jueves, 26 de septiembre de 2013

El arzobispo de Chicago responde con una carta abierta a quienes le acusan de dar la espalda a los pobres

 
L. H.

El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, explicó el 30 de julio de 2013, mediante una carta publicada en el sitio Internet de la diócesis, las razones por las que había suspendido las subvenciones de la diócesis de Chicago para las organizaciones que componen la Coalición de Illinois en defensa de los derechos de los inmigrados y de los refugiados (ICIRR). El arzobispo de Chicago contestaba así a una carta abierta, publicada el lunes 29 julio del mismo año, en el “Chicago Tribune” por un grupo de católicos que acusaban a la iglesia de dar la espalda a los pobres al haber suspendido las subvenciones que la diócesis canalizaba a través de la Campaña Católica en favor del Desarrollo Humano (CCHD).

“El consejo del ICIRR ha traicionado la confianza de las organizaciones que lo integran al defender públicamente el matrimonio homosexual”

La suspensión de las subvenciones se “fundamenta en la decisión tomada por el ICIRR de apoyar en su programa político el matrimonio entre personas del mismo sexo, explica el cardenal George. El CCHD no puede financiar grupos que persiguen este objetivo. Los contribuyentes del CCHD colaboran con esta organización contra la pobreza dando por supuesto que su dinero será transferido a organizaciones que respetan las enseñanzas de la fe católica. Los organismos que solicitan los fondos no han aceptado esta condición”.

El arzobispo de Chicago afirma, una vez explicado que “el consejo del ICIRR ha traicionado la confianza de sus organizaciones miembros al defender públicamente el matrimonio homosexual”, que al CCHD “no le ha quedado otra elección que respetar la decisión unilateral del ICIRR” suspendiendo, por ello, sus subvenciones.

“Jesús es misericordioso, pero no tonto”

“El compromiso de la iglesia católica con los grupos de inmigrantes y en favor de la reforma de la inmigración permanece intacto, continúa el cardinal George. Este compromiso habla por sí mismo y es de sobra conocido”

Y prosigue: “es intelectual y moralmente deshonesto utilizar la incuestionable solicitud de la iglesia por los pobres como un pretexto para atacar la enseñanza de la iglesia sobre la naturaleza del matrimonio. (...) Quienes han firmado la carta abierta en el “Chicago Tribune” han proclamado cínicamente su adhesión a la fe católica invitando a rechazar la iglesia de los obispos. La iglesia no es un club privado, es el Cuerpo del Cristo, quien nos dice que es ‘el camino, la verdad y la vida’.

Y, dado que los firmantes de esta carta son católicos, saben muy bien que en algunos años, como todos y cada uno de nosotros, se presentarán delante de este mismo Cristo para rendirle cuentas. Jesús es misericordioso, pero no tonto; diferencia entre el bien y el mal. Manipular a los inmigrantes y a la iglesia para alcanzar ventajas políticas es un comportamiento tramposo”.

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