Fuente: Settimananews
Por: Francesco Strazzari
25 de julio de 2021/
El documento del Vaticano contra la actividad terapéutica de Verdad y libertad —entidad que, desde 2013, trabaja para "sanar" la homosexualidad—, es concluyente. Lleva la firma del cardenal Beniamino Stella, hasta hace poco al frente de la Congregación del Clero.
En un largo y muy documentado reportaje, Miguel Ángel Malavia y José Beltrán, en el semanario español Vida Nueva (10-16 de julio), recuerdan que el inicio de las terapias contra la homosexualidad comenzó en Granada por el pediatra Miguel Ángel Sánchez Cordón, asistido por un joven, Alberto Pérez, que se sometió al proceso de conversión. Se sintieron atraídos por las ideas del estadounidense Richard Cohen, quien impulsó la Fundación Internacional del Cuidado, convencido de que la "herida" de la homosexualidad podía ser curada. En 2012 Cohen visitó España, dando conferencias y abriendo el debate al respecto.
A la atención terapéutica, también patrocinada por algunos obispos, se han sometido sacerdotes seculares, religiosos y laicos.
Entre el 17 y el 23 de abril de 2021 se presentó un dossier documentado a la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española. Roma pidió a los obispos que no secundaran, participaran y recomendaran los tratamientos que se llevaban a cabo en Verdad y libertad.
Sin embargo, la Conferencia Episcopal Española nunca había decidido autorizar dicha institución. Nunca había dicho de manera explícita que fuera una actividad de la Iglesia, a pesar de que la organización se apropiara del nombre de católica.
Lo cierto es que seminarios, congregaciones, movimientos y parroquias han recurrido a ella en los últimos años, enviando candidatos dispuestos a "curar" su homosexualidad. Como también es cierto que incluso un obispo se ha sometido a este tratamiento de cura.
Ya en 2019, la Congregación Romana se había interesado por los tratamientos anti-homosexuales, advirtiendo a los obispos que los sacerdotes y seminaristas no participaran en tales terapias de "reconstrucción afectiva".
El autor de un dossier bien documentado habló de ello a los obispos, denunciando la existencia de seis personas consagradas, que habían sido dañadas a causa de los tratamientos. Los obispos en su gran mayoría aprobaron el dossier del religioso, autor del mismo, criticando seriamente el itinerario de la "conversión", en la que había espacios para las oraciones, las meditaciones y las jaculatorias del tipo "Dios no te ha hecho así".
¿Qué llevó al Vaticano a oponerse a estas terapias de manera tan contundente?
En primer lugar, el hecho de que el proceso de 270 días se llevara a cabo bajo un control directo y férreo de Sánchez Cordón, omnipresente. Los retiros de la curación también suponían la celebración de la Eucaristía y ejercicios para resaltar la masculinidad, tales como contemplarse desnudo en el espejo. El culto al líder, considerado un santo viviente, es impresionante. Le decían: "Tienes un carisma que te lo da todo". Los que no lo trataban así y se expresaban críticamente, eran expulsados. El médico les gritaba: "Lo hago por tu propio bien. Es el Señor quien me pide que lo haga".
Los autores de Vida Nueva observan que es imposible dar una cifra aproximada de cuántos han recurrido a las terapias anti-homosexualidad en estos diez años de actividad. Sin embargo, se calcula que estamos hablando de unas 600 personas.
El artículo 16 –"Prohibición de las terapias de conversión"– del proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la protección de los derechos LGTB, elaborado por los Ministerios de Igualdad y Justicia españoles, vio la luz verde el pasado 29 de junio. Dice así: «Se prohíbe la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento, en cualquier forma, destinados a cambiar la orientación sexual o la identidad o la expresión de género de las personas, incluso si cuentan con el consentimiento de las personas afectadas o de sus representantes legales». Se establece explícitamente que este tipo de actuaciones serán sancionadas de 10.001 hasta 150.000 euros.
Alberto Pérez, cofundador de Verdad y libertad, ha declarado a Vida Nueva: "Fui yo quien le enseñó a Miguel Ángel Sánchez Cordón las técnicas de desnudarse frente a un grupo o abrazarse desnudo, que luego aplicó y desarrolló a gran escala con más personas".
Ahora Pérez es director de Gabinete Coaching y Psicología en Canarias. Le han preguntado recientemente: "¿Se cura la homosexualidad?". No, porque la homosexualidad no es una enfermedad. El amor no sabe de dogmatismos ni cuadraturas".
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