martes, 2 de noviembre de 2021

¡La pantomima ha terminado!

El catolicismo necesita arreglar su modelo de Iglesia roto y centrado en el clérigo

 

Fuente:   La Croix International

Por Ray Lyons

Reino Unido


Dan Leno como una "dama" de pantomima en Jack and the Beanstalk (1899). Leno se muestra disfrazado como el personaje Dame Trot en esta pantomima, producida en el Theatre Royal, Drury Lane, que se estrenó en Londres en la Navidad de 1899. (Foto: Wikimedia Commons)

 

“¡Está detrás de ti!"

"¡Está detrás de ti!", grita el público a la dama de la pantomima.

"¡Está detrás de ti!" parece ser el grito, silencioso pero creciente, de la gran mayoría de los católicos al clero y a la Iglesia institucional.

La pandemia de la Covid ha mostrado muchos fracasos en la sociedad moderna. También ha expuesto gráficamente los fracasos de la Iglesia institucional en el siglo XXI.

La "transmisión" en línea de liturgias con solo el sacerdote tratando de "celebrar" la Misa en ausencia de la comunidad, expone la incongruencia del modelo medieval de una Iglesia que intenta sobrevivir en un contexto del siglo XXI.

El sacerdote revestido "en el escenario", en una iglesia vacía (la iglesia) se asemeja bastante a la dama de la pantomima.

Demasiados obispos, sacerdotes y diáconos siguen mirando hacia atrás de ellos, como si se encontraran en un tiempo ya pasado en el que floreció la Iglesia institucional y en el que fueron el único foco de atención y autoridad espiritual y temporal.

El flagelo clerical debe terminar

 

Fuera todos los títulos

Mientras permanezcan el servicio y los oficios, TODOS los títulos (Rev, Muy/Reverendísimo, Canónigo, Monseñor, Mi Señor, Su Gracia, Excelencia, Santo Padre) deben desaparecer ya. Su único propósito es mantener y promover el anticuado modelo medieval de Iglesia.

¿Por qué los títulos de Hermana y Hermano por sí solos no son suficientes? Todo ministerio se basa en nuestra dignidad bautismal como hermanas y hermanos.

En los últimos 100 años o más, numerosos profetas han ofrecido y argumentado a favor de nuevos modelos para la Iglesia Católica. Pero, a excepción de los obispos del Vaticano II, sus voces no han sido escuchadas, siendo rechazadas por quienes tienen "Autoridad" en nuestro moribundo modelo medieval.

Lamentablemente, las damas de la pantomima continúan ocupando el escenario - santuario y deliberadamente vuelven su mirada hacia unas comunidades que van desapareciendo.

En el Reino Unido, más del 80% de los católicos rara vez, o nunca, se unen a la asamblea comunitaria cada domingo. En muchos países europeos es aún peor, con hasta un 98% de ausentes.

La verdad es que el modelo medieval que el clero está tan desesperado por mantener no puede sobrevivir en un mundo (occidental) cada vez más democratizado.

En muchas diócesis, los obispos son cada vez más incapaces de reclutar suficientes damas de pantomima, si es que las hay, para mantener el espectáculo.

 

Importar sacerdotes no es la respuesta

Así que han decidido recurrir al contrabando por la puerta trasera que hay en Europa hacia el Este, África y Asia; en la ilusión de que, mientras mantengan abiertas las puertas por la parte delantera de la casa, al menos habrá actuación matinal y se mantendrán las luces encendidas.

En todo caso, el vacío cultural e institucional que revelan estos sacerdotes importados acelerará el vaciado. La Covid está mostrando la realidad. El resto de la Iglesia ha seguido adelante y es solo cuestión de tiempo que el teatro acabe apagando las luces.

Es cierto que el Papa Francisco reconoce que este modelo roto no puede sobrevivir y que un modelo sinodal debe reemplazarlo.

Esa puede ser la respuesta a largo plazo, pero en realidad creo que el Espíritu Santo nos está guiando a un retorno más rápido y urgente a los modelos originales de comunidad que encontramos en los Hechos de los Apóstoles.

Tanto en los Evangelios como en Hechos, leemos con frecuencia que las multitudes, los discípulos, incluso los apóstoles y los primeros cristianos, no entendían ni creían todo lo que veían y escuchaban. Pero, aun así, pertenecían a la comunidad de seguidores de Jesús. ¿Por qué debería ser diferente hoy?

Para la mayoría de los católicos occidentales, al menos pertenecer a una comunidad de fe triunfa sobre creer lo que la Iglesia institucional enseña como su razón de ser principal.

Y porque ya no creen lo que la Iglesia institucional proclama en tantos asuntos de fe "tradicional", y especialmente de moral, han puesto pies en polvorosa y se han ido o están tratando de encontrar nuevas formas de pertenencia a las comunidades de fe.

 

El Espíritu Santo al rescate

En lugar de discípulos pasivos, sentados en los bancos "orando y pagando", observando a un pastor solitario que intenta dirigir el remanente, cada vez menor, en iglesias casi vacías, algunos se están reuniendo para compartir y orar.

En partes del mundo donde los obispos y sacerdotes siempre han sido rarezas, los catequistas, lectores y acólitos se han convertido en los pastores efectivos.

Eventualmente, los "presbíteros" (un término mejor que los "sacerdotes" no bíblicos; cf. Hebreos 7-10) surgirán nuevamente para guiar y nutrir a estas comunidades a veces más pequeñas, pero en crecimiento. Los discípulos pasivos se convertirán en apóstoles activos y comprometidos de nuevo.

La Iglesia Institucional, en un esfuerzo moribundo por conservar su modelo obsoleto de Iglesia, se niega a proporcionar los medios y oportunidades para la "fuente y cumbre" de la Iglesia (la Eucaristía) a la mayoría de las comunidades católicas.

Pero el Espíritu Santo parece estar proporcionando cada vez más maná para ellos.

Las Comunidades de Base, en comunión con el obispo local, bien podrían ser la forma en que la Iglesia evolucionara aquí como en el hemisferio sur en los últimos 60/70 años.

Se requerirá una nueva superestructura, pero eso sólo puede surgir como un acto del Espíritu Santo y un nuevo concilio general de la Iglesia.

No ha hecho más que empezar un nuevo tiempo en este viaje.

Mientras tanto, las ovejas necesitan encontrar nuevos pastos sin pastores y alimentarse a sí mismas.

Los miembros más valientes entre ellos deben permitir que el Espíritu Santo los guíe y los guíe hasta que nuevos pastores emerjan una vez más de sus comunidades.

 

Ray Lyons es un presbítero en la Diócesis de Portsmouth (Inglaterra).(Esta es una versión ligeramente editada de un artículo que apareció originalmente en la edición de septiembre de RENEW, un periódico trimestral publicado por el grupo reformista británico "Catholics for a Changing Church"

 

 

 

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