jueves, 2 de mayo de 2013

Huelga en la Catedral: Cuarta y última entrega

Cuarta y última entrega


El bloguero del Txoko de Curas de Bizkaia se frotaba las manos de satisfacción. Allí había noticia.  Un bombazo. Lo que el txoko en años de asambleas, comisiones, permanentes, comunicados y cartas no había conseguido, aquel puñado de diáconos lo había puesto en marcha, una huelga, y nada menos que en el mismo símbolo del poder de la diócesis, en su Catedral. ¡Ole sus…! Se veía que eran hombres de acción. Pena que el motivo no fuera tan evangélico, pero huelga es huelga.
Preparó la entrada para el blog… y la primera en la frente. La comisión del blog no veía con buenos ojos la nota. Hilaban fino. Había que eliminar nombres propios para no herir a nadie. Había que contrastar la noticia en otras fuentes. No era el momento oportuno. Eso los miembros de la comisión que le contestaron, otros no respondían nada. Aquella lentitud en la reacción le ponía de los nervios.
Una de las sugerencias consistía en enriquecer la nota con una reflexión teológico-bíblica sobre el diaconado y otra aproximación sociológica sobre la nueva realidad de la Iglesia de Bilbao.
El bloguero no se desanimó y pidió su aporte al presbítero sociólogo profesor Barcía (sic). Le encantó el enfoque contextualizado de la huelga. Un copia y pega quedaba cultísimo.

“Los últimos años de la Iglesia diocesana –explicaba el profesor Barcía (sic)- se pueden comparar con tres flotas de navíos lideradas por tres naves capitanas, además de decenas de barcos independientes, sin bandera alguna. Monseñor Iceta marcaba el paso de la primera flota, los oficialistas; el vicario, no tan querido por su obispo como el vicario querido, guiaba la flota de los posibilistas; la tercera la formaba el pabellón del Txoko de Curas, para algunos bajo bandera pirata.
No podemos olvidar que la mayoría de los navíos diocesanos mantienen su independencia, manteniendo su personalidad, en algunos temas más cercanos al obispo, en otros al vicario, pocas veces al Txoko.
La realidad descrita rompe con la tradición debido a movimientos novedosos dentro de la primera flota: diáconos versus presbíteros, presbíteros jóvenes versus “legión extranjera” (nombre oficioso para denominar el desembarco en la diócesis de un conjunto de aguerridos curas neoconsformados lejos de Bilbao, ajenos a la historia y estilo de la misma). El capitán, con la mirada en Roma, parece no controlar a su gente. Y lo más grave –añade el profesor Barcía en su texto- las tres flotas parecen navegar con rumbos diversos, por no decir a la deriva. Antiguas cartas de navegación, como la Asamblea Diocesana o la Carta pastoral Una Iglesia al servicio del Evangelio, no han sido sustituidas por un GPS  fiable que de coherencia a toda la diócesis.
El paradigma ha cambiado. Hemos pasado de la fisura  a la fractura, la cual en términos teológicas se denomina cisma.
La Huelga en la Catedral es un episodio más, pero ocultos ha habido ya más desencuentros y los habrá.
No me extraña que líderes hasta hace bien poco de la primera flota, acérrimos defensores de su Capitán, escriban ahora cosas similares a esta:

El texto hablaba de un futuro de convivencia difícil entre familias espirituales diversas de presbíteros. Ya somos conscientes de esta dificultad, que en muchos casos lleva a una clara falta de comunión. Parece que hay que posicionarse con los curas del “foro” o con los curas más conservadores para poder vivir la identidad presbiteral. Somos varios los que reivindicamos el respeto al pluralismo y que no nos dejamos llevar ni por unos ni por otros”.

            El bloguero del Txoko de Curas de Bizkaia se creía ya cargado de razones para colgar su comentario, y entonces… la segunda en el pecho. El tema era tan peliagudo que la Comisión del blog pasaba la decisión última a la Comisión Permanente. Cinco hombres sabios estudiarían la segunda versión de la entrada y la conveniencia de su posible publicación. El bloguero se tiraba de los pocos pelos que le quedaban, el post perdía actualidad, tanta comisión le ponía de los nervios.
         No queriendo perder tiempo y suponiendo que utilizar la intranet era condenar el artículo al final de los tiempos, echó mano del teléfono: “Te envío una nota para el blog. ¿La publicamos?” Dos miembros dieron su conformidad, aportando un par de acentos y alguna matización menor, pero “adelante” decían. Otros dos eran radicalmente contrarios a su publicación. La huelga era un tema pasado, un tema menor, quita seriedad y peso al blog del Txoko, afirmaban.
         En conclusión, el quinto miembro de la permanente tenía la decisión en su mano. No fue fácil localizar al sujeto.
-“Te parece bien publicar en el blog la nota sobre la Huelga en la Catedral“ –le preguntó el bloguero.
-¿Catedral? ¿Qué catedral?” –se sorprendió el quinto miembro de la permanente del Txoko-.  “En la Catedral de San Mamés” –preguntó preocupado.
-“No. En la de Santiago” -le explicó el bloguero con suma paciencia.
-“¡Ah! –respiró aliviado el quinto hombre.
El bloguero, desesperado, pulsó la tecla “esc” y borró todo el artículo.
Lo publicado en estas cuatro entregas no es más que el resto recuperado de su disco duro.

           
Juan San Sebastián


NOTA: Resulta útil (e inútil al mismo tiempo) repetir que lugares y nombres son resultado de la invención. Y a quien pudiera quejarse de alguna coincidencia, le recuerdo que la vida misma (muy superior, en cuanto a invención, a la fantasía) no es más que una pura coincidencia

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