jueves, 11 de noviembre de 2021

La UE lleva casi dos años sin enviado especial para la libertad religiosa

Tras un nombramiento frustrado, COMECE espera que «antes de fin de año» la Unión Europea cuente con una voz a favor de las minorías religiosas

 

Fuente:   Alfa & Omega

María Martínez López

08/11/2021

 


Stylianides, nuevo ministro de Crisis Climática y Protección civil, con el primer ministro griego el 10 de septiembre. Foto: @PrimeministerGR.

«Una persona de la Unión Europea está en Islamabad para organizar tu partida. Se llama Jan Figel y puedes confiar en él». Así cuenta en su libro ¡Por fin libre! la cristiana pakistaní Asia Bibi, condenada a muerte por blasfemia, cómo tras su absolución el 31 de octubre de 2018 supo de las gestiones a su favor del enviado especial de la UE para la Libertad Religiosa y de Conciencia, el eslovaco Jan Figel. Su abogado, Saif ul Malook, más escéptico, explica a Alfa y Omega que «no se puede afirmar que tuviera ningún papel en su absolución», que atribuye a la defensa y al afán de los jueces de la Corte Suprema por hacer justicia. Las intervenciones desde el exterior «pusieron presión sobre los jueces para que tuvieran cuidado de no cometer errores; nada más». Y nada menos, dada la presión contraria por parte de los islamistas.

La labor de Figel en su cargo, creado en 2016 y por el cual realizó 18 visitas oficiales que subrayaban la preocupación de la UE por la libertad religiosa en países como Pakistán, Sudán, Nigeria o la India, fue aplaudida por diversas entidades. A pesar de haberla llevado a cabo «con precariedad de recursos humanos y financieros», apunta José Luis Bazán, asesor sobre libertad religiosa de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE).

 

Prioridades, según COMECE

• «Dar visibilidad a las violaciones sistemáticas y generalizadas de la libertad religiosa», que en algunos países rozan «el genocidio o los crímenes contra la humanidad», subraya Bazán.

• «Hacer ver que es importante el enjuiciamiento de los delincuentes y la compensación a las víctimas», activando los sistemas de justicia internacional.

• «Evitar que la libertad religiosa se diluya como derecho fundamental y pase a ser un derecho secundario» o a perder fuerza frente a otras agendas como la de género o la de salud sexual y reproductiva.

• Prestar especial atención a la situación en Oriente Medio, por el impacto que puede tener la crisis en el Líbano, y en el África subsahariana.

 

Sin embargo, desde hace dos años su papel ha quedado huérfano. Al terminar su mandato en noviembre de 2019, «se optó por no renovarlo» ni mantener esta figura. Tras multitud de peticiones, finalmente se rectificó. En mayo se nombró al chipriota Christos Stylianides. Bazán atribuye este retraso a la pandemia, a «la implicación de la UE en otros temas medulares» como el Pacto sobre Migración y Asilo o la Conferencia para el Futuro de Europa, y a que esta cuestión «no es una prioridad».

En una primera reunión con Bazán, en julio, Stylianides «mostró una gran disposición». Sin embargo, en agosto renunció al ser nombrado ministro en el Gobierno griego. Esta vez «tenemos cierta expectativa de que el cargo se cubra en un plazo razonable, espero que antes de fin de año», apunta Bazán.

No faltan instrumentos

El asesor de COMECE explica que «el Parlamento sí hace un trabajo en este ámbito y adopta resoluciones» sobre países concretos. Especialmente significativo fue el duro texto, también sobre Pakistán, aprobado en abril. Aludía directamente al caso de Shagufta Kausar y Shafqat Emmanuel, condenados a muerte por blasfemia en 2014. Poco más de un mes después, a comienzos de junio, la Corte Superior de Lahore anulaba su condena.

Por otro lado, el Servicio Exterior de la UE mantiene esta cuestión en su agenda sobre derechos humanos. Pero desde COMECE subrayan que «es muy deseable que al menos haya un mecanismo específico en la UE que le dé visibilidad» a esta preocupación.

Esto permitiría aprovechar mejor el amplio abanico de instrumentos de los que dispone la Unión Europea para defender la libertad religiosa. Por ejemplo, en los dos casos citados de Pakistán jugó un papel fundamental la alusión al Sistema de Preferencias Generalizadas Plus de la UE, del que Pakistán es beneficiario y que supone la reducción o levantamiento de las tarifas aduaneras. El actual caduca en diciembre de 2023, y «en las actuales negociaciones sería interesante» que se planteara la cuestión de la libertad religiosa, asegura Bazán, «porque una de las condiciones es el cumplimiento de las obligaciones internacionales de derechos humanos».

En el extremo del abanico en cuanto a dureza, en diciembre de 2020 se aprobó la Ley Magnitsky Europea, que contempla sanciones contra los responsables de violaciones de los derechos humanos. Sin llegar a ese punto, existen posibles áreas de actuación como la participación de la UE en la ONU, la ayuda humanitaria, la colaboración con las Fuerzas de Seguridad. Desde Pakistán, el abogado Malook pide a la UE ayuda para «establecer un grupo de abogados dispuestos a dar su vida» por defender a los acusados de blasfemia. Asimismo, dada la marginación que sufren los cristianos, cree que sería fundamental «ayudarlos a mejorar su educación y posición económica con becas en instituciones educativas europeas».

 

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