domingo, 4 de diciembre de 2011

S. GALILEA Y A. PAOLI SOBRE EL DOMINGO 2º DE ADVIENTO.



Abiertos
al Dios que viene
Una de las experiencias humanas más gozosas es la de la espera de un ser amado, y la de ser esperado con expectación, por los que nos quieren. Y lo que Dios quiere de nosotros es que lo esperemos, y este es el tema central del Adviento.
¿Qué quiere decir esperar a Dios? Ciertamente que la espera de una persona que queremos nos hace entender la espera de Dios, y nos debería llevar a comprender mejor el encuentro con Dios. Si el encuentro con la persona querida nos llena de tanta alegría, qué nos significará para nosotros el encuentro con Jesús, nuestro destino y fuente de toda alegría...


Analizando la actitud de esperar, quiere decir que estamos convenci­dos de no tener ya todo, y de no saber ya todo, y que algo o alguno debe venir en nuestra ayuda. Refiriéndonos a Dios a quien esperamos, sabemos que El no viene en persona, que viene en medio de nosotros por un aconte­cimiento, por las necesidades de nuestro prójimo.
Es necesario estar abierto al Dios que viene, y saber reconocerlo en la forma en que se presenta,'pero también debemos aprender i provocar su venida, su presencia en medio de nosotros. Cuando somos solidarios, cuando nos comprometemos con el hermano pobre, cuando nos reunimos a leer el Evangelio o para orar,sabemos que Jesús está en medio de nosotros, y que todo esto nos prepara a esperar a Dios que viene. La fraternidad acelera y hace discernible la venida de Jesús.
San Juan Bautista, que en su predicación prepara al adviento de Jesús, dice que El "está en medio de nosotros, pero nosotros no lo conocemos". El adviento debería sensibilizarnos para reconocerlo, yaque Jesús siempre encuentra la manera de hacerse sentir.
Profundicemos nuestra espera de Cristo, démosle todo su sentido humano y cristiano, Jesús se entrega, y entrega sus dones en la medida en que lo deseamos, que lo esperamos y que tenemos necesidad de El
        La oración de la Iglesia Ven, Señor Jesús, deberíamos hacerla nuestra, para que El se haga sentir y nos conduzca a nuestra liberación.

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