, cien años
de solidaridad y libertad. Ahora, su vida también quedará recogida en un
documental que se está terminando de grabar y se estrenará el próximo mes de
octubre.
“Tuve
la suerte de trabajar con él de misionero en Ecuador muchos años y una parte de
la grabación ha tenido lugar allí, en los enclaves en los que ha estado
presente Misiones Diocesanas y Bittor, a lo largo de su vida”, explicó el
presbítero y exmisionero alavés, Juan Ramón Etxebarria, que acompañó al equipo
de grabación hasta tierras ecuatorianas durante diez días.
Dirigido
y guionizado por la bilbaina Lorea Pérez de Albeniz, el trabajo audiovisual
pretende dar continuidad al libro que se publicó el pasado mes de octubre, con
motivo del centenario de quien fuera primer obispo de Los Ríos. Y es que,
Bittor pasó 34 años de misionero en Ecuador dejando una gran huella entre los
más necesitados. La docena de entrevistas y grabaciones en Ecuador se llevaron
a cabo en el mes de mayo en las provincias de Los Ríos (Babahoyo, Ricaurte,
Vinces y Palenque) Cuenca y Quito. “La gente ha colaborado mucho en las
entrevistas y a cada sitio que íbamos, se nos acercaba toda la comunidad para
contar sus experiencias e invitarnos a comer. Me ha resultado muy hermoso
escuchar los testimonios de la gente y lo profundo que sembraron aquella semilla
los misioneros vascos”, apuntó emocionado Etxebarria.
Las
entrevistas se están realizando a personas que aportan información y opinan
sobre Bittor, Misiones Diocesanas y su proceder, la idiosincrasia ecuatoriana,
etc. Se han grabado, en su mayoría, en espacios abiertos, con el objetivo de
que aparte de transmitir un mensaje, mostraran los lugares relevantes en la
historia de misiones diocesanas.
“El
tono general será de un documental sencillo, en el que participarán personas
humildes con grandes historias que contar, con imágenes que reflejen el día a
día de los protagonistas y la grandeza de los espacios naturales de Euskal
Herria y Ecuador”, explicaron los responsables del documental.
Con un
presupuesto de 53.000 euros y “material para hacer un trabajo de muchas horas”,
el documental tendrá una duración de sesenta minutos y contará con la
coproducción de ETB. Antes de marchar a Ecuador se realizaron diferentes
entrevistas a misioneros por toda Euskadi y todavía quedan pendientes algunas
grabaciones. “Personalmente, cuanto más investigo en su vida, en su filosofía y
en su estilo de vida, más claro veo que lo hizo porque consideró que era la
mejor opción para ayudar a los desposeídos, los perdedores, los parias de la
tierra. Creo que fue una persona valiente e inteligente, que no tuvo miedo de
enfrentarse al sistema establecido para hacer valer sus principios, y que sus
valores y su forma de proceder son un ejemplo a seguir por las generaciones del
siglo XXI, más aún si cabe, en una época convulsa en la que la solidaridad con
los desposeídos es más necesaria que nunca”, explicó la directora y guionista
Lorea Pérez de Albeniz.
Inmersos
en tareas de montaje y selección del material más interesante, la intención es
estrenar el trabajo audiovisual el próximo mes de octubre. “Sería estupendo
presentar el documental el 17 de octubre, coincidiendo con el 101 cumpleaños de
Bittor”, puntualizó el exmisionero alavés.
CENTENARIO
Bittor
Garaigordobil nació en Amaitermin (Abadiño), el 17 de octubre de 1915. Durante
la guerra civil estuvo de camillero en varios lugares como Santander, Oviedo,
Teruel, Lérida y Cuenca. En cuanto terminó la guerra y volvió a casa, ingresó
en el seminario de Vitoria. Una vez ordenado cura en 1943, le trasladaron a la
parroquia de San Pedro de Deusto. Estuvo allí durante dos años y
posteriormente, tras ejercer de formador en el Seminario de Vitoria, se marchó
a Ecuador como misionero.
Fue en
octubre de 1948 cuando llegaron a Ecuador ocho hombres, que inauguraron la que
sería la primera Misión Diocesana vasca: la Misión de Los Ríos. Aunque en la
Euskadi de la postguerra había muchas carencias, el choque fue brutal para
ellos al constatar la realidad de los habitantes de aquellas tierras, que
vivían en una situación marcada por la miseria y la injusticia.
Los
ocho misioneros enfermaron de paludismo, y al borde del caos, pero convencidos
de que era imprescindible luchar por la defensa de los derechos humanos de
aquellas personas, solicitaron apoyo. Desde entonces, decenas de hombres y
mujeres vascos han contribuido al desarrollo sostenible de la comunidad de Los
Ríos y al empoderamiento de las clases más desfavorecidas de Ecuador.
Bittor
permaneció en tierra de misión durante 34 años y formó parte de los primeros
ocho misioneros que salieron en octubre de 1948 desde Euskadi, a Ecuador. Este
fue el origen de las primeras Misiones Diocesanas. Su opción preferencial por
los pobres marcó su tarea en aquel país. “Ha destacado siempre por su carácter
humilde y es por esto, que aceptó su nombramiento como obispo, siempre y cuando
lo fuera como miembro del grupo misionero vasco”, explicaron desde misiones
diocesanas vascas.
Bittor
Garaigordobil fue nombrado obispo de Los Ríos en 1964. Trabajador incansable,
participó e impulsó con un estilo muy personal este proceso. El equipo vasco
que lideró, fomentó el trabajo en equipo, las comunidades de base, y la
creación de cooperativas, escuelas y dispensarios; y siendo como eran personas
que habían conocido de primera mano la represión de su propia cultura, hicieron
un especial esfuerzo en recuperar y promover la cultura Montubia y la dignidad
de aquellas gentes. Fue una labor enorme y enriquecedora, que Bittor trasladó
al Concilio Vaticano II, presentándose ante el Papa Juan XXIII con la txapela
en la cabeza, satisfecho de su trabajo, y orgulloso de su origen vasco.
VUELTA
A CASA Al llegar de Ecuador (1982), el obispo de Bilbao designó a Bittor como
parte del equipo de Urkiola y fue entonces, cuando comenzó a colaborar en
Abadiño con el lekeitiarra Joseba Legarza como párroco. Desde ese momento, el
Parque Natural de Urkiola se convirtió en su nueva pasión. Entre sus funciones
se encontraban las de ser sacristán, compañero y meteorólogo del puerto de
montaña.
Durante
muchos años medía el viento, la cantidad de lluvia o nieve que caía y la
temperatura del entorno. Luego los enviaba a los centros meteorológicos.
“Bittor nunca ha dejado de ser aldeano y se ha encargado de las tareas de casa
como recoger la leña y el agua durante muchos años.
Él
disfrutaba con todas estas labores, sobre todo recogiendo setas y con la
meteorología”, recordó con cariño Juan Ramón Etxebarria, quien le definió como
“un hombre muy sencillo, gran psicólogo, inteligente, cercano a la gente y de
obispo, nunca dio una orden”.
Actualmente,
a sus 100 años, Bittor mantiene una vida muy tranquila en compañía de Joseba,
Josu y Antonio, los tres sacerdotes que conviven con él en el Abadetxe. Todavía
sigue disfrutando con las partidas de mus. “Hemos grabado escenas para el
documental porque todavía juega todas las semanas con sus sobrinos cuando van a
visitarle”, zanjó Etxebarria.
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